Invisible Thread || NamMin

Fourthy-four threads: Invariable

Taehyung se dio cuenta de que tras conversar con Namjoon, Jimin está más tranquilo y dejado. Aún no transita por zonas donde sabe que están Yoongi, Jungkook y él usualmente, pero contrario a dar una vibra deprimente emana tranquilidad y lo alegra que sea así. Namjoon desde siempre ha tenido un efecto tranquilizante en las personas, gracias a su forma de hablar, saber que decir y capacidad de hacer contacto con él problema para solucionarlo.

Jimin es así también. Es alguien que sabe escuchar dilemas ajenos, dar su opinión, prometer su ayuda y al mismo tiempo darte la calma que no tienes. Ambos se parecen mucho. Es un tanto cómico para Taehyung verlo de ese modo. Pues quiere decir que durante el receso de Jimin, Namjoon toma el papel para ayudar a quien hace lo mismo. Muy divertido y tierno a más lo piensa.

Jimin está a poco de curarse, el espejo está a poco tiempo de volver a su estado original y el cielo se muestra en su característico color rosa de casi siempre. Un avance que en términos prácticos es tener un pie fuera de este lugar. Taehyung, sin embargo, se ha tomado otro deber. A diferencia del resto, no puede darse el lujo de dormir por doce horas, comer como animal y admirar el paisaje como si no hubiera nada más que hacer. No. Él tiene una misión exageradamente importante.

Con el pequeño inconveniente de que no sabe si lo está haciendo bien. O si hace algo para empezar. En términos de hacer magia nunca ha sido muy bueno. Rara vez usa sus poderes. A diferencia de Jimin que va de aquí para allá con ellos porque para algo los tiene.

—Así que—Hoseok suena los labios—. ¿Pudiste hacerlo?

—No me preguntes. Me estreso y me complicó más. —lloriquea Taehyung

—Lo tomaré como un no—ríe Hoseok—. El cielo ya está rosita y he visto a Jimin ir cantando y danzando por los pasillos. En teoría todo está mejorando así que no te apures o alteres. —recomienda y Taehyung hace puchero antes de arreglar su cabello.

—Se supone que puedo modificar este mundo hasta en que el cielo se vea verde, pero no lo logro hacer—reclama en voz baja—. Es odioso. Demasiado odioso. —Exhala agotado.

—Llevas dos días de intentarlo. Ya saldrá—Le da palmadas en la espalda y Taehyung continúa con la expresión de niño enfurruñado—. En fin, vamos a comer y luego continuas con- ¿Qué? ¿Qué pasa?

—Alguien vino.

~ * * * ~

—Esto me hace sentir peor.

—Quizá queme este cuarto después.

Jungkook sale de la habitación que está llena con cuadros que ha hecho. La habitación de las creaciones de Yoongi está al lado. Por ello él sabía de esto. Lo llevo a verlo solo para que se diera cuenta de que sus creaciones forman parte de las expresiones más apreciadas por un dios. Mérito que no todos tienen. Jungkook no puede evitar marearse con ello. Es como un constante empuje a decirle "casi le cortas el brazo y el cuello a quien ha ayudado a que quieras pintar". Deprimente.

La conversación que tenían se interrumpe cuando frente a ellos, de repente, camina un lobo de tres metros. El animal de pelaje negro se los queda mirando antes de mostrar los colmillos, gruñir y dar un par de pasos en su dirección.

— De don—Traga duro—. De dónde-

— ¡Fenrir! ¡Viniste!

El lobo suaviza la expresión y mueve la cola. Jimin se acerca por otro pasillo hasta llegar a donde está el lobo. El animal jadea y choca la cabeza contra el pequeño dios que lo mima y abraza. El lobo se encoge, cambia de forma hasta lucir como un hombre alto, de cuerpo grande y lleno de vello. Parte de sus características animales siguen ahí. Las orejas, los ojos, parte de la nariz y el hocico. Jimin aprieta los ojos con una sonrisa por los besos y lamidas que recibe.