07. ━━━ me gusta

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    Freya se dejó caer de mala gana sobre el taburete, apoyando sus codos en el mesón de la cocina mientras esperaba que su padre terminara de hacer el desayuno.

      ─Me quiero morir ─murmuró la dramática adolescente, ganándose una mala mirada de parte de su padre.

      ─No fui yo quien te forzó a quedarte toda la noche hablando con Carlisle. De hecho me ofrecí a venir a dejarte a casa ─la regañó Stephen. Freya levantó una mano, sin ánimos para aquello─. Ni siquiera sé por qué te quedaste. Ya hablamos de ésto.

      La pelinegra bufó.

      ─Pero a mi me gusta ─se quejó cual niña pequeña. El joven hombre rodó los ojos mientras giraba el omelette en el sartén.

      ─El doctor Cullen no es un juguete que vas a conseguir haciendo un berrinche, Nicolette.

      ─Que no me llames así ─se volvió a quejar. Su padre rió, su hija parecía estar al borde del llanto─. Y sé que no es un juguete... aunque no me molestaría que lo fuera.

      Stephen se giró bruscamente, sin poder creerse lo que su hija acababa de decir. Dió un par de pasos y se apoyó en la encimera para recuperar el aliento y la calma al mismo tiempo. Esa vez fue turno de Freya de reírse.

      ─Se te quemará ─señaló la joven con un dedo al sartén. Su padre volvió a lo que estaba haciendo.

      ─¿Realmente te gusta Carlisle o sólo es un capricho? ─preguntó el mayor. Freya unió las cejas en una mueca.

      ─Me gusta ─se apoyó en la encimera con una mano sobre su mejilla y suspiró como toda una enamorada─. Mucho. Nunca me había gustado tanto alguien.

      Stephen se volvió para mirar a su hija, suspirando al ver como realmente parecía estar encantada con Carlisle. Freya era muy abierta al momento de expresar sus emociones y pensamientos y en ese momento no parecía preocuparse en absoluto en el hecho de que él le había prohibido intentar algo con su colega de trabajo.

𝗴𝘂𝘆𝘀 𝗺𝘆 𝗮𝗴𝗲,     𝖼 . 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora