ℭ𝔥𝔞𝔫𝔤𝔦𝔫𝔤 𝔱𝔥𝔢 𝔖𝔫𝔞𝔨𝔢;𝐓𝐨𝐦 𝐑𝐢𝐝𝐝𝐥𝐞.

xxxii. Nuevo dolor de cabeza

NARRADOR OMNISCIENTE

Tom había estado en su habitación todo el día pensando en Pryxtine, sentía que las palabras no habían sido suficientes para la disculpa, estaba arrepentido y se sentía culpable pese a que ya lo había admitido en voz alta. 

Se prometió a si mismo jamás hacerle daño y protegerla de cualquier mal, esa misión iba a ser demasiado difícil pero no imposible, quería pasar el resto de lo que duraran sus emociones con ella, estaba dispuesto a seguir enamorado y luchar por lo que tenían. 

—¿Puedo pasar?— dijo Tom al otro lado de la puerta, ella enseguida soltó un 'adelante'.  

—¿Qué necesitas?— dijo Pryxtine un poco desanimada, aun seguía dolida por lo que había pasado hace unos días, el director aún no daba ninguna explicación al respecto públicamente pero ella no lo necesitaba al saber de buena fuente la verdad que había pasado.

—El plan acabó y quiero pasar todo el tiempo que pueda contigo antes de que planeemos lo que sigue—dijo haciendo un ademan con sus brazos para que ella fuera hacía él. 

Ella no pudo resistirse a lo que sentía cada que la abrazaba de esa manera protectora. 

Tom la abrazó a su pecho fuertemente, mientras la abrazaba pensaba en un futuro con ella, eso hizo que volviera a sentir unas pequeñas cosquillas en su estómago y un calor favorable en su interior, alivio era lo que sentía cada que la tenía así de cerca.

—¿Quieres ir a dar un paseo?— le ofreció Tom. Pryxtine solo asintió con la cabeza y salieron de su habitación tomados de la mano. 

Todos en la escuela los miraban como una pareja perfecta, eran ambos una perfección andando, eran los favoritos de todos los maestros, los que encabezaban la lista de los mejores alumnos y los prospectos a prefectos, estaban siendo unos alumnos ejemplares del digno colegio y la pareja móvil. 

Iban jugando en el patio y riéndose, todos miraban extraño a Tom porque era la primera vez que lo veían reírse en todo ese año, Pryxtine se había olvidado de todo por un momento mientras jugueteaba y reía con Tom nuevamente después de casi un año, se sentía bien de que las cosas si mejoraron por una parte. 

Se detuvo al ver a lo lejos al director Dipped con el Ministro de Magia y los maestros del colegio acompañándolos alrededor de Hagrid. 

Vio como a Hagrid le rompían su varita por la mitad, Tom solo se preocupo por cómo reaccionaría Pryxtine y observó sus movimientos. Pryxtine espero observando a que se fueran los maestros y el director para ir con él.

El profesor Dumbledore se quedó hablando con Hagrid un momento señalándole una parte del terreno y se fue, Pryxtine decidió salir del agarre de la mano de Tom sin importarle si la seguía o no, fue directo con su amigo de mirada triste, el sonido de la varita rota seguía retumbando en su cabeza.

—¿Estás bien?— llegó a consolarlo. Tom solo veía la escena recargado en una roca a lo lejos.

—Si, estoy más tranquilo, Dumbledore me dijo que construirán una pequeña choza para mi, me contrataron como guardián de los terrenos del Colegio—dijo Hagrid un poco más animado. Con eso hizo que Pryxtine se sintiera un poco mejor, seguiría viendo a su mejor amigo.

Tom vio como Pryxtine abrazó a Hagrid, moría de celos por dentro, pero no iba a hacer nada al respecto, no iba a arruinar el día de Pryxtine.

Tom no podía creer que su plan de sacar a Hagrid del colegio no había funcionado. No se dejó guiar por sus impulsos y se propuso a darle todo el cariño que le quedaba a Pryxtine y no seguir dándole problemas.