K.
Pensarás que con todo el asunto de los asesinos y toda la sangre, saldría corriendo a esconderme bajo mi cama, pero no, no lo hice ¿crees que ahora, que me había ganado parte del cariño de Anders me iba a ir?
Equivocado.
Ellos estuvieron de acuerdo en que donde estaríamos más seguros sería aquí, rodeado por sus guardias, que mágicamente aumentaron a petición de Hans, eso de ser duque tenía sus ventajas, me acompañaron a mi casa a buscar algunas pertenencias para pasar unos días en la mansión, algo que sería posible porque mi madre no estaba ahí, ella se mantuvo en Boston asistiendo a la recuperación de mi tío, que gracias a Hans hoy estaba mejor, ya le estoy debiendo mucho – dos ricos orgasmos a su cuenta, por favor *insertar grito desesperado* – así que nos instalamos, obviamente Valerio también.
– ¿En serio vamos a vivir aquí? – susurró Val subiendo y bajando las cejas.
– Lo dices como si no fuera una situación desesperada – le di una mirada dura, pero después sonreí maliciosamente – además, somos, o bueno, eres casi de la familia… – me miró indignado y puso una mano en el pecho.
– Lo dice doña Flor, la que se lleva dos tercios de los Reisen – lo miré con la muerte en los ojos ante ese comentario, más porque Anders se acercaba a nosotros, que estábamos aburridamente sentados en una escalera.
No dijo nada, solo asintió a modo de saludo y me invitó a seguirlo.
– ¿Qué sucederá ahora? – me atreví a decir mientras caminaba a su lado.
– Honestamente – suspiró – no lo sé, Hans siempre fue criado para ser duque, nosotros no.
– Pero ¿por qué? – lo miré extrañada – ¿acaso no son trillizos? – la pregunta obvia del libro ¿eh?
– Sí, pero técnicamente Hans nació segundos antes, así que lo hace el primero en la línea de sucesión.
– Hay cosas que no entiendo ¿por qué el duque anterior no tuvo hijos?
– Quizás no pudo – dijo encogiéndose de hombros.
– ¿Dónde vamos?
– Quería mostrarte algo – pronunció deteniéndose frente a una puerta – pero…
– ¿Pero qué?
– No sé si todavía deba hacerlo – resopló haciendo una leve mueca y se llevó la mano hasta sostener su mentón, como si estuviera pensando algo importante.
– ¿Qué quieres que haga Anders? – murmuré poniendo los ojos en blanco.
– Quiero que me cuentes las cosas que aún no sé de ti - ¿eh? ¿cómo?
– ¿Qué cosas? – solté a la defensiva, imagino que toda roja.
– Pues no lo sé, quiero saberlas porque no las conozco, y tú a mí sí, el otro día en el estanque acertaste 10 de 10, es injusto que yo solo pueda acertar 3.
– Lo siento mucho Reisen, tienes que aprender a ser más observador – palmeé su hombro levemente.
– Bien – resopló derrotado para girarse a abrir la puerta.
Dentro, quedé muy sorprendida, me había llevado a su galería, imagino que todos los cuadros que había pintado estarían en este lugar, miles de formas y colores sobre lienzo y papel.
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TRES ©
Teen FictionCARDINALES #1 El mundo de Kiera y Valerio da un cambio radical cuando descubren que un "príncipe" danés se mudará a su pueblo. ¿será verdad? Llenos de intriga deciden comprobarlo para, sin saberlo, descubrir un peligroso secreto del que no habrá vue...