K.
¿smuk o Morticia?
Pasé toda la noche con esa interrogante en mente, el apodo que nunca llegó, el que nunca me permitió diferenciar si era Hans o Anders, así que no podía depender más de eso, tendría que encontrar algo más para poder distinguir a uno de otro, los estudiaría, claro que sí.
– Godmorgen smukke – pronunció Hans al verme llegar al comedor, yo solo le dediqué una mirada minuciosa, como si con eso pudiera descubrir si había sido él o no.
Rápidamente recorrí con la vista el lugar, Hans a la cabeza, Anders, Fjor, Valerio y … espera…
– ¿Dónde está Margarita? – inquirí preocupada.
– Oh smuk, mi Margrethe tuvo que retirarse antes – contestó son su típica actitud a la vez que con un ademán de manos me indicaba que tomara asiento.
Desayunamos normalmente – como si esta fuera una familia normal – mientras yo aproveché para lanzarle rayos X a mis dos sospechosos principales, y algo me decía que el culpable había sido el encargado de asesinar a Margarita, pero no pude distinguir algo que ya no supiera, Hans parecía divertido, como siempre, con su espalda erguida, y nuevamente un vestuario rojo – algo que sin duda lo aislaba de sus hermanos –, Fjor hacía algunas muecas, al parecer le dolía la cabeza – ¿resaca eh? – y hoy vestía un traje de un color crema; y Anders – oh Anders – permanecía impasible, devorando su comida como si no hubiera nadie a su alrededor, ataviado esta vez con ropas urbanas oscuras.
Si no podía guiarme por sus palabras, bien podía hacerlo por su vestuario, cada uno usaba un estilo visiblemente diferente, lo cual era bueno para mí, pero vamos, durante las dos noches que había presenciado esos eventos desafortunados, él estuvo semidesnudo, y la oscuridad no me permitió distinguir el color de las pocas prendas que llevaba – y el shock que producía ver tanta sangre – así que vámonos a algo un poco más neutral, sus actitudes, Hans siempre había sido pícaro, Fjor recatado y Anders indiferente; sí, eso será suficiente – pensé – solo restaría volver a verlos matar…
– Hasta pronto, smuk. – me despidió Hans, Anders por su parte solo ladeó la cabeza y ¿mostró una sonrisa? nah, bostezó.
– Espero volver a recibirlos pronto – añadió Fjor, obviamente mirando a mi amigo.
Asentimos y nos subimos al auto, que nos llevaría a nuestro hogar, y estando ahí, antes de decir cualquier cosa al respecto de lo sucedido anoche, le ordené a Valerio:
– Busca el tronco roto.
– ¿Eh? – preguntó con dudas.
– Dijeron que un árbol cerca de la entrada había caído, de ser así debe haber un tronco roto – indiqué y él abrió los ojos comprendiedo.
Como era de esperarse, no lo hubo, ni dentro ni fuera de su propiedad se pudo ver tal cosa, así que solo había sido una excusa, pero ¿para matar a Margarita? ¿para acostarse con Valerio? ¿o para qué?
Llegamos a casa sin decir nada más durante el viaje, pues esta vez fue en un auto normal, y el chofer podría escuchar nuestra conversación, así que una vez dentro solté lo que me estaba comiendo por dentro:
– Mataron a Margarita.
– ¡¿Qué?! – bramó abriendo grandemente sus ojos.
– Anoche lo ví – murmuré bajando la voz, no sabía si mamá aún estaba en casa.
– ¿Qué fue exactamente lo que viste?
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TRES ©
Подростковая литератураCARDINALES #1 El mundo de Kiera y Valerio da un cambio radical cuando descubren que un "príncipe" danés se mudará a su pueblo. ¿será verdad? Llenos de intriga deciden comprobarlo para, sin saberlo, descubrir un peligroso secreto del que no habrá vue...