Las desiciones de Tom a veces no son las correctas pero el destino le pone situaciones difíciles para escoger.
¿Tom sacrificaría el amor por el poder?
•2ª Temporada ya disponible en mi perfil «𝕴 𝖇𝖊𝖈𝖆𝖒𝖊 𝖍𝖎𝖘 𝖘𝖓𝖆𝖐𝖊»
Esta novela es mía...
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Tom Ellis como Beliel Morningstar.
NARRADOR OMNISCIENTE
— ¿Dónde está?— dijo casi gritando, a lo que el profesor alzó la mirada extrañado de ver a Riddle en su oficina de Hogwarts.
—¿Quién?— dijo empezando a pensar que Pryxtine se fue sin decirle de su plan ya que ella no había informado le nada desde que se fue hace dos días.
—Usted sabe de quién hablo— alzó la voz desesperado— hablo de la única persona que le importo y me ama— Dumbledore no podía creer que estaba a punto de ver al gran Tom Riddle sin corazón, llorar.
Rendido de no saber nada de ella desde que se fue, se quitó las gafas.
—No sé nada de ella desde que se fue, quedamos que ella me daría la información y el paradero de la piedra en cuanto llegara para que nadie más supiera, solo la vi salir del castillo el viernes por la noche.
— Nicolas Flamel está con nosotros, salió el sábado por la mañana de la casa con la piedra.
— ¿Te dijo a donde fue?— Tom caminaba de lado a lado mientras sobaba sus sienes.
— Sí— asintió— dijo que iba a Nueva York, no sé con quién ni a dónde exactamente.
— Creo que yo sé la respuesta.
Dumbledore se levantó de su asiento caminando a la salida. Tom se quedó pensando en por qué Pryxtine no se había comunicado si tuvo un percance.
—¿No vienes?— regresó Dumbledore por Tom.
Tom asintió saliendo de su mente.
Lo siguió.
—¿A donde vamos?— dijo desesperado por saber algo.
—Tengo un buen amigo mío viviendo en Nueva York, Pryxtine sabía sobre él y tal vez el pueda darnos un poco de información.
Salieron del castillo hacia el puente.
—Toma mi mano, Tom— le ofreció.
Tom dudó en tomarla o no, vio los ojos de Albus que reflejaban preocupación, pero su cara tranquilidad. Dejó de pensar en eso, tenía que encontrarla.
Tomó su mano para aparecer en un callejón de Nueva York.
Dumbledore comenzó a caminar y Tom lo seguía mientras miraba su alrededor con asco.
Demasiados muggles.
Demasiadas luces.
Demasiados automóviles.
Demasiado ruido.
—Tranquilo Tom— dijo Dumbledore sin voltear a verlo, no tenía que ver a Tom para saber cuál era su expresión ante los muggles— Algunos son inofensivos. Sólo están viviendo como nosotros, pero sin magia.