—¡¿Qué es esto?!
—Es como una ciudad.
Exclamaban los jóvenes con asombro.
En el centro de batalla B, alejado de su única y mejor amiga Momo Yaoyorozu, Izuku Midoriya contemplaba las puertas unos minutos. Sus ojos se perdían en la nada que de frente contemplaba. Estaban entrecerrados, como si la luz del sol estuviese muy molesta ese día. Luego la bajo. Una brisa de viento elevó unos cabellos castaños que llamaron su atención, Uraraka Ochako llamó su atención.
—Creo que debí decir gracias por lo menos —susurra Midoriya. Su esfuerzo por tratar de ver otros temas antes de que sus nervios incrementasen en el momento por el cual las puertas estuviesen completamente abiertas era notable.
Comenzó a dar pasos tranquilos donde ella, con su mirada aburrida que ya de costumbre solía colocarse en el ceño soñoliento mantenido por todo el día. Pensaba en lo descortés que fue con ella pese a su amabilidad.
—La chica parece estar tratando de enfocarse —mas, una mano detuvo su paso colocándose en su hombro.
Midoriya devolvió la mirada con calma. Mientras no fuese el rubio molesto de siempre no tenía problemas con no mostrarse hostil, o algo por el estilo; supo que no era él por el suave actuar de la persona a sus espaldas. Tenya Lida siguió hablando.
—¿Qué estás haciendo aquí? —parecía algo molesto e incomodado—. ¿Tomaste este examen de ingreso para interferir con todos?
No negaría el hecho de sentirse algo intimidado y avergonzado por el chico de anteojos. Momo rio un poco cuando fue él quien le avergonzó frente a todos en la sala de explicaciones anterior por sus inevitables murmullos. Sentía algo similar a un rencor por él desde entonces, no era un sentimiento como tal ya que no lo conocía, pero algo por el estilo.
—¿No es el chico que casi se cae en la entrada?
—Sí, el que se avergonzó cuando fue regañado.
—Al menos tenemos un rival menos del cual preocuparnos.
Los comentarios de las demás personas viéndolos a ambos solo le pusieron de peor humor.
—Me parece muy noble de tu parte preocuparte por los demás, pero no iba a tener una charla para sacarla de sus pensamientos —correspondió el peliverde con el ceño ligeramente fruncido de molestia—. Por si te interesa saber, técnicamente me salvó de un problema ingresando a este lugar. No tuve tiempo de decirle gracias por su cortesía, se marchó antes de eso. Quería ser educado y hacerlo ahora.
Lida aligeró su cara molesta. Se sorprendió un poco por la reprimenda que Midoriya le dio y le soltó el hombro con cautela. Él, que se enfocaba en la responsabilidad y educación entre otras cosas más que cualquiera que conociese entendió a la perfección al peliverde y dijo.
—Lo siento. No tenía esa idea —con el tono algo nervioso.
Antes de que Izuku pudiese seguir con lo suyo por el mero gusto de verlo sumiso; la abertura a la que las puertas dieron paso no fueron desapercibidas por él que rodeó inmediatamente al grupo de personas delante y corrió a la entrada a la vista de todos.
—Oye aun no dicen que ha comenzado.
—¿Es que acaso te gusta ser regañado?
Le dijeron algunos.
"No sean estúpidos. ¿Creen que un héroe necesita que le den permiso para entrar a la escena?" pensó él para sus adentros, mientras se alejaba más y más.
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Mi Perfecta Casualidad
FanfictionIzuku Midorilla no pidió nacer sin peculiaridad, no pidió esas burlas tan fúnebres como cualquier mañana en la que se levanta con pesar para recibir esas malditas miradas. Lo que era su sueño, está comenzando a dejar como tal, un simple sueño, pero...