Freya estaba ansiosa, nerviosa y feliz todo el mismo tiempo. Estaba cien por ciento segura de su decisión, pero eso no le evitaba la incertidumbre de no saber qué iba a suceder con su futuro cuando fuese un vampiro. Porque ya estaba todo seguro, iba a convertirse en un vampiro para antes de que finalizara el día.
Habían avisado a toda la familia de lo que iba a suceder y habían corrido con la suerte de que el asunto no era calidad de urgente. Sam se estaba tomando su tiempo reuniendo y convenciendo a su gente, así que Carlisle y Freya tenían la oportunidad de hacer de ese momento un poco más íntimo y especial, en vez de algo apresurado.
No podían darse todos los lujos románticos que a Carlisle le hubiese gustado, sin embargo estaba bien.
─¿Estás nerviosa? ─preguntó Carlisle, sosteniendola entre sus brazos. Freya asintió, separándose de su cuello para verlo a los ojos con una sonrisa.
─Por supuesto que lo estoy, pero no por nada malo ─murmuró, acariciando la mejilla de su rubio favorito. Él giró el rostro y dejó un beso en la palma de su mano que hizo sonreír aún más a Freya.
Habían decidido buscar una zona bonita y apartada en el bosque para tener mayor privacidad, mientras que el resto de la familia se había quedado en casa manteniendo un ojo sobre los bebés. Freya aún no sabía cómo era que los lobos se habían enterado de la existencia de aquellos niños, pero ahí sentada en el regazo de Carlisle prefería relajarse y no pensar en algo que la estresara.
─¿Freya? ─Carlisle la regresó a tierra firme con su voz, ligeramente dubitativo─. ¿Estás teniendo dudas sobre si hacerlo o no?
Ella negó.
─Estaba pensando en cómo es que los lobos se enteraron de esos bebés, específicamente de cómo se enteraron de que era una posibilidad de que tuvieran el gen de lobo ─murmuró, dejando un besito en los labios del vampiro. Él le correspondió el gesto con otro beso.
─Tuve la misma duda desde ayer y sólo se me ocurren un par de posibilidades. Una es que hayan estado cerca y nos hayan escuchado hablar del tema ─empezó, apartando el cabello de Freya y colocándolo detrás de sus orejas. Sus ojos azules eran preciosos y quería verlos bien por última vez antes de que fueran reemplazados por rojos o amarillos─. No podría afirmarlo porque es raro que no los hubiésemos olido o escuchado, pero puede ser un escenario.
Ella asintió, comprendiendo. Ella también había supuesto algo similar.
─¿Y la otra?
─Bueno... La otra es que Bella haya hablado de más con Jacob. Después de todo, Bella es a la que menos conocemos y la que mejor relación tiene con un lobo si no te contamos a ti y Kellan ─explicó─. No pensé en decir nada frente a Edward porque no quiero activar su vena sobre protectora, pero es una posibilidad.
Freya suspiró profundamente.
Necesitaba tener una charla apropiada con Bella. Ella era muy amable y se veía inofensiva, pero si es que había sido ella, su pequeño error podría ser el causante de una guerra entre clanes.
─Hagámoslo ahora. Quiero regresar con los niños.
─¿No disfrutas pasar tiempo conmigo? ─murmuró Carlisle, poniendole cara de cachorro. Freya no pudo evitar reír, dejando un golpe en el hombro del rubio que seguro no le dolió nada.
─No seas tonto. Tendremos todo el tiempo del mundo para estar juntos ─sonrió. Luego, tomó el rostro de Carlisle y capturó sus labios en un beso mucho más íntimo que los pequeños piquitos de antes. Esta vez, Carlisle le concedió a Freya el placer de liderar el beso y simplemente le correspondió, envolviendo sus brazos aún más en su cintura y atrayendola hacia su pecho─. Te amo.
─También te amo ─después de eso, todo lo que ella pudo sentir fueron los colmillos de su muy vampiro novio clavandose entre el cuello y la clavícula.
El más profundo ardor que había sentido en su vida se disparó a lo largo de todo su cuerpo, decir que dolía era minimizar lo que estaba sintiendo. Era como si tuviera fuego líquido en su interior, era tan abrumador que ni siquiera podía expandir su diafragma para llevar algo de aire a sus pulmones. Aquella quemazón infernal parecía no tener nunca un fin, ella sentía que llevaba en aquel purgatorio personal horas y horas cuando todo lo que habían pasado eran unos cuantos míseros segundos, sin embargo, podía sentir a su alrededor la presión de los brazos que la sostenían, y saber que Carlisle estaba con ella le daba una seguridad que aliviaba su desesperación.
A lo lejos podía escuchar quejidos y hasta gritos a doloridos, pero ya que le ardía la garganta como si hubiese bebido lava y era capaz de escuchar su propio corazón latiendo en sus oídos, ella dedujo que provenían de sí misma.
Y luego, silencio.
El silencio más absoluto y pesado que había experimentado antes, lo único que dominaba sus sentidos era el hambre. Ahora lo que dolía eran sus encías, su garganta y ya no podía escuchar sus propios latidos en su oído, pero lo que si pudo hacer fue abrir los ojos que había cerrado en algún momento.
Y cuando todo a su alrededor fue más nítido y colorido, podía escuchar hasta el ruido del animal más minúsculo cerca de ellos y era capaz de oler el aire salino de la playa costera, ella supo que la transformación había sido un éxito.
( ... )
Cuando Freya entró a la casa, su primer impulso fue cubrir su nariz de inmediato. Sabía que Bella estaba ahí simplemente porque había sido capaz de oler su asquerosamente dulce sangre. Ya entendía como se sentía Jasper y por qué el pobre quería a la novia de Edward tan lejos.
─¿Puedes manejar el olor de su sangre? ─preguntó Carlisle.
─Por supuesto que puedo.
Apenas entró, fue capturada por unos enormes brazos que ella conocía perfectamente. Emmett la levantó y literalmente la arrojó al aire como si pesara lo mismo que un bebé, luego, le dió un real abrazo rompecostillas. Freya supuso que ahora no tenía miedo de realmente romperle las cosillas.
─¿Quieres que te estrelle la cabeza contra la pared? Y sabes que ahora puedo hacerlo ─se rió, agradeciendo cuando finalmente sus pies tocaron la tierra.
Aún de espaldas y gracias a los beneficios de ser un vampiro neófito, pudo sentir a Edward y a Bella alejándose y su voz salió de forma inmediata.
─Deténgase ahora mismo ─sonó fuerte y autoritaria y para sorpresa de todos, nadie fue capaz de moverse.
Literalmente, nadie pudo moverse de dónde estaban.
─¡¿Freya?! ─exclamó Alice.
─Que alguien me explique por qué razón acabo de llegar y no puedo mover las piernas ─esta vez, fue su padre quien habló.
─Parece que Freya acaba de descubrir su don. Felicitaciones, supongo. ¿Nos puedes liberar?
─Eh... Es que no sé cómo.
feliz año nuevo !!
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𝗴𝘂𝘆𝘀 𝗺𝘆 𝗮𝗴𝗲, 𝖼 . 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇
Fanfiction𝐠𝐮𝐲𝐬 𝐦𝐲 𝐚𝐠𝐞 ❛ don't know how to treat me ❜ en donde a freya ya no le interesa salir con idiotas de su edad y en el instante en el que llega a forks, su mirada está puesta en carlisle, el sexy doctor que trabaja con su padre y además, es...