Vivir es uno de los privilegios más grandes del mundo, poder sentir, tocar, que te vean y te escuchen, es simplemente maravilloso, esta es la historia de la vida de Kiara, bueno más bien de su otra vida...
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Comenzó: 06/0...
–¡Cero! ¡Cero ven aquí! -grito llamando al animal.
Este viene moviendo la cola, es un pitbull -algo ilegal, pero mi padre logro conseguir una orden para poder tenerlo en casa, con la única condición de que no lo sacáramos a la calle, y que si lo hacíamos fuera con bozal-, obviamente preferimos no sacarlo ya que no nos gusta eso de que no se sienta libre.
–Mira quien es el perro más bonito del mundo -dice una niña de diez años que todavía no sabía de su enfermedad- eres el mejor perro del mundo.
–¡Kiara! ¡A comer! -gritó una señora joven con cabello castaño.
–Voy mami, espérame aquí Cero.
Le lanzó su juguete masticable y este ladra y mueve la cola con alegría.
La niña salió corriendo a los brazos de su madre quien la agarró en el aire y la hizo girar, la niña río y supo que quería vivir así por el resto de su vida.
Si tan solo se pudieran regresar a esos momentos felices...
Abro los ojos mientras me recuesto en la arena con unas increíbles ganas de llorar.
Quiero llorar, en verdad quiero hacerlo. Siempre me he sentido sola -y digo sentido ya que al estar viva no lo estaba-, pero ahora era diferente, cuando estaba en casa de Miguel me sentía bien, feliz, en compañía, por fin sentía que alguien no me juzgaba o me tenía lástima, todo era distinto, a pesar de que Liam no pudiera verme, disfrutaba viendo sus reacciones o como actuaba, y amaba la forma en la que Miguel y él se llevaban. No eran hermanos de la misma madre, pero sin duda eran hermanos por elección.
Suspiro cansada de tanta soledad mientras observo la luna y las olas desde el mismo lugar en donde he estado sentada tanto tiempo. De repente veo como la arena empieza a mojarse por el lluvia que se acercaba.
Quisiera ir a ver a mis padres... pero no puedo. Simplemente no puedo hacerlo después de la forma tan repentina en la que me fui.
Y Mateo... ya debe ser todo un señorito, los extraño tanto, como me hubiese gustado que las cosas fueran distintas.
Ya Kiara, deja de seguir lamentándote.
¿Que mas quieres que haga?
Levántate y vámonos.
¿A dónde?
Querida, puedes recorrer el mundo tu sola, sin morir de sed ni hambre, sin tener calor ni frío, sin cansarte... ¿por qué todavía sigues aquí?
No lo sé...
Sigues con la esperanza de que el volverá,pero sabes que no es así. Vámonos.
Tienes razón, lo mejor será irme.
Con un nudo en la garganta decidí levantarme para salir de este pueblo, mis padres viven un poco lejos de aquí, pero desde que fallecí nunca pensé en dejar el lugar. Empiezo a caminar por la playa para darle un último recorrido.
Si tan solo las cosas hubieran sido distintas...
–¡Kiara! ¡Kiara! -gritaron.
Quede inmóvil, reconocía esa voz, por supuesto de lo hacía, ¿tenía miedo de girar? Si, mucho. ¿Quería que fuese él y no un fruto de mi imaginación? Sin dudas.
Me volteó lentamente para ver de donde proviene la voz, y a lo lejos veo la figura empapada de Miguel.
Todo su cabello estaba pegado a su nuca y rostro, llevaba una camisa empapada al igual de sus jeans. Cuando nuestras miradas se encontraron el esbozo una sonrisa que confirmó todo los hechos.
Me estaba enamorando de Miguel.
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Lamento que el cap sea así de corto, mañana intentaré publicar más ya que he tenido un bloqueo lector estos días.
