Twenty-six threads: Ciego involuntario

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—Holly ya... Holly por favor...

Se remueve y trata de huir de su perro. Nervioso. El animal se acurruca y esconde en Yoongi que exhala fastidiado. Abre un ojo y alcanza a ver por la ventana. Encuentra que el cielo está gris de nuevo, pero un gris deprimente y no agresivo como hace un tiempo. Acaricia a Holly por inercia, una lluvia ligeramente fuerte cae afuera y vira la mirada hacia la hora.

Es de medio día. Durmió mucho. Quizá demasiado. Las arañas lo tienen demasiado mimado. No puede comer mucho cerca de la cama porque cae como tronco. Levanta y se rasca la cabeza. No se ha cortado el pelo en todo este tiempo, así que tiene una cabellera bastante importante a este punto. Suele atársela tras la cabeza, pero ahora mismo, le da pereza.

Decide ser directo y buscar al motivo de que el cielo llore: el dios que llora. Lo descifró cuando lucia apocalípticamente negro. Unirlo a las emociones de Jimin fue muy simple. El problema real es encontrar su habitación. Nunca ha estado ahí en realidad. Le toma media hora y revisar veinte puertas para asegurarse.

La habitación de Jimin es, casi como se la imaginó. Del techo caen largos doseles con forma de telarañas; una cama enorme donde puede haber veinte personas cómodamente; cojines enormes por doquier con diversas formas. Casi infantil; un par de divanes cerca de mesas con botellas de licor vacías; copas usadas y uvas en platos grandes.

Una pantalla tras la cual se halla un mueble y un closet abierto con vestimenta variada. Se acerca a la cama donde distingue la pequeña figura bajo la sábana. Escucha el sollozo leve y no resiste suspirar, lo ve con profunda pena. Porque, de verdad ¿Qué podía esperar de un tipo como ese?

—Se fue ¿Cierto? Escucha, tengo experiencia tratando con gente de mierda y no puedes esperar nada de alguien que empieza por insultando lo que amas—Toma asiento en la cama y Jimin descubre la cabeza—. No le gustan tus arañas, no les gusta que te parezca a una, te quiere coger y se acaba. Es todo.

—Dijo que se iba a quedar unos días.

— ¿No me estás escuchando o qué? Él-

—Dijo que se iba a quedar... —Vuelve a esconderse.

Yoongi se da cuenta de que hay un papel arrugado en un extremo, puesto sobre la mesa de noche. Lo alcanza y le lo que está escrito. Una simple disculpa y pedido de que la próxima vez, no tenga los agujeros en la espalda. La arruga y rompe del todo. Se frota la cara con las manos y se aparta el cabello.

—Yo no te quiero. Él no te quiere—Concluye con rapidez—, no quiere decir que no haya nadie que te pueda querer de la misma forma tonta—afirma confiado al respecto y con la sutil esperanza de que Jimin lo escuche—. Puedo ayudarte a buscar a alguien. Una persona que disfrute estar aquí, disfrute escucharte, disfrute lo que haces... forzarme a quererte no va a funcionar y dejarte engañar por un hijo de puta tampoco.

Jimin solloza con más fuerza y ocasiona que la lluvia empeore. Es la primera vez que Yoongi le da alguna muestra de afecto y es para consolarlo. Se le hace deprimente. Yoongi lo palmea con el poco cuidado que puede ofrecer para estas alturas y medio dormido. No sabe todo el contexto, lo ignora por completo, pero tiene la seguridad de que esa persona que lo quiera existe.

Debe existir.

Es decir, duda que esté así de maldito como para-

—Ellos no quieren que yo sea feliz. Nunca lo han querido... ellos... ellos me hicieron así—Yoongi aparta lentamente por notar que Jimin vuelve a tener esas enormes patas de araña—. Ellos tan solo me quieren aquí...

—A-ay no-

—Para seguirse burlando de mí, engañarme y... no soporto quererlos de todos modos.

Yoongi se pone pálido. Toda la parte inferior de su cuerpo es el abdomen de un araña. Desde las patas hasta la textura lisa. Su torso sigue siendo humano, con la diferencia de que tiene pelaje tan abundante como un abrigo de piel animal. Seis ojos, dos en diagonal a los usuales y otros dos por encima casi al ras del cuero cabelludo. Manos negras y con garras, sus seis patas cubiertas de pelaje y dan a parecer que son de peluche. La larga cabellera ondulada parece un cumulo de todo el hilo blanco que suele usar para tejer antes de que se tinte.

