K.
Por un momento no supe qué decir o hacer, permanecía impactada ante este gesto, que NADIE había hecho por mí, pero cuando salí del shock fue que me percaté – dios mío – ¿de dónde salió toda esta gente? el salón, que de por sí era bastante grande, estaba repleto, personas que no había visto en mi vida, y algún otro que sí, pero sin dudas no tenía idea de porqué tantos desconocidos asistirían a una fiesta de mi cumpleaños – luego caí en cuentas de que no vinieron por mí ¡mensa! –, estaban aquí por ellos, los Reisen, y aunque se sentía hipócrita, no me importó, no cuando ellos venían directo a mí, cuando él venía hacia mí...
– Deslumbrante smuk, sabía que el rojo te sentaría mejor que el negro – lanzó una indirecta a su hermano, que permanecía inmutable observándome y yo sentí que mi rostro se fundía con el color de mi vestido.
– Felíz cumpleaños, Kiera – dijo Fjor, haciéndose presente.
– Gracias – pronuncié mirándolo y luego miré a Hans – en serio, muchas gracias por esto.
– ¿Y a mí? – soltó finalmente el susodicho.
Lo miré enarcando una ceja.
– Ya he agradecido suficiente, quiero disfrutar de mi fiesta – comenté mientras tomaba de un brazo a Valerio y del otro a Fjor, que estaban mirándose raro.
Caminé por el lugar hasta que me detuve frente al piano, en serio era idéntico. Mis acompañantes tenían las caras largas, así que, Kiera al rescate:
– ¿Qué diablos pasa con ustedes? – inquirí y no hubo respuesta – ¿Valerio? – ladeó su cara mirando en la dirección contraria al Reisen.
– Ya te dije – soltó finalmente.
– Bien ¿Fjor?
– ¿Sí?
– Necesito un favor tuyo.
– ¿Mío? – dijo extrañado.
– Ajá – me miró con el ceño fruncido pero asintió – como hoy es mi cumpleaños quisiera pasarla bien, y parte de mi diversión depende de ese ser que tienes al lado – lo miró con tristeza – así que, y va para los dos – anuncié – ¿creen que si no es mucho pedir se puedan llevar como normalmente lo hacen? – ambos suspiraron como pensándoselo.
– Bien, acepto – pronunció Fjor.
– ¡Uy! era solo una reconciliación no una petición de matrimonio – ironicé, y él se ruborizó mirando al suelo, mientras mi amigo le lanzaba miradas esporádicas – bueno, los dejaré solos para que hablen y se entiendan – me comencé a alejar, pero luego regresé y vi que ya se estaban mirando – los estaré vigilando por si deciden pelearse de nuevo, puedo ser un grano en el culo si me lo propongo, y él lo sabe – señalé a Val y este finalmente sonrió, Fjor asintió y me llevé dos dedos a mis ojos y luego hacia ellos, en señal de supervisión.
Anduve caminando por entre la multitud, que ocasionalmente me sonreían saludando, aunque jamás escuché un "felíz cumpleaños" por parte de nadie, hasta que alguien me tomó del brazo y me hizo andar un poco más rápido – así es, el vestido de negro – me solté de su mano y lo miré con furia, para luego darle la espalda y sin querer chocar con Hans, que inmediatamente se giró y me miró risueño, al tiempo que me percaté que traía del brazo a una chica, una hermosa chica de cabellos rubios y ojos azules, que de inmediato me lanzó una mirada de rayos X – sí, de esas que te escanean hasta el alma – seguido a esto levantó su mentón en señal de superioridad, y me quedé mirándola molesta, hasta que el Reisen que veía la escena dijo:
ESTÁS LEYENDO
TRES ©
Teen FictionCARDINALES #1 El mundo de Kiera y Valerio da un cambio radical cuando descubren que un "príncipe" danés se mudará a su pueblo. ¿será verdad? Llenos de intriga deciden comprobarlo para, sin saberlo, descubrir un peligroso secreto del que no habrá vue...