—No te me acerques —señalo a Azrael con mi dedo.
Es la milésima vez que intenta acercarse a mí, además de que ayer tuvo el descaro de aparecerse en mi casa, aunque al menos si se fue cuando le dije que me sentía mal, algo que de seguro hizo porque mamá nos estaba mirando.
—Abigail, tenemos que hablar.
—¡No tenemos nada que hablar! —le grito sin miedo a ser escuchada, ya que en el lugar que estamos no hay personas rondando.
—Abigail, hay cosas que aún no entiendes —se intenta acercar a mí —Cosas que no te puedo explicar.
—¡Déjame tranquila! —le grito —¡No quiero tenerte cerca de mí!
—Abby...
—¡Abby nada! —le doy un empujón —¡Vete a la mierda, Azrael! No te voy a perdonar que hayas querido que un tren matara a mi mejor amigo.
Le doy un empujón una vez más y me separo de él, quien para mi suerte y para la de él, no me detiene. Camino a zancadas por el pasillo, pero al girar freno de golpe al ver a Samael de brazos cruzados y con una sonrisa torcida.
—Dejar que lo matara un tren —dice manteniendo su posición —Eso es algo muy fuerte.
—No estoy de humor, Samael —digo en tono duro.
—Te dije que intentaría detenerte —dice cuando paso por su lado, lo que me hace detenerme. —Al parecer si quieres escucharme —Usa su tono arrogante.
—Sólo quiero saber que tanto sabes —me giro a mirarlo.
—Mmh... —apoya su mano en su mentón —Probablemente sé mucho más que tú.
—¿Qué esconden? —pregunto enojada.
—Quiero que hablemos en un lugar, cuando estemos solos —me guiña un ojo —No dejaré que él me escuche.
—Él no está aquí.
—¿No estás aquí, Azrael? —pregunta Samael elevando su tono de voz —Sé que te puedes esconder de mí, pero también sé que sueles perseguirla a todos lados.
Me giro en dirección a donde mira Samael y veo a Azrael salir de un rincón con su semblante serio. ¿Acaso no entiende que no quiero saber nada de él? ¿Por qué se empeña en seguirme?
—Déjala tranquila —dice Azrael en tono de advertencia.
—No necesito que me defiendas —le digo enojada.
—No puedes estar cerca de él —me dice Azrael.
—Yo si estoy dispuesto a darle respuestas —interviene Samael. —Cosa que tú no eres capaz de hacer.
—Yo tengo reglas que respetar —sigue el de cabello claro —Tú quieres cumplir un estúpido capricho, con el cual no obtendrás nada.
—¿De qué hablan? —pregunto confundida.
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El collar de la Muerte
Mistério / SuspenseUna extraña atracción era la que nos unía como amantes, ya no era sólo algo físico, sino que había una rara fuerza sobrenatural que me hacía ser un imán para ellos, un imán de lo bueno y lo malo, aunque también esa misma fuerza me hizo volverme el i...