K.
¿Su papá? el shock me duraría segundos pues alguien habló de inmediato.
– Bien, Frederick, ellos ya se iban – soltó Hans, intentando encubrir sus nervios, pero no lo lograba del todo.
– Oh ¿cómo crees? ellos son mis hijos e intuyo que sus acompañantes también son parte de esta familia, hoy pasarán la noche aquí, yo insisto – le respondió.
– No tiene que preocuparse, estoy seguro que ellos solo estaban de paso – murmuró de nuevo.
– Acompáñenme a cenar – dijo ignorando por completo a Hans y vi como sus guardias se posicionaron detrás de nosotros, no nos íbamos a ir tan fácilmente.
En la mesa nadie hacía ningún ruido, Anders permanecía en silencio, estático a mi lado, Valerio en frente de mí, solo miraba a todos, Fjor a su lado se notaba tenso, ligeramente irritado; Hans por otra parte estaba nervioso, asustadizo, y hoy no ocupaba la cabeza de la mesa, sino que lo hacía su padre, un señor de unos cuartenta y tantos, con una cabellera dorada, y ojos verdes, completamente diferente a sus hijos; que comía tranquilamente luego de un pequeño saludo al ocupar el asiento.
Aunque había estado en este lugar varias veces hoy era diferente, no solo por la presencia del señor que me resultaba extraño, sino por todos los guardias que vigilaban nuestra comida, todos y cada uno de ellos iban descaradamente armados.
Me esforcé por no mostrar mis nervios, pero no funcionó, sentía como unos constantes escalofríos recorrían mi cuerpo, las palabras de Ellinor finalmente cobraban peso, y de ser cierto, este hombre era mucho más peligroso de lo que cualquiera podría llegar a pensar.
Anders notó mi tensión y colocó una mano sobre mi muslo, bajo la mesa, captanto mi atención, y cuando lo miré, cerró los ojos y lentamente asintió, en un gesto para que mantuviera la calma; claro que eso solo duraría unos segundos cuando el señor dijo:
– Ya ha pasado un tiempo desde la última vez que cenamos todos juntos…
– Por algo sería – refunfuñó Fjor, el señor cerró sus ojos e hizo un gesto similar al de Anders segundos atrás.
– De igual forma, me intriga a la vez que me complace ver la mesa más poblada, por lo que viendo que nadie nos presenta, preguntaré directamente ¿señorita? – su vista se posó en mí y mis ojos se abrieron asustados, me quedé muda por un momento hasta que finalmente dije:
– Ki… Kiera…
– ¿Kiera? – asintió ladeando la cabeza, con una pequeña risa, pensé que ya estaría a salvo, pero – ¿de qué familia? – ¿familia?
– Su nombre es Kiera Allegra – contestó Hans, salvándome.
– ¿Allegra? ¿es un apellido acá? – inquirió y Hans asintió nervioso – bien señorita Allegra, un placer, mi nombre es Frederick Crimson – asentí torpemente ante su sonrisa, hasta que su vista recayó en Valerio – ¿caballero? – imagino que su reacción sea la copia de la mía hace un momento.
– Valerio…
– ¿Valerio…?
– ¡Déjalo en paz! – bramó Fjor.
– Fjolnir…
– No puedes venir y pretender que todo está bien, ¿quién te crees que eres?
– Soy tu padre.
– Perdiste ese privilegio hace mucho tiempo ya…
– ¡Fjolnir! – golpeó la mesa y hasta yo temblé.
– ¡¿A qué viniste?! – gritó poniéndose de pie.
– ¡Siéntate! – me sentía incómoda presenciando esta escena, pero Fjor no dijo nada, solo respiraba con fuerza – he venido para reunir esta familia que tú, principalmente, te encargaste de separar.
– ¿No te has detenido a pensar que está mejor así?
– Fjolnir, no lo repetiré, siéntate… – ambos se lanzaron miradas que no debían ser las de un padre y un hijo – bastante tengo ya con soportar tus… inclinaciones…
– Ahí está, mucho habías tardado… – Fjor seguía molesto.
– Fjor, siéntate… por favor – pronunció esta vez Hans.
– ¿Por qué lo haces? – le preguntó a su hermano – ¿acaso no ves que te está utilizando de nuevo?
– Fjor… – susurró casi en una súplica Hans, y no podía entender porqué.
– ¡Fjolnir, basta ya de tus escenas! – golpeó nuevamente la mesa poniéndose de pie.
– ¡Y una mierda! – le respondió mientras tomaba a Valerio por el brazo para caminar a la puerta – ¡apártate! – le gritó a uno de los guardias que se interponían en su camino.
– Esta cena no ha terminado, vuelve a tu asiento – le contestó su padre.
– Ha terminado para mí – sacó uno de los cuchillos que habían puesto para la comida y lo puso en el cuello del hombre – dile que se quite ¡ya! – Frederick suspiró cansado y sostuvo el puente de su nariz, pero luego con un movimiento de su mano les dejó vía libre, ambos desaparecieron del lugar.
Nuevamente en silencio, y me asombraba la actitud de los tres ante su padre, tan diferentes, Fjor que siempre había sido tranquilo y risueño hoy estaba rebelde y salvaje, muy iracundo; Hans, no se atrevía a contradecirlo en nada, y sus nervios estaban a flor de piel, y Anders, mudo, permaneció estático sin emitir siquiera un sonido.
– Me disculpo por la escena de mi hijo, señorita Allegra – el señor rompió el silencio – él siempre ha sido… débil, de alguna forma… pero contestando a su pregunta, que imagino ha de ser la de ustedes también he venido a felicitarte, mi pequeño Hans, por haber traído el título de duque a esta familia, todos estamos muy a gusto con la idea.
– Gracias.
– De tal forma, he decidido organizar una reunión familiar – entonces todo rastro de calma se borró de la cara de Anders.
– ¿Qué?
– Un baile, una fiesta, no sé como les llamen por acá – contestó sonríendo de lado, tan similar a Hans – aunque el principal motivo es ese, servirá también para celebrar su cumpleaños…
– ¿Cumpleaños? – me sorprendí a mi misma cuando pregunté.
– Sí – sus ojos cayeron en mí – dentro de dos días es su cumpleaños, Kiera Allegra Harper.
Fue entonces cuando supe que antes había estado jugando en el terreno de los niños, ahora, ahora realmente sentí el susurro de la muerte en mi oído.
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Holaaaa
Buenas tardes #Tresys
Aquí les dejo la cena de esta noche...
JejejeEspero que no les quite el apetito...
Más aún porque finalmente en el capítulo siguiente se vienen cosas calientes, muy pero muy esperadas por ustedes...
(◠‿◕)No digo más.
(◠‿・)—☆
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TRES ©
Fiksi RemajaCARDINALES #1 El mundo de Kiera y Valerio da un cambio radical cuando descubren que un "príncipe" danés se mudará a su pueblo. ¿será verdad? Llenos de intriga deciden comprobarlo para, sin saberlo, descubrir un peligroso secreto del que no habrá vue...