xxxi. Perdón

1.5K 106 12
                                    



NARRADOR OMNISCIENTE


Pryxtine había tenido una dura semana tratando de escabullirse de todos, las clases con Dumbledore eran muy duras para ella, la citaba en su despacho pequeño, pero a ella le gustaba por la buena vibra que causaba en. Tenía una pequeña ventana donde podía mirar gran parte del colegio.

—Pryxtine, tienes que concentrarte más en esa manzana.

—Llevo concentrada más de quince minutos y aún no está flotando– dijo con molestia y desesperación.

Hacía demasiado esfuerzo que apenas y tambaleaba aquella manzana en su mismo lugar, estaba demasiado frustrada con todo lo que pasaba que no podía prestar toda su atención en poder levantar la fruta con la mente. 

—Esto no es fácil, lleva tiempo— hablaba sabiamente detrás de Pryxtine, esperanzado de que ella levantara la manzana— sólo tienes que mirarla y pensar que vendrá hacia ti sin la ayuda de la varita.

—Eso intento— ella no podía dejar de pensar en Tom, que solo faltaba un día para llevar a cabo su plan, que una persona inocente tendría problemas y que ella no podía hacer nada.

Pryxtine decidió despejar su mente de esos problemas, ella tenía que poder. Estaba decidida a lograr demasiado por su cuenta sin ser la sombra de nadie.

Tan solo con un esfuerzo decidido la manzana llegó a la palma de su mano. Dumbledore estaba más que aliviado de que ella ya estaba decidida a lograr cualquier cosa, la estaba ayudando a salir de una fosa donde la empujaron.

—Bien, es todo por hoy, mañana te veo aquí de nuevo a la misma hora—dijo Dumbledore.

Estaba sumamente sorprendida y emocionada por descubrir todo lo que podía hacer, salió de la oficina del mago cuidadosa de que nadie la viera dirigiéndose a la sala común donde Tom se encontraba haciendo una pila de deberes que Dumbledore le había encargado. 

  


[...]



Tom estaba frente al cuerpo de Myrtle Warren, una joven de Ravenclaw que estaba en el lugar y tiempo equivocado, aun así fue perfecto para Tom. Sus coletas caían a los lados mientras la mirada fría de la chica quedó en un punto fijo, lucía pálida  y triste, Tom rogaba a Merlín para que Pryxtine jamás tuviera que ver algo como eso. 

Ordenó que el basilisco se fuera y obediente volvió a las tuberías, sonrió en cuanto la cámara Secreta fue sellada triunfalmente, esto apenas comenzaba porque ahora otra parte de él había muerto, volvió a sentir como algo dentro de él se rompía de nuevamente, temía nuevamente que dejara de sentir todas esas emociones que Pryxtine le causaba con una sola mirada, sentía que todo cambiaría y lo peor era que sentía decepción consigo mismo por no predecir lo que pasaría con sus emociones después de aceptar estar perdidamente enamorado de ella. 

Tomó el objeto y salió del baño de chicas, fue directo a la sala común a buscar a Pryxtine y avisarle que todo estaba saliendo a la perfección.

—Todo ha resultado como lo esperaba— dijo Tom con entusiasmo al entrar a la sala común donde estaba Pryxtine y los demás chicos del club esperándolo con buenas noticias, su mirada cayó en ella que estaba perdida en sus pensamientos. 

—¿A quién fue?— preguntó Malfoy levantándose del sofá junto a los demás, se les notaba interesados, menos a Pryxtine que seguía leyendo un libro tratando de evitar la mirada. 

ℭ𝔥𝔞𝔫𝔤𝔦𝔫𝔤 𝔱𝔥𝔢 𝔖𝔫𝔞𝔨𝔢;𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora