Capítulo 28

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Advertencia: este capítulo puede contener partes asquerosas o molestas para algunas lectores, aquí solo Miguel nota como es su padrastro, así que no es obligatoria leer.

👻

–¿Qué? ¿De verdad?

–Sip -abre la ventana y se adentra en su habitación.

Miguel después de que le conté lo sucedido, dijo que se estaba haciendo tarde y que debíamos volver. En el camino me contó varias cosas.

–A ver si entendí -entro por la ventana y este la cierra- a Tyler nunca le ha gustado que entren al baño de invitados, y casi nunca lo usan porque tienen los suyos. ¿Allí adentro Tyler esconde algo?

–Es lo único que me imagino que puede haber ahí.

–Falta otra cosa que no te dije -me arme de valor para contarle lo que me faltaba.

–Cuéntalo.

–Es algo fuerte Miguel...

–Debe de ser muy fuerte ya que es la primera vez que pronuncias mi nombre... -me observa fijamente desde la cama.

–Tyler es un asesino...

–¿¡Qué?!

–Lo vi, debes confiar en mi...

El iba a decir algo pero escuchamos como una puerta se cerraba y escuchamos pasos por las escaleras.

–Si es Tyler debemos seguirlo, es la única forma de que sepas la verdad.

–Vamos...

Salimos de la habitación con sumo cuidado y al escuchar como salían por la puerta principal, nos apresuramos a buscar las llaves del auto.

–Mortal no podemos ir en tu auto, el lo sabrá.

–Tienes razón espectro -saca otras llaves de la gaveta que hay en la cocina- Usaremos el de mi padre.

–¿Dónde está?

–Sabes el carro de al frente -asiento- ese es, mama prefiere dejarlo ahí, ya que Tyler no le hace mucho caso y piensa que es de los vecinos.

–Bien, vamos

👻

–Una casa abandonada.

Duramos casi media hora siguiendo a Tyler a una distancia prudente para que este no nos viera.

–La ultima vez fue en un edificio. Y en su guantera tenía medicamentos.

–¿Medicamentos?

–Si, decía que él tenía bipolaridad y ataques de ira, y que debía de tomarse los medicamentos, pero aparentemente nunca lo hizo.

–Vaya, si que eres chismosa.

–¡Oye! -lo miro feo y él se ríe- ser chismosa nos ha servido hasta ahora.

–Tienes razón, espectro: 1 ,moral: 0.

–Ja, te gané.

Él niega y bajamos del auto que dejamos unas calles lejos del galpón para que no fuera sospechoso.

–Espérate aquí -le dije- yo iré a ver si hay alguien dentro que pueda verte y te aviso.

–Okay.

Miguel se esconde detrás de un arbusto y yo camino de lo más normal por el estacionamiento que va directo al galpón, al traspasar la puerta veo que no hay moros en la costa y le hago una seña a Miguel para que venga.

Viva pero muertaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora