ℭ𝔥𝔞𝔫𝔤𝔦𝔫𝔤 𝔱𝔥𝔢 𝔖𝔫𝔞𝔨𝔢;𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞.

xlv. Tiendas Muggle

NARRADOR OMNISCIENTE

—Tom— Pryxtine llamó su atención mientras estaban abrazados en la cama.

—¿Si?— dijo mientras le acariciaba el pelo.

—Por todo lo que pasó, he entendido de disgusto por los muggles— lo miró a los ojos.

El la veía extrañado, su mirada decía que algo se había roto dentro de ella.

—Pryxtine, no cambies tu opinión solo por mi— le sonrió reconfortante.

—No, Tom, no solo fue lo que me pasó, vi cómo unos hombres querían secuestrar a unas niñas para venderlas a hombres ricos— recordó lo que vio en la mente de aquel hombre.

—Yo, no sabía— Tom la abrazó acercándola más a él.

—A partir de ahora te ayudaré a todo lo que necesites, no quiero que le hagas daño a gente inocente, solo a los que lo merecen— ella lo miraba con suplica.

Ese no era el plan exactamente de Tom, él mataría a quien fuera si era necesario, pero ella acababa de conocer lo que los muggles eran capaz de hacerle a gente inocente, no quería romperle esa ilusión a ella de acabar con la maldad.

—Pryx, ese no es la idea de lo que haré, tu sabes que mataré al que intente detenerme de ser el más poderoso y temido.

—Por favor, Tom, déjame ayudarte en eso, a veces la muerte no es la única solución.

Tom lo pensó un poco más, esta vez Pryxtine era la que le estaba pidiendo que la involucrara más en sus planes y eso lo aliviaba un poco, pero no quería que sufriera viendo todo lo que haría ni que se sienta arrepentida después. Lo que menos quería era hacerle daño a Pryxtine.

—Bien— Pryxtine sonrió victoriosa— pero— dejó la sonrisa de lado— piensalo más, tal vez esto lo dices por lo que acaba de pasar, te daré un par de semanas y te lo volveré a preguntar, no quiero que después te arrepientas y te sientas mal— le acarició su mejilla— quiero que estés segura de esto porque no hay vuelta atrás, y no me enojaré si te arrepientes, ¿está bien?— dijo dulcemente mirándola.

—Si, Tommy— lo besó.

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Pryxtine había regresado al colegio, nuevamente sus tacones resonaban por los pasillos de Hogwarts hacia el aula de pociones donde sus alumnos de quinto año esperaban en ella.

—Buenos días, clase— los alumnos de Ravenclaw y Gryffindor contestaron a su saludo— Hoy veremos una poción muy especial que te ayudará a saber la verdad— los miró atentos— página 25.

—Veritaserum — dijo una chica de Ravenclaw emocionada.

—Así es, tienen 30 minutos para acabarla, 25 puntos al primero que acabe y sea correcta— todos estaban listos para empezar— ahora.

Pryxtine veía como los chicos se movían rápido para hacerla, ella había hecho métodos para que sus alumnos se esforzaran y aprendieran en sus clases, nadie se aburría y nadie faltaba.

Pasaba por los lugares viendo como se desesperaban al no poder hacerlo rápido, Pryxtine los miraba graciosa, todos sabían que al final de la clase el que hiciera la poción correcta, ganaría puntos y un frasco con la poción, y al final del año la casa que recolectara más pociones ganaba 200 puntos, si las pociones que ganaban eran mal utilizadas, se le restaría esos 200 puntos.