xxv. ¿Poder o amor?

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TOM RIDDLE'S POINT OF VIEW


Pryxtine me levanto más temprano de lo normal, estaba ansiosa por regresar a Hogwarts. Sus padres estaban en el comedor esperando para despedirse. Orión parecía más emocionado que Pryxtine por dejar la casa de una vez por todas.

—Vamos Tom, eres muy lento para comer— dijo Pryxtine tomando mi mano haciendo el intento de jalarme. Observé el reloj de pared indicando que faltaban una hora aún para que el expreso de Hogwarts saliera. Su madre la miraba graciosa.

—Cariño, aún faltan una hora para que salga el tren, estamos a tiempo, llegamos a la estación en quince minutos cuando mucho— dije tranquilamente tratando de terminar mi desayuno.

—Pues si continuas masticando lentamente, llegaremos tarde— dijo más desesperada que antes. Sonreí de lado viendo su desesperación por pisar nuevamente lo que ella le llamaba: su segundo hogar. 

Dejé la servilleta encima de la mesa después de dar mi último bocado y me levanté de la silla para seguirla.

Subimos por las maletas y Orión nos seguía.

Desde que el señor Black trato de arreglar los problemas familiares la casa está más cálida, ya no tiene esa ola de tensión y frío. Lucretia, ella es un caso especial, no ha dejado de observarme constantemente con miradas de sufrimiento, piensa que puede manipular me, comienzo a notar que ella es la tonta de la familia. No sentía culpa ni arrepentimiento por generarle aquel miedo, realmente se lo merecía después de como trata a sus hermanos y siempre intenta manipular a sus padres. 

Pryxtine es un poco más feliz que antes, nunca se ha quejado de nada al igual que Orión. El señor Black se fue de la casa desde hace dos días por un problema en el ministerio de una bruja en Gran Bretaña. Ojalá y eso sea cierto, o enserio tendrá muchos problemas en casa con la señora Black, peor aún, con Pryxtine.

Desde aquella disculpa, las cosas iban cambiando poco a poco, a lo que Pryxtine me dice, están volviendo a ser los mismos que antes. Algo no me deja aceptar esa alegría, no confío en la palabra del señor Black, ¿por qué hasta ahora? quizá se peleó con su amante, de igual forma yo no puedo decir nada, mucho menos a Pryxtine que está tremendamente ilusionada con la idea de que a su padre sí le importa su familia y el bienestar de todos ellos. Realmente no quiero ser yo quien le rompa esa ilusión nuevamente, el señor Black debería de ir por buen camino porque no solo yo le haría daño si hace sufrir nuevamente a la mujer que amo. 

Al llegar a la estación los nervios y ansias de Pryxtine crecieron más. Orión llegó directo con sus amigos, solo soltó un "Te veo en navidad, madre" y subió al tren rodeado de sus amigos contando cómo les fue en su verano. 

—Hagrid— dijo Pryxtine emocionada y fue tras el semi-gigante.

Paré en seco cuando vi cómo se abrazaban, no tenía pruebas de que aquel chico quisiera algo más que amistad con ella, pero me enojaba que otro chico que no fuera yo le abrazara de esa manera demasiado afectiva. Los celos me carcomían todas las veces que los chicos del colegio se le acercaban para intentar flirtear y tener alguna esperanza de tener una oportunidad con ella, le llovían regalos y propuestas, incluso aún después de que todos ya sabían que ella y yo manteníamos una relación. 

A veces me pongo a pensar si ello enserio siente todas esas cosas que me dice, ¿por qué quisiera estar conmigo? Apenas y puedo comprarle un regalo de Navidad, suelo desentenderme de lo que implica una relación y las emociones que se llevan de la mano respecto a eso, comparandome con los demás chicos de mi edad; no tendré mucho dinero, pero no tardaré en recibir aquella herencia, a pesar de eso, no suelo regalar le joyas o ropa cara como los demás para llamar su atención. A lo largo de estos meses de relación solo le he dado un par de libros de poesía antigua Romana donde señalé algunos poemas que me recordaban a ella. 

ℭ𝔥𝔞𝔫𝔤𝔦𝔫𝔤 𝔱𝔥𝔢 𝔖𝔫𝔞𝔨𝔢;𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora