06. ━━━ alma gemela

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    Después del incidente del auto y el hombre, Freya se encontraba sentada frente al escritorio de su padre con una taza de té en sus manos

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    Después del incidente del auto y el hombre, Freya se encontraba sentada frente al escritorio de su padre con una taza de té en sus manos. Estaba aún asustada y de cierta forma la cálida bebida tranquilizaba sus nervios un poco.

      ─¿Realmente viste algo? ─preguntó su padre. La pelinegra le regaló una mirada de hastío y asintió. Esa era la novena vez que su padre hacía esa pregunta en la última media hora.

      ─No estoy loca, papá ─respondió, luego entrecerró los ojos─. Bueno, quien sabe, pero yo sé lo que vi y yo vi un hombre en medio de la carretera.

      Suspiró, disfrutando el vapor del te sobre su nariz.

      ─Quizás fue la sombra de un árbol ─intentó razonar el hombre. Freya decidió por el bien de su padre y el suyo propio no responder, porque probablemente terminaría en una discusión.

      Su padre y ella se parecían en muchas cosas aparte de su físico, y entre éstas cosas estaba el carácter un poco explosivo que podían llegar a tener en ciertas ocasiones. Entre esas ocasiones, se incluían las discusiones.

      Se levantó, dejando la taza en la mesa y metiendo sus manos en su abrigo.

      ─Iré a por algo para comer ─murmuró, saliendo del consultorio rápidamente, pues lo que había traído del café en el que trabajaba, había terminado por el suelo del automóvil por el impacto. Sabía que no estaba actuando racionalmente y solo estaba huyendo, pero, ¿Cómo debía actuar una persona que había visto aparecer a un hombre en el medio de la nada?

      Caminó hacia la cafetería del establecimiento, estremeciendose un poco por lo solitario del pasillo. ¿Dónde estaba el personal del hospital cuando a uno le aterraban sus pasillos?

      Casi le da un infarto al ver a un hombre girar la esquina y caminar hacia ella, pero se tranquilizó al ver que era Carlisle. Detrás de él venía una chica rubia que hizo a Freya cuestionarse su sexualidad, junto a un chico alto y musculoso que le recordó que era heterosexual.

      Ninguno se comparaba a Carlisle, de todas maneras.

      ─¿Cómo te sientes, Freya? ─preguntó el hombre, sonriendole.

𝗴𝘂𝘆𝘀 𝗺𝘆 𝗮𝗴𝗲,     𝖼 . 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora