NARRADOR OMNISCIENTE
Tres, movidos, años después.
En los últimos tres años, Pryxtine trató de seguir adelante con el amor a pesar de un obstáculo llamado Tom. Había tenido una relación amorosa con John durante 5 meses, en los cuales fueron muy aburridos para ella. La forma en la que John la trataba no le agradaba para nada, al principio él hacía todo por ella, para ella y con ella, la vida de John, en ese momento, solo era Pryxtine, hasta después de 3 meses que dejó de esforzarse para, ahora Pryxtine era una persona más para la vida de John, lo que a ella fue un gran alivio al sentir que no podía respirar ni tener una tarde libre para ella sola, mientras lo escuchaba hablar de Quidditch y tonterías nada interesantes para ella.
Orión, él estaba en su último año en Hogwarts y jamás cambió la forma de cuidar de su hermana, cada vez era más sobreprotector, casi mata a John en cuanto supo que era novio de su princesa y casi hace un día conmemorativo cuando su hermana terminó con él. Ahora su problema eran los demás chicos que estaban detrás de Pryxtine. Ella no se había devastado tanto cuando terminó con John, al contrario, se había sentido liberada, se quitó un enorme peso de encima; ella sabía que solo anduvo con John por el capricho que le causó su hermano.
Tom, el jamás volvió a pasar por los pensamientos de ella, o eso creía él. Ella no podía evitar dejarlo ir tan rápido de sus pensamientos, al le ocurría lo mismo cuando tenía tiempo libre, solo pensaba en cómo el cabello de Pryxtine estaba acomodado ese día, si llevaba listones adornandolo o hacía resaltar más sus ojos con maquillaje. Aun así eran pocas las palabras que se dirigían por mes o incluso años. Ella no podía mirarlo a los ojos sin sentir coraje, él no podía mirarla sin sentirse culpable.
Aun así en estos tres años, ambos habían madurado lo suficiente como para comprender lo que pasaba a su alrededor. Él era ahora más masculino, sus facciones eran más marcadas, era la persona más misteriosa de Hogwarts y eso hacía que a las chicas le prestaran más atención que al resto, a pesar de todo eso jamás se interesó en ninguna otra que no fuera Pryxtine. Ella había madurado también, estaba en los cambios de una chica en la adolescencia; sus caderas estaban bien formadas con su cintura, sus pechos crecían a un tamaño adecuado, los vellos comenzaban a salir en piernas, axilas y otras zonas que comenzaba a ser un fastidio para ella, su hermana no estaba para esos momentos de chicas, al menos para darle algunos consejos, aunque Lucretia estuviera con Pryxtine, ella jamás le daría un buen consejo que le sirva, ni hablar de su madre, que jamás quería saber nada de ella. Incluso la comunicación con su padre si fue mejorando, él ahora era como su mejor amigo, siempre le mandaba cartas preguntándole cómo la había ido ese día en el colegio, ella ansiosa esperaba su carta para leerla y responderle. Orión y su padre cuidaban a Pryxtine como a su vida, como si ella fuera una reliquia delicada que todo mundo quiere tocar. Druella era su mejor amiga, ella era buena para cualquier consejo femenino que ella necesitase, Druella era la reciente novia de Cygnus Black, primo segundo de Pryxtine.
Para chicos, Pryxtine no se quedaba atrás, tenía pretendientes de un buen estatus que a sus padres tal vez si les agrade, incluso a Orion. Aun así ella se alejó de cualquier relación amorosa que pudiera existir con cualquier chico, el único problema con chicos era Abraxas Malfoy, que adoptó una pequeña obsesión con la chica ya que casi no la dejaba sola por ningún momento para tratar de convencerla de que saliera, siendo rechazado cada una de las veces que hablaban. Eso a Tom le molestaba, ya que era uno de sus compañeros del 'Club de las eminencias' y le molestaba saber que atormentaba a Pryxtine día y noche, no quería que estuvieran juntos por ningún motivo.
Tom llevaba consigo un diario con cubierta negra con su nombre grabado, donde escribía sus más obscuros secretos en un método de lenguaje que solo él entendiera, era un chico demasiado inteligente, los maestros se sorprendían por su gran mente intelectual, era el alumno estrella en todas las clases, más en Pociones y en Defensa Contra las Artes Oscuras. Ella tampoco se quedaba atrás. Estaba casi al mismo rango intelectual que Tom y peleaban por permanecer en la sima de las listas.
Tom había descubierto algo grandioso, él era el heredero directo de Salazar Slytherin, nadie podía haberlo pensado de un sangre mestiza como él, tenía un plan volando en su cabeza día y noche, todo estaba escrito perfectamente en aquel diario, cada idea, atajo. Todas sus preguntas habían tenido respuestas positivas que le favorecían en muchas cosas, tenía la conclusión de terminar lo que un día Salazar Slytherin comenzó.
Sus compañeros del Club de las eminencias lo apoyaban en sus planes malévolos al tener los mismos ideales que Tom, contaba con el apoyo de sus padres y conocidos, pero el plan seguía elaborando se y aún no lo podía poner en marcha.
Dumbledore sospechaba de Tom, se arrepentía un poco por haber hecho fuerte a Tom sin darse cuenta de que había estado construyendo un monstruo, había fallado nuevamente y trataba de ocultar ese gran error del director que le trató de cambiar de idea desde el principio. Día a día Tom alimentaba su mente con libros nuevos de magia negra que había logrado sacar de la famosa Sección Prohibida sin que nadie se diera cuenta, le costó algo de tiempo pensar en cómo lograría acceder sin ser visto, pero su inteligencia podía más que la del propio Director Dipped.
Pryxtine recibía las cartas del anónimo cada semana, diciéndole que le había apodado 'Dea' porque significaba Diosa en latín. Para ella eso fue lo más hermosos que le habían dicho, con la carta recibía una bella flor, solo una, porque el anónimo le decía que no hacía falta una docena de rosas para demostrarle que en verdad la quiere y que jamás podría comparar su belleza con nada. Ella no había parado de buscar al escritor de aquellas bellas cartas escritas con una caligrafía perfecta, en tan solo unos meses se rindió y dejó que el tiempo se encargue de todo. Ella no tenía ninguna pista de saber quién era el anónimo.
Rubeus Hagrid había sido el mejor amigo de Pryxtine todo el tiempo. Ella jamás había conocido a una persona más leal y gentil en toda su vida, él tenía el alma más pura de tal vez toda Gryffindor. Tom a veces se molestaba de la cercanía que tenía Hagrid con Pryxtine.
John hacía como si jamás hubiera conocido a Pryxtine y eso a Orión le bastó para odiar aún más a John Avery, no tenía la caballerosidad y madurez a ella no le importaba tanto si Avery la miraba o no, ella solo le bastaba con saber que no sería una carga más en su vida de adolescente. Ella tenía que dejar ir al sentimiento que tenía por Tom al ver lo dejando a un lado el rencor que también sentía por el mismo chico, pero no sabía cómo, Tom se hacía las mismas preguntas que ella por la noche antes de dormir.
Eran tan diferentes pero iguales al mismo tiempo, eran como agua y aceite, pero los opuestos se atraen, ¿no?.
Tom seguía con su vida normal al igual que ella, iban en cuarto curso, le faltaban un par de años para salir de Hogwarts y comenzar a hacer su vida, ella tenía que comenzar a hacer su lista de planes de vida, no tenía ni la menor idea de que iba a ser de ella después del colegio, en cambio Tom, tenía una lista larga de planes por lo cual empezaba desde ese mismo año, nadie más sabía de sus planes, ya que el era muy reservado para eso, pero lo primero que haría saliendo del colegio era conseguir el puesto de maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras que tanto anhelaba para facilitar todo.
Lo que tenía claro Pryxtine era que ella comenzaría su buena vida construyendo un hogar con una familia, lo que una persona normal haría, algo que por su puerto, Tom no tenía en sus planes, ese no era su plan de vida, solo quería ser el mago más poderoso de todo el mundo mágico y tal vez él conseguiría eso.
Comenzaban a crecer rápidamente sin darse cuenta de que el tiempo pasaba volando y la vida también tenía planes para ellos, pero a los ojos de la vida, ellos seguían siendo unos niños comparado a lo que les tenía preparado.
Aún no estaban listos para los sucesos que pasarían, se preparaban día a día sin saber el sufrimiento y dolor que podrían vivir, pensaban que todo sería perfecto y conforme al pie de la letra.
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ℭ𝔥𝔞𝔫𝔤𝔦𝔫𝔤 𝔱𝔥𝔢 𝔖𝔫𝔞𝔨𝔢;𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞.
Fiksi PenggemarLas desiciones de Tom a veces no son las correctas pero el destino le pone situaciones difíciles para escoger. ¿Tom sacrificaría el amor por el poder? •2ª Temporada ya disponible en mi perfil «𝕴 𝖇𝖊𝖈𝖆𝖒𝖊 𝖍𝖎𝖘 𝖘𝖓𝖆𝖐𝖊» Esta novela es mía...