8:30 pm.
Enfermería de la academia de héroes U.A
Abrir los ojos siempre fue la parte difícil de cada comienzo. Por la mañana deseaba quedarse dormido cinco minutos más si eso implicaba extender su tiempo fuera de la realidad.
—¿Has despertado? —escuchó a su lado. Suave, dulce. Resultó no ser tan malo como de costumbre. Su sonrisa lo puso en mejor estado.
—¿Cuánto tiempo me quedé dormido? —cuestionó.
—Desperté hace unos minutos también. No lo sé. Recovery Girl, dijo que debía informar de nuestro estado al director y de paso traer unas vendas. Así que tampoco se lo pregunté.
Mientras respondía, se levantó de la camilla y caminó unos pasos hacia la esquina.
—Fue un día pesado —alegó Midoriya.
—Ni lo menciones. Los padres de la joven Momo tuvieron que venir a llevársela para que se desapegase de ti. No fue hace mucho.
—¿Ella está bien? —cuestionó.
Nana se elevó a un metro del suelo, extendiendo sus brazos hacia la cámara de seguridad.
—Claro. Solo tuvo unos raspones.
Él vio cómo la arrancó de un solo tirón. Aquella sonrisa que plasmada en el video que de pequeño admiró unas mil veces, la presencio nuevamente, solo que esta vez se sintió mucho mejor.
—N-Nana ... ¿qué estás haciendo? —aun así, preguntó.
Ella lo miró con ternura. Su ceño nervioso siempre le pareció adorable. Sobre todo, esa ligera sonrisa de pánico.
Se acercó caminando calmadamente. Y subió a la camilla del peliverde flotando.
—N-N-N-Nana.
Él se sonrojó. La única prenda que ella llevaba, eran sus pantalones. Sus pechos, costillas y mitad de su abdomen eran cubiertos por vendas, que aún si rodeaban cuatro veces todo su cuerpo, dejaban poco para imaginar. Su esbelta figura se contempló como si estuviese desnuda.
Se dejó caer de golpe en su abdomen. Sujetó sus manos con fuerza para que no opusiese resistencia, y comenzó a decir.
—La primera vez que... te vi... pensé, "es un chico cualquiera, con una ilusión imposible y unos ánimos gigantescos por conseguirla" —trastabillaba de vez en cuando, pero Izuku sintió las emociones que ella enviaba con total claridad—. No pensé en volver a verte en cuanto me fui... De hecho, te olvidé unos segundos después... Pero... cuando te vi correr por salvar al joven Bakugo... No lo sé... Me recordaste a un asunto del pasado... Me hiciste querer conocerte.
—¿A qué viene todo esto? —interrumpió Izuku.
—En mediados de tu entrenamiento, al ver tu esfuerzo y dedicación, la emoción fue incrementando. Cuando ingresaste a la U.A, fue peor. Al principio traté de negarme. A los ojos de cualquiera, es ilógico que suceda... Pero pasó. Y ahora ya no puedo soportar más el verte con otras chicas...
—¿El qué...? —cuestionó Midoriya una vez más.
Ella tomó aliento. Las siguientes palabras definirían el resto de sus días.
—Me gustas, Izuku Midoriya. Aún no puedo decir que te amo, pero... me gustas... y eso lo puedo decir con total certeza —en la última línea acercó sus narices, lo suficiente para que tuviesen un leve impacto.
Izuku se había quedado absorto. En sus pensamientos, la voz con la que siempre debatía cosas estaba en un estado similar. Pensó que su maestra quizá quería desahogar su frustración sexual, con él, aunque sonaba estúpido porque seguramente conocía a muchas otras personas. Igualmente, eso tenía más sentido a comparación de lo que escuchaba.
ESTÁS LEYENDO
Mi Perfecta Casualidad
FanfictionIzuku Midorilla no pidió nacer sin peculiaridad, no pidió esas burlas tan fúnebres como cualquier mañana en la que se levanta con pesar para recibir esas malditas miradas. Lo que era su sueño, está comenzando a dejar como tal, un simple sueño, pero...