Visto así, es como un monstruo extraño que no deja de llorar por su propia fealdad y es aún más miserable de lo que ya lucia.

—Es-escucha—Le da un par de toques en una de las patas, llama su atención lo suficiente para que lo mire. El rostro rojo y empapado de lágrimas—. Insisto, hay un loco para cada quien. Yo no podía ni mantenerme vivo por mí mismo y aun así tuve a Jungkook; Taehyung también es un desquiciado que consiguió llamar la atención Hoseok, vive en despiste... sí, es raro y un poco desagradable, para que te voy a engañar, pero lo vas a conseguir—afirma con una sonrisa leve y Jimin solloza con más fuerza—. Hay alguien para ti, en algún lado, solo que aún no lo encuentras.

—Todos quienes vienen y me aman mueren... estoy harto de buscar—admite quebrado—. No quiero estar solo de nuevo, no soporto estar solo.

Yoongi se queda sentado a su lado. Con la sensación de que es una pulga diminuta ahí puesta. Se ahoga con su propia saliva cuando la puerta es abierta de forma brusca. Yoongi suda frío. Siente que quedó como estúpido de pensar que ya el tipo no estaba aquí. Aunque tiene pinta de haber llegado recientemente. Pues está empapado de lluvia y arrastrando algo. Jimin levanta de la cama, pasa de Yoongi y moquea.

—Sabía que me estabas mintiendo.

—Aun no es de este mundo y es mortal, por ende, no es nadie para ti—aclara simple. Una excusa—. ¿Qué haces aquí? Es- ¡¿POR QUÉ HICISTE ESO?!

—Tu alimaña me estuvo persiguiendo. Deberías entrenar mejor a esos-

Yoongi no sabe en qué momento pasó, con qué rapidez es capaz de moverse algo tan grande y extraño como Jimin en esa forma. O cómo es capaz de pasar a ser tan vulnerable a algo genuinamente letal. Jimin toma al hombre por el cuello, con largas pinzas en forma de oz fuera de su boca al mismo tiempo que ruge. Enojado. El pelaje de sus patas se alisa y las deja ver puntiagudas, capaces de atravesar cualquier cosa.

Yoongi se acerca para revisar, es la araña del jardín, con la que admite haber jugado alguna que otra vez desde el balcón, tiene un par de patas menos y a juzgar por cómo se queda patas arriba, está muerta. No sabe cómo medir pulso en una araña. Jimin golpea al hombre contra la pared.

—Cómo te atreviste a hacerle daño. —Gruñe rabioso

—Una araña más, una menos. Si no fuera tan grande la habría pisa-

El único mortal en la habitación deja caer la mandíbula de impresión de ver cómo Jimin toma la cabeza del hombre con ambas pinzas y usa las manos para abrirle el pecho. Lo deja caer el piso, tendido y sangrante. Regresa hacia él y Yoongi sufre un instante de pánico. Creyendo que iba hacia él.

—Bebé, despierta, vamos... ¿Bebé? —tinta al girar a la araña enorme. Yoongi no sabe si preocuparse por el cadáver del tipo en el piso o de que Jimin llame "bebé" a eso. Pensó que tendría algún nombre o una mejor forma de llamarlo—. Ay no...

— ¿Está muerto? ¿O tiene salvación? Debería tenerla ¿No? —tienta y no consigue respuesta.

~ * * * ~

—Anda a ver, es tu mejor amigo. Quizá es serio. —repone Hoseok y Taehyung sacude la cabeza. Su expresión de pánico deja claro que hay algo mal, pero no lo ha dicho—. ¿¡Por qué no!?

—E-escucha, yo no soy un dios luchador. Yo soy del que se queda mirando a quienes pelean y si voy habrá una pelea. No puedo arriesgarme a involucrarme. No es tan fácil—explica superficialmente, Hoseok se cruza de brazos y lo mira desde arriba, claramente disgustado—. Aún no ha salido de aquí, percibo la presencia aun presente. Hasta que no se marche, meterme en ese palacio es suicidio.

—Si no vas a ir ¡Al menos dime que sucede! —Taehyung vuelve a negar.

Es un tema de dioses que, lastimosamente, es mejor que no sepa.


Invisible Thread || NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora