Invisible Thread || NamMin

Thirty-one threads: Sin coincidir

Bosteza y continúa en su observación por la ventana. Admirar las estrellas que brillan. Finalmente el cielo se despejó y pueden ver las lunas, el cielo oscuro por la noche de horas y horas junto a las estrellas decorativas. Mete las manos en su pantalón y extrae el papel arrugado, con miles de manchas por todo lo que han transitado hasta ahora. Es un milagro no haberlo perdido para empezar.

—No sé si me alegra no haber tenido que usar esto nunca. —murmura pensativo. Tanto sufrir para intentar componer esa canción y al final no la ha usado en ningún lugar. Ya tras tanto tiempo, cae en cuenta de que tal vez sí se apuró demasiado en insultar a Jimin.

Debió esperar a que lo escuchara y si aun así se negaba, maldecirlo e insultarlo en todos los aspectos que pudiera. Que fastidio. Se duerme con el papel arrugado en la mano, los ronquidos de Namjoon de fondo y Taehyung junto a Hoseok en un intento débil por no hacer mucho ruido.

Al dormir y despertar se siente como un parpadeo y por un instante, pensó que eso había pasado: durmió, despertó. No le tomó mucho tiempo darse cuenta de que eso no es así. Pues no está en la casita que recuerda, no reconoce este lugar. Ni siquiera haber fantaseado con un ambiente así para alguna pintura de estilo fantástico medieval.

Camina por los pasillos, sin prestar mucha atención a los cuadros. Incapaz de notar que son cuadros suyos. Escucha una risa conocida y la persigue ansioso, sonriendo amplio al hallar de quién se trata.

— ¡Yoongi!

Le salta encima a abrazarlo, lo cubre con su cuerpo y las palmadas en la espalda son capaces de aumentar las ganas de llorar. Tiene meses sin verlo. Aun con todas las afirmaciones que le han dado...

—Tranquilo, estoy bien.

Tiene miedo de que sea mentira y él ya no esté.

Que, al llegar al palacio, no esté ese Yoongi que conoce. Moquea y solloza, presiona el agarre en torno a él.

—Eres un niño muy llorón—queja Yoongi en un suspiro. Jungkook esconde la cara en el hombro de Yoongi—. Haces parecer que no me verás jamás de nuevo.

— ¿De verdad estás bien? —cuestiona con voz quebrada.

—Claro que lo estoy.

Se aparta un poco. Luce como lo recuerda. La única diferencia notable es que tiene el pelo largo y eso no pensó que fuese una posibilidad. Le encanta. Es hermoso. Ni siquiera sabía que necesitaba verlo así. Le extraña la ropa que usa. Pocas veces lo ha visto usar algo tan femenino. Diría que es neutral, pero por los acabados más delicados es un aspecto afeminado.

—Estás algo... distinto-

—Tengo casi un año aquí ¿Qué esperabas? —Jungkook enrojece avergonzado. Es un buen argumento, por desgracia—. Aunque dentro de poco dudo que puedas verme—Yoongi acaba de alejarse y se sienta sobre la mesa, toma una galleta que hay—. A menos claro, que continúes con tu vida como de costumbre.

— ¿C-costumbre? ¿De qué hablas?

—Pintar, música, baile, esas cosas—Aclara Yoongi con la boca llena, se cubre la boca con la mano—. Por eso estoy aquí después de todo.

—No entiendo.

—Por mi seguiste pintando ¿O no? Ibas a rendirte ¿Lo olvidas? —Se muerde el labio, no es el mejor estado para preguntar eso—. Ibas a estudiar una carrera horrible, olvidarte de todo, pero yo te lo impedí—Come otra galleta—. Y aquí estamos...—Cruza las piernas—. Hablando de musa a artista.

— ¿No eres Yoongi?

—Sí lo soy. Soy "Yoongi", quien te ayuda a continuar con lo que amas—Ladea la cabeza a un lado, el cabello negro y trenzado cae por su hombro—. Él te ve a ti, tú a él, una relación bidireccional. Arte por amor de uno al otro—Sonríe débil—. Es encantador.