XXIX

361 45 0
                                    

Abigail pasa por el lado de mi padre y escucho sus pasos acelerarse a medida que baja la escalera de mi casa

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Abigail pasa por el lado de mi padre y escucho sus pasos acelerarse a medida que baja la escalera de mi casa.

—Yo no le hice nada —se apresura a decir el hombre.

—Lo sé —digo entre dientes.

Sé perfectamente que mi padre no le hizo nada a Abigail, pero también sé que él es el culpable del repentino cambio de humor de la chica, aunque ni siquiera esté enterado de ello. 

Pensé que Abigail no sabía de la existencia de mi padre. Él es muy cuidadoso cuando tiene que cumplir un trabajo para Lucifer, por lo que pensé que Abby no había alcanzado a llegar al lugar donde papá mató a los padrinos de su mejor amiga, pero la cara de pánico al verlo me dejó en claro que fue un error traerla aquí.

Eso sólo me hará quedar en desventaja una vez más y las jugadas se me están acabando, así como también se le acaba el tiempo a Azrael, pero sé perfectamente que, si eso pasa, sólo tendré unos minutos para actuar antes de que el de arriba haga su aparición. 

—¿Ella siempre es así de rarita? —me pregunta mi padre.

—Nos vemos más tarde —digo entre dientes y lo dejo solo.

Papá sabe cómo sacarme la verdad y si me ve actuando raro descubrirá que traigo entre manos. Dejar al alcance de mi padre la información sobre el collar de la muerte de Azrael, significaría que él no tendría problemas en matar a Abigail y tomar el crédito de la situación.

Es increíble que aún no note la presencia de un ángel en la faz de la tierra, aunque es entendible, ya que a pesar de que Azrael no me agrada en lo absoluto, es un idiota bastante inteligente y sabe cómo librarse, además sin su collar pierde cierta esencia y Abigail al no entender lo que tiene, puede seguir pasando desapercibida.

༺✞︎༻

Los días han pasado volando, la semana acabó y una nueva semana hizo su aparición. La próxima semana se acaba el tiempo de Azrael, por lo que he mantenido a Abigail en la mira, ya que tengo que conocer sus movimientos para entrar en acción cuando Azrael se desplome y ya no pueda ayudarla. 

Debería sentir bastante miedo porque él está cerca de ella, pero no, no tengo miedo ni en lo más mínimo. Abigail se ha visto apagada estos últimos días, como si hubiera una especie de vacío dentro de ella y a pesar de que Azrael intenta mantenerse cerca de ella, él también se ve distinto, está débil y al verlo no corre ningún rastro de lástima por mis venas. Por otro lado, sigo sin saber dónde se meten esos dos en los recesos, es como si desaparecieran en un parpadear de ojos.

La amada campana hace su aparición y como se ha vuelto costumbre estos últimos días, Abigail se queda en su lugar con la excusa de que desayunó en casa, pero está claro que no come nada hasta el mediodía. Si lo pienso bien, que ella esté en esa faceta servirá para dejar las cosas más fáciles en mi camino.

—Samael —dice una coqueta voz en mitad del pasillo —¿Vamos a dar un paseo? —en respuesta le guiño un ojo a Magdalena.

Admito que me gustaba besuquearme con Abby, pero no me voy a frenar con el resto por su estupidez de alejarse. La vida sigue.

 La vida sigue

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El collar de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora