K.
– ¡¡Corre!!
– ¡¡Eso hago!!
– ¡¡Hazlo con más ganas!! ¡¡Corre Kiera!! ¡¡Corre!! – exclamó entre jadeos Val mientras emprendíamos una carrera a toda velocidad a través del bosque.
Ni siquiera quise detenerme a pensar en lo que había visto, solo quise correr y ponerme a salvo, así que Quicksilver y Flash llegaron después de unos minutos bañados en sudor a mi casa.
– Dios – dije jadeando.
– ¡¿Nos siguió?! – preguntó asustado.
– ¡¿Acaso o ves o qué?!
– ¡No me grites!
– ¡Tu eres quién grita!
– Shhh – llevó su mano a mi boca – puede estar escondido o despistado y si seguimos gritando como almas en pena lo atraeremos aquí sin lugar a dudas, debemos entrar y poner todos los malditos seguros que tenga esta casa.
Mis ojos no podían estar más abiertos, aún así asentí y como un rayo entramos a casa cerrando la puerta tras nosotros, nos separamos y cada uno revisó los cerrojos en toda la planta baja de la casa y repetimos lo mismo en el segundo piso, ya calmados y sin detenernos a hablar cada uno se dirigió a un baño y tomamos una refrescante ducha, por unos minutos me relajé tanto que el leve toque de la puerta me hizo salir de mis interiores.
– ¿Valerio? – dije con un ligero temor.
– Tengo miedo a quedarme solo por mucho tiempo, así que termina la masturbación que te estás haciendo y sal.
– Voy.
Una vez fuera ambos nos subimos a mi cama y nos envolvimos en mis sábanas y fue ahí, donde no podíamos estar más seguros – o eso pensábamos – que decidimos hablar acerca de lo que vimos.
– ¿Qué mierdas fue eso? – dijo mirando al techo, alternando la vista hacia la ventana.
– No… no lo sé…
...
La luz de la linterna llegó al cuerpo del príncipe, y nosotros, y yo, no podía contener la evidente sonrisa que mi rostro había formado, mis ojos viajaron de inmediato a sus brazos, fuertes, sin duda habían llevado ejercicio en su vida, al igual que su pecho ¿espera, está desnudo?
No, pero su torso estaba descubierto, dejando aplena vista esos músculos tan definidos que irradiaron un leve calor en mi interior, ascendí con cuidado hasta su rostro… ¿qué es eso? ¿sangre? ¿espera?
*no mires al piso*– Mierda… – soltó Lerio con los ojos hacia el suelo, algo que finalmente imité.
Y ahí estaba, tendido a sus pies, un cadáver, una mujer, no sabría decir la edad o de quién se trataba porque todo su rostro estaba cubierto de sangre y la herida – el desgarro – se hacía evidente en su garganta, literalmente un cruento agujero era lo único que podíamos ver…
– Kiera… – Val tomó nuevamente mi mano, que había soltado minutos antes, y cuando lo hizo alcé la mirada a nuestro supuesto príncipe de cabellos negros, y cara ensangrentada, que para sorpresa nuestra, nos miraba con claridad, pues en nuestro shock nos habíamos quedado estáticos en el mismo lugar, que anteriormente nos ocultaba la oscuridad, pero ahora, ahora éramos claramente visibles, eso unido a que estábamos invadiendo una propiedad privada, y que estábamos justo de frente a un asesino
No hizo nada, y nosotros tampoco, por unos segundos que parecieron horas nos mantuvimos ahí mirándonos fijamente, hasta que finalmente, bañado en luz, hizo algo que jamás esperaríamos lentamente comenzó a elevar sus comisuras y nos regaló una sonrisa mortal.
Señal obvia de nuestro peligro, así que nos dimos media vuelta y echamos a correr como si no hubiera un mañana.
...
– Nos vio… – finalmente rompió el silencio.
– No, cómo crees… – ironicé el momento.
– Bien, diviértete todo lo que quieras pero esto es serio Kiera, es un asesino, un caníbal…
– No lo digas…
– Un vampiro – relató con temor y a la vez asombro.
– Lo dijo… – suspiré cansada.
– ¿Crees que sea?
– ¿Eres tonto o qué?
– ¿Acaso no viste lo mismo que yo? – inquirió mirándome.
– No sé porqué me hago una idea de que no miramos la misma parte de su anatomía… – dije y Val no pudo evitar reírse.
– Aunque si le quitas toda su sangre y sonrisa tenebrosa, está bueno – formó finalmente su típica sonrisa maliciosa.
– Mucho habías tardado.
– ¿Qué? Tenía que darle tiempo a mi cuerpo a que finalmente se adaptara a un Mikaelson.
– ¿Elijah? – sugerí siguiéndole la corriente.
– Nikklaus – respondió con seguridad entornando su mirada en el techo, lo conozco tanto que podría imaginar en lo que pensaba.
– Eres un pervertido…
– Y tú eres mi copia, no te hagas.
– Bien ya duérmete… – le dije intentando calmarlo.
– ¿Lo dices en serio? – me requirió.
– ¿Lo de pervertido?
– Kiera.
– Lerio.
– Acabamos de presenciar un asesinato, oh dios – sus palabras cobraron más peso cuando las dijo – vamos a ir presos, no quiero ir preso, soy muy lindo.
– ¡Valerio! – me devolvió la mirada haciendo silencio finalmente – estoy igual de asustada que tú ¿o es que no me conoces?
– ¿Sí? pues que bien lo disimulas.
– ¿En qué sería mejor que me volviera un manojo de nervios como tú en este momento? – lo hice pensar – bien, pues atiende esto, sea lo que sea que hayamos visto, él no deja de ser un príncipe o lo que sea ¿crees que alguien va a creerle a dos muertos de hambre de un pueblucho abandonado? O sea, calmémonos ahí, segundo, ¿no te quejabas del aburrimiento de nuestras vidas? Pues ahí tienes la solución, ahora mismo han dado un cambio tan radical que no tengo ni idea de lo que debemos hacer…
– Podemos hacer como que no vimos nada…
– Él nos vio…
– No ayudas ¿sabes?
– Por lo pronto vamos a dormir, ya hemos tenido más que suficiente por un día.
– Y que lo digas, hoy hemos visto más demonios que en toda nuestra vida juntos.
– Mañana será otro día…
– Esperemos no encarar al príncipe sangriento…
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Lo prometido es deuda
Aquí está el capi 4Espero que lo disfrutes
Y si es así dejame un VOTO y algún que otro COMENTARIO con teorías locasSaludillos x TRES
NOS VEMOS MAÑANA
con más actualizaciones
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TRES ©
Teen FictionCARDINALES #1 El mundo de Kiera y Valerio da un cambio radical cuando descubren que un "príncipe" danés se mudará a su pueblo. ¿será verdad? Llenos de intriga deciden comprobarlo para, sin saberlo, descubrir un peligroso secreto del que no habrá vue...