IV

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Ayer, a pesar de que en mi mente aun rondaba lo de la punzada del lunes, me sentí bastante tranquila, ya que no vi, ni sentí cosas extrañas

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Ayer, a pesar de que en mi mente aun rondaba lo de la punzada del lunes, me sentí bastante tranquila, ya que no vi, ni sentí cosas extrañas. Además, de que tampoco me sentí observada, bueno, quizás Samael me miro un poco más de lo que es debido, pero es una pequeña excepción, porque debo admitir que me agrada la idea de que me observe un poco.

—¡Buenos días, jóvenes!

—Buenos días, sacerdote Jeremías —respondemos todos en una sola voz.

—Tomen asiento —nos indica —hoy tendremos una provechosa clase de religión —sonríe —trabajaremos en parejas —explica —¿Alguno quiere trabajar solo? —mira, pero nadie levanta la mano —Vale, entonces serán parejas y un grupo de 3 alumnos.

Miro a Lucas de reojo y me guiña un ojo, dándome a entender que trabajaremos juntos. Al menos aún no me cambia al 100% por su novia.

—La actividad consistirá en averiguar acerca de un Ángel, arcángel, querubín o serafín —explica Jeremías —Elegir ángeles caídos está prohibido, porque estoy seguro que escogerán todos a Lucifer —a varios se les escapa una carcajada Y como última instrucción, las parejas serán al azar.

—¡Pero yo ya tenía a mi pareja elegida! —grita Jerusalén, una chica que está sentada en el otro extremo del salón.

Sinceramente no sé qué pensaba la mamá de esa chica cuando le puso ese nombre, entiendo que haya querido ser creativa y elegir un nombre novedoso, manteniéndose en la costumbre de que casi todos tenemos nombres bíblicos, pero se me sigue haciendo raro llamar a mi compañera como un lugar.

—Silencio, Jeru —dice el sacerdote —Han trabajado durante los últimos 3 años con las mismas personas, es momento de que se mezclen.

Jeremías mueve una pequeña caja y luego la abre para sacar un papel blanco con algo escrito. Mira a Jeru y le sonríe.

—Jerusalén —dice —Eres la primera y trabajarás con... —saca otro papel —Zacarías.

Jeru le da una mala mirada a Jeremías, de seguro es porque ella quería trabajar con Dalila, pero como en el salón nos llevamos todos bien, al estar al lado de Zacarías, ya está con una amistosa sonrisa.

—Samael —dice Jeremías —con... —saca el papel —Magdalena.

¡Diablos! No es que me moleste que trabaje con Magda, pero luego de haberle dicho que ella era una de las chicas más lindas, quizás dejé de lado esas miradas hacia mí y se las comience a regalar a ella.

—Abigail —levanto mi mirada —con... —mete su mano a la caja —Azrael.

Me giro y le doy una pequeña sonrisa a Azrael, después de todo me estoy comenzado a llevar bien con él, así que no creo que sea tan incómodo trabajar con él, además ya trabajamos una vez juntos y al parecer es bastante inteligente.

El último grupo está el de tres, el cual es conformado por Lucas, Felipe y Dalila. Por lo que mi amigo deja su lugar libre y es tomado por Azrael.

—Escojan a su personaje —dice Jeremías —me lo dicen, para evitar que se repitan y luego pueden ir a buscar información a la biblioteca.

El collar de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora