12. ━━━ wow. grosero

7K 956 97
                                    

Freya relamió sus labios, pensando bien sus palabras

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Freya relamió sus labios, pensando bien sus palabras. No quería lastimar los sentimientos de Mark, pero al mismo tiempo tampoco quería quedar como una payasa si es que las suposiciones que tenia eran imaginaciones suyas, producto del autoestima del tamaño de un rascacielos que se cargaba últimamente.

─No sé si estoy apresurandome a los acontecimientos, pero... bueno, ahora mismo no sé si estoy lista para citas y ese tipo de cosas ─murmuró, tanteando el terreno con cuidado. Mark asintió, sus ojos mostrando algo de decepción que Freya logró captar.

─Entiendo, no te preocupes ─sonrió, restándole importancia con un pequeño movimiento de mano─. La invitación sigue en pie, no necesariamente como una cita, podemos salir simplemente como amigos. Sin cosas raras de por medio.

─¿Cosas raras? ¿Qué clase de cita tenías en mente? ─preguntó, sonriendo y levantando las cejas. Por supuesto, estaba bromeando, no esperaba que las mejillas del muchacho se colorearan de un tono rojizo por la vergüenza. Freya tenía que admitir que tenía un encanto adorable.

Era atractivo y encantador, pero Freya estaría engañandose a sí misma si dijera que es capaz de darle su corazón a alguien, porque por muy cursi que sonara, ya tenía a alguien ahí y no iba a dejarlo ir fácilmente. No quería darle falsas esperanzas a Mark y cuando finalmente regresara, volver corriendo a los brazos de su rubio hombre.

─Quizás otro día ─se encogió de hombros, una sonrisa de disculpa adornando sus facciones. Mark suspiró profundamente en resignación y asintió─. Gracias por la invitación, de todas formas.

─Pero sigue en pie, eh ─exclamó el muchacho, alejándose con una sonrisa.




( ... )






─¿De verdad te invitó a una cita? ─preguntó incrédula Annie. Freya asintió─. ¿Aceptaste? Dime que aceptaste.

─Ann, Freya aún espera por Carlisle ─le dijo Phoebe a su amiga mientras se abrochaba la chaqueta que la protegía del frío.

─Han pasado como cinco meses ─murmuró ella─. Siento que no te haría daño ver a otras personas.

Freya entendía que su amiga sólo quería verla "enamorada y feliz" otra vez, pero definitivamente no era la apropiada para dar consejos de amor cuando había vuelto con Tyler tan sólo un par de semanas atrás. A la ojiazul no le gustaba meterse en la vida privada amorosa de sus amistades y apoyaría a Annie sin importar qué, pero no entendía su decisión. Según ella, él se había disculpado y la estaba tratando mucho mejor que antes. También, le dijo que Tyler había empezado a ir a terapia así como Annabeth misma.

Freya le deseaba lo mejor a su amiga, pero Tyler nunca le iba a caer bien.

─Estoy bien así como estoy. No necesito un novio para ser feliz, además de que enamorada ya estoy.

─De ti misma y de C ─respondió Annabeth, sonriendo y negando con la cabeza.

─Por supuesto. ¿Qué sería de mi si no me amara? ─rodó los ojos con una enorme sonrisa─. ¡Oh! Vamos al karaoke hoy, ayer me pagaron así que yo invito. Tenemos que inaugurar mi mayoría de edad.





( ... )





La pelirroja italiana corría a gran velocidad por el bosque aún cuando sabía que estaba prohibido hacerlo y que probablemente se iba a topar de frente con lobos muy enojados. Esperaba que no la cazaran antes de que ella llegara a Bella primero.

Después de haberse librado de Hernest y del resto de nómadas, Ava había seguido su vida en soledad y con un perfil bajo. Había sido difícil acostumbrarse a estar sola y no estar constantemente vigilada por James o por su ex pareja. Por eso, de vez en cuando se veía a sí misma uniéndose a Victoria y a Laurent para cazar.

Y por eso es que se había enterado de que Victoria estaba buscando venganza contra Bella, pues Edward había asesinado a su amor y para ella, era justo hacer lo mismo. Detuvo el tiempo aunque sabía que eso iba a debilitarla y se apresuró hasta que llegó al claro en el que podía oler a Bella. Era sencillo identificarla por su aroma, pero cuando llegó, se dió cuenta de que su presencia no sería necesaria.

Dejó el tiempo correr, viendo a unos cuantos metros de distancia un grupo de hombres lobo destrozar a Laurent hasta que de él no quedó más que su recuerdo. Laurent le había caído bien, pero su carácter débil nunca había sido suficiente como para lidiar con Victoria, sobre todo después de haber perdido a James.

Dejó escapar un suspiro de alivio, bajando la guardia sin darse cuenta. Mala decisión, porque cuando se fijó, se encontraba bajo el cuerpo de un enorme hombre lobo, con sus fauces justo en frente de su rostro. Su cabello rojo se esparció en la hierba y por el miedo, ni siquiera pensó en utilizar sus habilidades para detener el tiempo y quitarse a la bestia de encima.

─Bien, lobito, lobito. Me iré de aquí ahora mismo. No hay necesidad de ponerse agresivo ─cantó la muchacha. El lobo sobre ella gruñó y ella le rezó a quien fuese que la estuviese mirando en ese momento─. Ah, Dios.

Cerró los ojos, acumulando todas sus fuerzas para detener el tiempo una segunda vez en la misma hora, sin embargo, su concentración se vió opacada cuando en vez de morderle la yugular para matarla, el lobo restregó su mejilla con la de la vampira.

Los sonidos que salían de la bestia podían ser identificados como los lamentos de un cachorro si tenía que ponerles un nombre. Definitivamente no se esperaba que un lobo se restregara contra ella como si fuera un gatito y mucho menos se esperaba lo que escuchó a continuación.

─¡Sam! ¡Paul se imprimió en una cara pálida!

Wow. Grosero.

 Grosero

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗴𝘂𝘆𝘀 𝗺𝘆 𝗮𝗴𝗲,     𝖼 . 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora