Nine threads: Invasiones sutiles

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— ¡POR AMOR DE DIOS CÓMO AVANZAMOS TAN LENTO! —reclama Hoseok sentado en una piedra. Taehyung ríe por la nariz.

—Porque ustedes caminan muy lento y se cansan.

— ¿¡Y tú no!?

—Podría volar hasta dónde está el palacio o donde creo que es, pero también me cuesta cansarme aquí. —responde Taehyung con sencillez.

—Al menos no hace calor, tampoco mucho sol. —Aporta Namjoon viendo alrededor. La vegetación continúa en su pomposa perfección y suavidad. Empieza a temer que mute de repente se hagan monstruos o algo así.

Demasiada belleza junta debe ser una trampa.

—A este paso vamos a tardar esos seis meses. —quejumbra Jungkook. Llevan casi tres horas caminando y no sienten que vaya a ningún lado. Sin duda han avanzado, pero no lo suficiente. Ni siquiera han podido alcanzar las montañas.

—Este lugar es inmenso. —Es lo único que logra concluir Namjoon.

—Bueno, es más grande que Rusia si nos vamos a los tecnicismos así que sí, es enorme. Continuemos. Quiero que lleguemos a ese poblado al pie de la montaña al otro lado. —Hoseok da un quejido largo y fastidiado. Se levanta de nuevo y reanudan la marcha.

Taehyung vigila el entorno. Está seguro de que falta poco para que el gobernante de este sitio, se dé cuenta de que están aquí.

~ * * * ~

Estuvo inseguro de sí ir a buscar a Jimin o no. Principalmente por recordar lo que vio en el comedor. La música de tinte clásico lo hace buscarlo de todos modos por investigar de qué se trata. Lo que consigue resulta mucho más encantador de lo que esperaba.

Los instrumentos parecen tocarse solos, todos de plata y oro en su composición, los instrumentos de cuerda con hilos brillantes y traslucidos. El sonido que llena el salón de baile donde el dios se dedica a danzar la melodía de forma perfecta y elegante, casi magnificente. Yoongi acaba de entrar, lo observa con genuina admiración.

Ha visto a Jimin bailando, pero nada serio o relevante en realidad. Esto es distinto. Aquí puede ver lo fácil que es para él moverse, lo flexible, pero firme que es todo su cuerpo. Siguiendo la melodía o haciendo que lo siga a él. Asume que se trata de ballet, al menos una parte, su continúo levantar de puntas conjunto con los giros perfectos.

Rotos por movimientos curvilíneos, imperfectos en su forma, pero magistrales en su ejecución. Jimin permanece con los ojos entrecerrados, concentrado en algo que Yoongi desconoce. El cabello rosado y lleno de ondas que se mueve y salta junto a él, junto a la ropa suave que deja ver buena parte de su piel pálida.

Y acabar, de repente y sin más, dejándose caer sentado en el suelo. Jimin gira la cabeza hacia Yoongi y sonríe débil.

—Perdón, no te noté.

—No importa... Bailas muy bien.

—Gracias. —Se abraza las piernas y recuesta la mejilla en sus rodillas.

— ¿Quiénes tocaban los instrumentos?

—Los mismos que cocinan, limpian y hacen la mayoría de cosas por aquí ¿O pensabas que estamos aquí solos? —Yoongi frunce las cejas. Eso solo quiere decir que eso que vio en el comedor es real y-

— ¿No has pensado en hacer limpieza de alimañas?

—No son alimañas, son-

Se queda callado y mira a otro lado. Yoongi es capaz de notar que muy, muy, muy exageradamente lejos, hay una grieta en el cielo. De ahí salen un par de luces. Jimin entrecierra los ojos y se levanta de su sitio. Apoya la mano en un pilar, los ojos fucsias que se deslizan por el cielo para tantear alguna otra fisura.

—Una grieta como si nada—murmura en voz baja—. Eso no puede ser bueno...

— ¿Que fue eso?

—Una grieta.

— ¿De qué?

—Del mundo. Un amigo mío vino. Qué extraño, no pensé que lo haría—Cierra la mano y se crispa ligeramente—. Mejor quédate aquí tranquilo, quienes vienen no suelen ser buenos. No con los humanos que traigo.

— ¿Has traído a más gente? —replica Yoongi y Jimin asiente. Es extrañamente sincero a la hora de responder sus preguntas. Si no las elude, es porque ni siquiera le preocupa—. No entiendo ¿Por qué seria agresivo conmigo?

—Umm... preferiría no hablarte de eso, al menos no aun, lo más seguro es que no tengas una buena imagen de mí si lo hago- —admite con una sonrisa tímida y Yoongi estira los labios.

—Ya tengo una mala imagen tuya. Me secuestraste y me tienes aquí aun cuando te he dicho que quiero volver a... a...

—No le tengas miedo—pide Jimin estirando la mano y tomando a la araña de pelaje abundante y negro. Sus ojos entre rojo y fucsia le generan escalofríos a Yoongi—. Te van a acompañar mientras esté fuera. Quédate en tu habitación hasta que vuelva. No me voy a tardar demasiado—Promete amable—. Es una pequeña invasión, pero este mundo sigue siendo mío.

—Nononono, aléjala de- Ay no.

—No la aplastes, si te molesta la dejas en un mueble y ella te acompañará sin que lo notes o te enojes. —afirma y Yoongi no tiene tiempo de reclamar antes de que Jimin se desvanezca, pasando tras un pilar y sin estar ahí en menos de un segundo.

Lo intenta ubicar. No sabía que podía hacer eso. Lo que le da la señal de que todo este tiempo, ha caminado solo por acompañarlo. Entre tierno y raro. Deja a la araña en un mueble y sacude la mano con asco. Una araña. De las miles y miles que vio comiendo en la mesa del almuerzo ayer. No cree que su estómago lo aguante y el repentino sonido que había ignorado hasta ahora, cobra más sentido.

El maldito palacio está infestado de arañas.

Por todos los putos lados.

Va apurado a su habitación, quiere pensar que ahí, al menos no hay tantas y con eso se puede conformar. Tal como Jimin, la araña no se le acercó a pesar de haberlo perseguido todo el tiempo.

Invisible Thread || NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora