Capítulo 37

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Kiara

¿Todavía no han llegado las pruebas de la comisaría?

–Si, según los exámenes el jugo tenía una droga nueva llamada Liflua, según se vende en el mercado negro y es una droga que hace de quienes lo consuman tengan mucha sed.

–Vaya, las personas y sus inventos.

–Ya lo creo.

Habían pasado varios días desde aquel insistente en la escuela, ese chico ha estado muy raro.

Miguel intentó hablar con Matt pero este se negó rotundamente a comentar algo, incluso decía que no sabía nada sobre esa pulsera. Obviamente mentía.

Los oficiales habían intentado encontrar algo en la pulsera, pero lo único que encontraron fue pequeños pedazos de madera en polvo, muy pequeñitos, tanto así que si no hubiera usado el microscopio nadie lo hubiese visto.

Es algo bastante raro la verdad,  aquí en Blackfall el único indicio de madera era en el bosque.

Vamos de camino a la comisaría ya que llamaron a Miguel para comunicarle sobre nueva evidencia que habían encontrado.

Al llegar nos bajamos del auto y una mujer nos recibe y nos lleva hasta la oficina del oficial.

–Buenas tardes Miguel, adelante.

–Buenas tardes oficial -Miguel entra y cierra la puerta detrás de el para luego sentarse en la silla del escritorio- ¿algo nuevo?

–Así es, como usted y la señorita Coleman nos habían dicho que tenían sospechas sobre un tal compañero, lo hemos investigado, sabemos que tiene una hermana y que sus padres están casados, que se llama Matt Alejandro Acosta King.

«Al investigar mandamos a uno de nuestros investigadores a seguirlo, pero aparentemente se dio cuenta ya que un día se perdió, por eso decidimos una noche mandar a un espía que tenemos a poner un rastreador en su auto.

–¿Y no se dará cuenta?

–Imposible, está debajo del motor del auto.

Vaya, buen lugar para esconderlo.

–Y eso es todo por hoy.

–¿No tiene alguna pista sobre su paradero?

–Lo lamentó Miguel, pero aún no tenemos nada.

El se decepciona y asiente, se despide y salimos de la comisaría.

–¿Que haremos ahora? -pregunto cuando nos montamos en el auto.

–No lo sé -arranca el auto.

–¿Que día es hoy? -pregunto.

–Lunes.

–Noo, en numerito.

–Ahh, siete de febrero.

Me quedo en silencio y recuerdo.

–¡Faltan 15 días para tu cumpleaños!

Él sonríe un segundo pero luego vuelve a su expresión seria.

–¿No estás feliz? Cumplirás diecinueve.

–La verdad es que no, los cumpleaños han dejado de tener sentido para mi.

«Nana era la que se la pasaba conmigo todo ese día, como no tenía amigos, ella siempre me hacía sentir feliz y acompañado.

Él sonríe con tristeza y puedo notarlo.

Viva pero muertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora