15. ━━━ mejor ahora

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Freya observó a las dos criaturas en los brazos de Carlisle como si estuviese viendo un fantasma cara a cara

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Freya observó a las dos criaturas en los brazos de Carlisle como si estuviese viendo un fantasma cara a cara. Pestañeó un par de veces en desconcierto y ni siquiera se fijó que a su alrededor todos los ojos estaban clavados en ella, probablemente esperando por una reacción.

Pero es que ella no sabía cómo reaccionar. Ella estaba esperando que los Cullen regresaran, pero no se esperaba que llegara con dos infantes de la nada.

─¿Carlisle? ─preguntó, buscando una explicación a lo que estaba sucediendo. El hombre aclaró su garganta y se acercó, dejando a los bebés en brazos de Rose y Alice. Los pequeños se veian confundidos por tantas personas a su alrededor, pero por el momento no habían estallado en llanto o algo similar.

─Creo que necesitamos hablar, Freya.

Sí, definitivamente lo necesitaban.

─Por favor cuiden de ellos ─murmuró en dirección a Rosalie y Alice. Ellas asintieron al mismo tiempo y Carlisle colocó una mano en la espalda baja de Freya para guiarla en dirección a la escalera.

Por inercia, Freya se apartó del toque del vampiro como si quemara. Lo había extrañado con locura, muchísimo, pero sentía que se merecía una disculpa y una explicación de lo que estaba sucediendo como mínimo. Carlisle había dicho que no habían roto su relación, pero la había dejado por meses sin siquiera responder sus mensajes. Era como si la hubiese ignorado por completo, como si no existiera.

Y aunque el dolor en la boca del estómago que le asaltaba cada vez que pensaba en eso había mermado con el pasar del tiempo, la incertidumbre y las preguntas que no la dejaban dormir no se habían ido. No iba a correr de vuelta a sus brazos por mucho que deseara hacerlo.

Se dejó caer sobre el asiento frente al escritorio y observó a su alrededor para intentar disminuir sus nervios. Habían cosas que seguían cubiertas por sábanas para prevenir que se llenaran de polvo, lo que le decía que apenas habían llegado y estaban desempacando. Todo apuntaba a que planeaban regresar a vivir ahí.

─Freya... ─finalmente, ella lo miró cuando el la nombró. Y sintió qué se derretia.

No lo había notado porque los bebés de antes se habían robado toda su atención, pero el vampiro parecía cansado y entristecido. Su cabello que siempre había estado perfectamente peinado se veía como si se hubiera pasado las manos por el un par de veces, y su ropa siempre pulcra no parecía haber sido planchada con anterioridad.

De cierta forma, parecía como si hubiese estado muy ocupado y estresado como para encargarse de él mismo. Por la mirada en sus ojos, parecía también haberla extrañado tanto como Freya lo había extrañado a él.

La pelinegra suspiró.

─¿Puedes explicarme que está sucediendo? Me siento en el limbo ahora mismo ─preguntó ella, jugando con el esmalte que se estaba desprendiendo de sus uñas. Carlisle asintió, sentándose frente a ella detrás del escritorio.

─Hace... algunos años, seis o siete, conocí a una mujer mientras estaba en Alaska resolviendo unos asuntos del clan ─empezó, juntando las manos sobre el escritorio. Freya mantuvo la boca cerrada, decidida a esperar a que le contara toda la historia antes de sacar conclusiones. Estaba enojada y entristecida, pero tampoco quería lastimar a Carlisle por una película producto de su propia mente─. Ambos estuvimos juntos como una pareja por un corto período de tiempo, período que acabó cuando ella se enteró de que tenía el gen de mujer lobo y se transformó.

Freya levantó las cejas. Vampiros y Lobos.

Se sentía como si formara parte de una película adolescente de romance sobrenatural.

─Tuvimos que romper la relación porque era muy arriesgado para ella seguir junto a mi siendo yo un vampiro. Semanas después ella se casó con un hombre de su misma manada por petición de su familia. Era lo que esperaban de ella y no tenía más opción que cumplirlo ─murmuró. Se notaba que el tema resultaba complicado de hablar para él. Parecía haberla amado mucho─. Durante el tiempo que estábamos lejos de aquí, llegó a mi una mujer que llevaba dos niños en brazos. La reconocí al instante como su hermana porque la semejanza es hasta... perturbadora. Me contó que su familia estaba siendo cazada porque sus padres se habian metido en problemas con la gente incorrecta y que tanto Genesis como su esposo habían sido perjudicados. Aquellos niños eran los hijos de Genesis y su esposo, ambos probablemente posean el gen lobo, pero ella me dijo que no conocía a nadie más que pudiese mantenerlos a salvo.

Un profundo suspiro abandonó los labios del hombre, suspiro que probablemente ni siquiera necesitaba porque no necesitaba respirar.

─Nunca me imaginé lo difícil que era cuidar de un bebé, mucho menos dos al mismo tiempo ─Freya asintió levemente, le entendía─. Lo siento por no contactarte durante todo este tiempo. Las cosas fueron caóticas cuanto menos y ahora con lo de Edward... Perdón.

Freya se levantó, ignorando al vampiro que la observaba con la confusión grabada en sus facciones. No necesitaba decir nada porque sabía que lo que sea que dijera, no sería de mucha ayuda para él en ese momento, así que aunque se había prometido no correr a sus brazos apenas lo viera, no podía simplemente verlo así y no hacer nada.

Su corazón dolía por el y sus cuerpo picaba por sentirlo después de tanto tiempo. Sin decir una sola palabra, Freya se subió al regazo de Carlisle y envolvió sus brazos en torno a su cuello. Cuando lo abrazó, fue como si todo lo que había estado reteniendo se desbordara, igual que las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

Los brazos de Carlisle la sujetaron por la cintura, con el cuidado suficiente para no lastimarla por su fuerza brutal, pero aún así la sostuvo firmemente.

─Nunca vuelvas a hacerme esto de abandonarme de la nada o te corto el pene ─se quejó─. Y que sepas que sigo muy enojada y que no te perdono.

La risa de Carlisle se vió amortiguada porque tenía la boca contra la cabeza de Freya.

─Haré mi mejor esfuerzo para que me perdones, Freya. Te rogaré toda la eternidad si es necesario, tenlo por seguro.

De alguna forma, todo estaba mejor ahora.

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<3

𝗴𝘂𝘆𝘀 𝗺𝘆 𝗮𝗴𝗲,     𝖼 . 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora