xxxiv. Señora Black

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(Melania Black)



NARRADOR OMNISCIENTE


Las cosas en la casa de los Black iba de mal en peor, el estado de salud de la Señora Black azotó contra el pavimento.

Había ido al callejón Diagon a los pasillos más recónditos y escalofriantes en busca de herbolaria para calmar sus ansias, según lo que le había dicho a su familia ese día que salió pero todo era una completa mentira.

La señora Black llegó a una conclusión que la podría beneficiar a ella y más o menos a su familia.

Compró un par de hierbas de extraña textura (y ocupación) y se fue de ahí a toda prisa a su hogar, si es que se le podría llamar así.

Sus hijos y parejas disfrutaban de un día fresco y soleado en el patio, su esposo se había marchado. Era la oportunidad perfecta para hacer el té.

La señora Black sacó una pequeña tetera y puso agua en ella. Extendió las hierbas en su mesa y comenzó a remojarlas a fuego lento. Esperó a que estuviera listo, veía las fotografías en la pared, aquella pared con el árbol genealógico de los Black, vio cada mirada triste de las esposas e hijas retratadas, Pryxtine era la única que mantenía un semblante fresco y feliz y por un momento deseó poder sentirse así.

Fue a la sala familiar y puso la bandeja en un esquinero al lado de su mueble favorito, ese día se había tomado el tiempo de arreglarse y portaba una apariencia pulcra y elegante. 

Cogió un álbum con fotografías familiares y posó su vista foto por foto. Sus hijos protagonizan todas las páginas y sonrió a recordarlos a todos entre sus brazos, las primeras palabras y los primeros pasos. 

Una imagen de ella joven cuando asistía a Hogwarts llamó su atención, se le veía alegre sin ninguna pizca de terror o tristeza en su rostro, ya no recordaba cómo se sentía ser libre.

Vio una foto donde aparecía ella, su esposo y sus hijos; aquella imagen había hecho que la señora Black dudara de lo que iba a hacer. Sacó ambas fotos y empezó a comparar su mirada. Toda esa felicidad que algún día ella sintió ya no existía más.

Al instante ella se armó de un gran valor. Había entendido que no había muchas opciones de poder salir de ese inmenso peso que cargaba cada día. Vio su brazo con las marcas que su esposo le había hecho hace unos días al ella descubrir nuevamente a Arcturus con su amante.

No más.

Se dijo ella misma. Sabía que lo que haría no tenía marcha atrás.

Dejó a un lado el álbum y las dos fotos y tomó la taza de té con sus dos manos con miedo de tirarlo por el temblor en ellas.

Bebió todo lo que contenía aquella taza y volvió a servirse más hasta acabar con ello.

Tom Riddle entró a la casa por un poco de agua, se encontró con lo peor, Melania se encontraba boqueando en la sofá con la taza en el suelo hecha pedazos,.

Corrió desesperado hacia donde se encontraba la señora Black.

No, no, no.

Se repetía una y otra vez al ver lo que acaba de hacer la señora Black, pensaba que había sido un error de alguien que puso algún veneno en el té o le dieron las hierbas equivocadas, estaba haciendo demasiadas conjeturas para responder las preguntas de lo que pasaba al ver que la señora Black no iba a contestarlas 

ℭ𝔥𝔞𝔫𝔤𝔦𝔫𝔤 𝔱𝔥𝔢 𝔖𝔫𝔞𝔨𝔢;𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora