05. ━━━ egoísta

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─Creo que está dormido ─murmuró Annabeth, dejando al bebé en la cuna improvisada que habían hecho en el sillón individual de la sala que estaba desocupado

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─Creo que está dormido ─murmuró Annabeth, dejando al bebé en la cuna improvisada que habían hecho en el sillón individual de la sala que estaba desocupado. Por suerte, no era un bebé que fuese a moverse y a caerse, así que sólo debían procurar no moverlo bruscamente para que no se despertara.

Annie se dejó caer junto a su amiga en el sofá. La pantalla plana frente a ellas brillaba con una de las tantas películas de Harry Potter, Freya estaba cubierta con una manta hasta la cintura ─manta que compartió con Annie cuando ella se acomodó─ y un gran cuenco de palomitas de maíz que su padre había preparado para ellas.

Freya le dió play a la película apenas notó que su amiga se había acomodado correctamente y guardó silencio. La realidad era que estaba bastante más alegre que antes, porque cuando fue a saludar a Carlisle ─y a despedirse de él, porque los Cullen habían decidido ir a cazar al bosque─, estaba teniendo serios conflictos internos que no había tenido en varios años. Afortunadamente, su rubio y vampiro novio sosteniendola entre sus brazos por un largo tiempo había mejorado su ánimo infinitamente.

─Frey... ─la voz de Annie le llamó la atención, así que despegó su mirada de la pantalla y observó a su amiga. Ella, por otra parte jugueteaba con el esmalte de sus uñas─. ¿Puedo... preguntar por qué tu padre te preguntó si estabas bien antes?

La pregunta tomó a Freya por sorpresa, pero entendió la razón por la que había surgido en Annie aquella duda. Relamió sus labios y observó en el televisor la película que aún seguía reproduciendose, incluso si ninguna de las dos estaba prestandole atención.

Gracias a la luz que se reflejaba en el rostro de Freya en medio de la habitación oscurecida, Anne logró notar todo tipo de emociones cruzando por el bonito rostro de su amiga y se arrepintió de haber ahondado en aquello que en un principio era irrelevante. Parecía ser un tema algo delicado para ella.

─Eh... Bueno, mi padre sabe que desde pequeña siempre quise tener una familia muy grande ─empezó a explicar la pelinegra, revisando sus uñas como si fueran lo más interesante en el mundo─. Todo el proceso de estar embarazada me parece mágico.

𝗴𝘂𝘆𝘀 𝗺𝘆 𝗮𝗴𝗲,     𝖼 . 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora