Capítulo 9

37 7 0
                                    

Suspire antes de comenzar a hablar.

–Fallecí de insensibilidad congénita al dolor con anhidrosis, más corto CIPA.

–Ok, ahora explica ¿que rayos es eso?-dice Miguel interesado en el tema.

—Bueno, es una enfermedad genética que se caracteriza por la incapacidad de sentir dolor y percibir la temperatura y la falta o disminución del sudor -explico- Las señales y los síntomas suelen aparecer al nacer o durante la infancia. La incapacidad de sentir dolor y la temperatura a menudo lleva a lesiones graves y repetidas, y a lastimarse a sí mismo sin querer. Las heridas de la piel tardan en cicatrizar y las fracturas de los huesos se curan muy despacio y pueden resultar en infecciones crónicas óseas (osteomielitis) o una condición llamada articulaciones de Charcot. La falta de sudor puede llevar a fiebre alta (hiperpirexia) y convulsiones debido a la temperatura alta (convulsiones febriles).

–Woah -dijo sorprendido- nunca había escucho hablar del CIPA. ¿Y como supiste que lo tenías?

–Un día cuando tenia 10 años estaba jugando en el parque, llevaba unas horas allí y me empecé a sentir muy mal, tenía la cara roja por el calor, pero no tenía ni una gota de sudor, lo cual fue extraño, entonces cuando me acerco a mis padres, caigo al suelo y empiezo a convulsionar, llamaron rápidamente a una ambulancia y en el camino me inyectaron una sustancia que me desmayo, al llegar al hospital pude ver cómo mi madre lloraba y mi padre la abrazaba. Me explicaron lo que tenía, pero la verdad era que lo entendía muy poco ya que solo era una niña con una enfermedad peculiar, entonces los doctores llamaron a mis padres en privado y les dieron la opción de firmar un contrato en donde ellos podían hacerme análisis y estudios para poder encontrar la cura, o así me lo dijeron mis padres, pero prácticamente era un experimento, como no tenían más opciones aceptaron -dije entrecortando la voz-, duré cuatro años siendo un experimento. Vivía en el hospital prácticamente, me hicieron pruebas, operaciones inservibles, etc. Eso fue lo que me mantuvo viva durante esos años -hice una pausa- Ya que los doctores creaban sustancias y me las inyectaban, pero pasaban un par de semanas y pasaba el efecto, fueron momentos difíciles -recalque-, además de vivir la mitad de mi preadolescencia en una cama de hospital, también hice bastante amigos que, o se marchaban felices a sus casas después de haber superado lo que sea que tuvieran, o tenía que ver cómo agonizaban está el punto de morir.... -terminé de decir algo nostálgica.

Miguel no sabía que decir, estaba anonadado por tal confesión.

–¿Perdiste a alguien importante en ese hospital?

–Si, perdí a muchas personas, pero alguien en específico me fue arrebatado por una equivocación de una estudiante -cerré los ojos con fuerza y apreté la mandíbula antes de volver a abrirlos-, se llamaba Marcos, él tenía que estar conectado a una máquina por problemas del corazón. Ya se estaba curando y le quitaron la máquina, todavía tenían que hacer análisis y estar pendiente de él.... Su habitación estaba al frente de la mía y podía verlo, entonces mandaron a una estudiante a suministrarle un líquido para que su corazón latiera civilizadamente ya que a veces palpitaba de forma precipitada sin siquiera haber hecho nada, pero la chica le puso anestesia local, lo cual hizo que su corazón bombeara tan rápido que dejó de palpitar a los pocos segundos. Era mi único amigo, el falleció un año antes que yo.

La mirada de Miguel solo expresaba lastima.

–No me mires así -supliqué-, que muchas personas lo han hecho y no es agradable que te vean con lastima.

–No te tengo lastima -dice- solo que es bastante fuerte, tuvo que haber sido du....

–Es mejor que te duermas -dije rápidamente- ya es tarde.

Viva pero muertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora