Capítulo 25

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¡¡¡¡GENTEE!!! ¡¡LES PIDO JODIDO PERDÓN POR LA DEMORA!!! ¡¡PERO YA PASÉ LOS PUTOS PARCIALES DE MIERDA, HE APROBADO EL PINCHE CICLO EN LA UNI!! ¡¡SOY LA VERGAA!! 

Ahora sí, cálmandome un poco, les quería comentar que llegué a las mil vistas en esta historia, ¡Y la puta madre! ¡De verdad que me emocioné! ¡Me quedé pasmado! ¡Los quiero un montón! ¡Gracias a las personas que me están leyendo, de verdad que no me lo esperaba! Esto es un gran logró para mí, no imaginaba que mis borradores les iban a gustar tanto. Y aquí les dejo el cap 25 de MI PERFECTA CASUALIDAD. Enserio que no sé qué más decir, y espero de verdad que me puedan perdonar. Trataré de subir episodios más seguidos ahora que tendré un mes de vacaciones de la uni, y aunque sigo con el trabajo, trataré de esforzarme. ¡De verdad muchas gracias! ¡Enserio! Y ya no los molesto más. Aquí los dejo con el capítulo que según yo, me quedó bastante bien. Espero lo disfruten.


Hora del almuerzo. La rutina de las filas bien organizadas para una marcha comandada por hombres confiados de su limitada fuerza. Todo porque tenían esos collares anti-peculiaridades. Siendo simples policías, aunque musculosos, para los términos humanos más actuales, eran un fiasco. Por eso Izuku siempre se sentía tan confiado de acompañar a Baki en medio de las filas. Adelantándose a calentar su asiento en lo que todos llegaban y se servían la comida.

No obstante, sus ánimos, no eran los esperados por su maestro.

—Aceptaste trabajar para él. ¿No es bueno que tu líder posea un poder así de grande? —le preguntó él.

—Tal vez, si fuera otra peculiaridad de la que hablamos —respondió.

Rememorando el pasado y tomando en cuenta que lo mencionado por ellos, siendo trozos de vagas referencias al tema en específico, realmente no importaba si salía de la boca de ese hombre. Baki Hanma era la definición completa de un demonio. La figura en su espalda le otorgaba un plus a la referencia. Ni los criminales más salvajes de todo japón, algunos de talla mundial, se atrevían a mencionar algo que él ya lo había hecho. Izuku creía fervientemente que incluso él podría vencer a Nana si lo quisiera. Tal conclusión probablemente era guiada por su odio, y todo mal recuerdo. Pero si analizábamos, Baki tenía muchas posibilidades. Así que, a final de cuentas, hablar en voz alta lo que debería ser en baja, o a escondidas, no traía ninguna consecuencia.

—¿Te preocupa tanto?

—Imagina si fallo, él se molesta, y por motivarme me lastima mentalmente otra vez. El cómo lo puede hacer me hace imposible responder. No soy tan fuerte como para contenerlo.

—Aún no —aseguró el pelirrojo.

—No tengo años de preparación como tú. Puede pasar en cualquier momento —Midoriya suspiró.

—Sobre pensar las cosas puede que te ayude a entrenar mejor, pero al mismo tiempo te perderás de lo que buscas. Y si consigues un cometido que no deseas, volverás a sobre pensar, y el ciclo se repetirá y repetirá. Solo abstente de eso, por ahora. Lo importante es cumplir contigo mismo. Lo has estado haciendo bien hasta ahora. Continúa así.

Izuku fue tomado de la mano, y guiado por el camino ensombrecido que se había creado así mismo.

—Gracias.

Le dijo mientras volvía a su faceta común. Levantó la mirada, y se arrepintió casi al instante. Un hombre tenía el maldito pene erecto en lo que le veía las nalgas al oficial.

—Qué puto asco —pensó Midoriya, mientras levantaba un poco su mano, y un grito se escuchaba provenir de aquel hombre.

Ante tal fino alarido, Baki solo pudo comentar una cosa con asombro.

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