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11 - Las Tres Notas

K.

Habían pasado unos días desde la fiesta de Margara – suena más raro así que me gusta jeje – y todo se mantuvo en una relativa calma, Val permanecía mucho más tiempo en mi casa, como era costumbre cuando su progenitor estaba en la suya, así que invertíamos el tiempo en cuanta estupidez se nos ocurriera, por suerte para nosotros alguien le sugirió una app llamada tik tok y el mundo se vino abajo, el tiempo pasó más rápido haciendo vídeos de locuras para ese sitio; ni siquiera nos habíamos detenido a pensar en que pronto era la noche donde estábamos invitados especialmente por el “duque” Hans Reisen – oh por cierto Val quedó impactado cuando le relaté los sucesos en el balcón – pero todo cambió cuando el timbre de casa – que rara vez era usado – sonó, nos miramos con extrañeza y ambos fuimos a ver de quién se trataba.

Nadie, el desolado pasillo de la entrada estaba vacío, solo habían dejado dos cajas adornadas con cintas de colores en el suelo frente a la puerta, tomé la que tenía una cinta rosa y Val la azul, y entramos cerrando la puerta con el pie.

– ¿Quién era pequeña? – inquirió mi madre saliendo del baño.

– No lo sé, solo dejó estas cajas.

– ¿Tienen tarjetas? – claro las tarjetas ¿cómo pudiste olvidarlo?

– Sí – contestó Valerio tomando la suya.

– ¿Y bien? – requirió Lilith.

– Al parecer es un regalo de parte de los Reisen… – respondió sin pensar Lerio y mi madre se lanzó a las cajas como si fuera un dulce, abrió la mía.

En el interior había un HERMOSO vestido negro, lo alzó y los tres nos quedamos boquiabiertos mientras contemplábamos esa belleza escotada.

– Venga Valerio abre el tuyo – ordenó mi madre y él lo hizo con premura.

Dentro había un conjunto de traje blanco y plateado, el asombro fue por dos al ver los zapatos – sí, cada caja traía unos zapatos incluídos – los de él eran deslumbrantes literalmente, estaban bañados en piedras relucientes.

– ¡Infartaré! por Dios ¿qué es esta belleza? – decía con los ojos tan abiertos como si quisiera devorarlos con la vista.

– Chicos es muy normal que en las fiestas así el anfitrión vista a sus invitados especiales, así garantiza que estén a juego con lo que espera trasmitir con el código de vestimenta – informó mamá.

– Ohhh – dijimos al unísono agradeciendo la clase.

– Bueno terminaré de vestirme porque debo pasar por la agencia aún, cuando regrese quiero que se prueben esos trajes para ver qué tal les quedan, espero que espectaculares – añadió cruzando los dedos y finalmente salió de la cocina.

– Si sigue así me enamoro – soltó mi amigo apretujando el traje contra su rostro – Dios ¡huele tan bien!

– Sabes ¿qué significa esto?

– ¿Que nos quiere ver deslumbrantes en su fiesta?

– Que no podemos faltar, es un recordatorio…

– Oh por cierto ¿leíste tu tarjeta?

– No, ¿tú?

– Obvio mensa, es lo lógico ahí te va:

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Siento mucho la distancia, pero me alegra saber que vas a asistir a nuestra recepción, no quiero que pienses que intento comprarte con lujos y ropa, solo creo que este look también te irá bien, espero verte lucirlo pronto.