27 - Él

84 27 77
                                    

K.

Pensarás que con todo el asunto de los asesinos y toda la sangre, saldría corriendo a esconderme bajo mi cama, pero no, no lo hice ¿crees que ahora, que me había ganado parte del cariño de Anders me iba a ir?

Equivocado.

Ellos estuvieron de acuerdo en que donde estaríamos más seguros sería aquí, rodeado por sus guardias, que mágicamente aumentaron a petición de Hans, eso de ser duque tenía sus ventajas, me acompañaron a mi casa a buscar algunas pertenencias para pasar unos días en la mansión, algo que sería posible porque mi madre no estaba ahí, ella se mantuvo en Boston asistiendo a la recuperación de mi tío, que gracias a Hans hoy estaba mejor, ya le estoy debiendo mucho – dos ricos orgasmos a su cuenta, por favor *insertar grito desesperado* – así que nos instalamos, obviamente Valerio también.

¿En serio vamos a vivir aquí? – susurró Val subiendo y bajando las cejas.

Lo dices como si no fuera una situación desesperada – le di una mirada dura, pero después sonreí maliciosamente – además, somos, o bueno, eres casi de la familia… – me miró indignado y puso una mano en el pecho.

Lo dice doña Flor, la que se lleva dos tercios de los Reisen – lo miré con la muerte en los ojos ante ese comentario, más porque Anders se acercaba a nosotros, que estábamos aburridamente sentados en una escalera.

No dijo nada, solo asintió a modo de saludo y me invitó a seguirlo.

¿Qué sucederá ahora? – me atreví a decir mientras caminaba a su lado.

Honestamente – suspiró – no lo sé, Hans siempre fue criado para ser duque, nosotros no.

Pero ¿por qué? – lo miré extrañada – ¿acaso no son trillizos?la pregunta obvia del libro ¿eh?

Sí, pero técnicamente Hans nació segundos antes, así que lo hace el primero en la línea de sucesión.

Hay cosas que no entiendo ¿por qué el duque anterior no tuvo hijos?

Quizás no pudo – dijo encogiéndose de hombros.

¿Dónde vamos?

Quería mostrarte algo – pronunció deteniéndose frente a una puerta – pero

¿Pero qué?

No sé si todavía deba hacerlo – resopló haciendo una leve mueca y se llevó la mano hasta sostener su mentón, como si estuviera pensando algo importante.

¿Qué quieres que haga Anders? – murmuré poniendo los ojos en blanco.

Quiero que me cuentes las cosas que aún no sé de ti - ¿eh? ¿cómo?

¿Qué cosas? – solté a la defensiva, imagino que toda roja.

Pues no lo sé, quiero saberlas porque no las conozco, y tú a mí sí, el otro día en el estanque acertaste 10 de 10, es injusto que yo solo pueda acertar 3.

Lo siento mucho Reisen, tienes que aprender a ser más observador – palmeé su hombro levemente.

Bien – resopló derrotado para girarse a abrir la puerta.

Dentro, quedé muy sorprendida, me había llevado a su galería, imagino que todos los cuadros que había pintado estarían en este lugar, miles de formas y colores sobre lienzo y papel.

TRES ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora