Capítulo 81: Una batalla de vida o muerte

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Dentro del monasterio, Klaude se aferraba con fuerza a una espada que no había usado ni una sola vez desde que la obtuvo. Se acurrucó en una bola dentro de la mini fortaleza que había construido en la habitación con muebles y tembló de miedo.

Klaude ya era de mediana edad, lo que significaba que tenía una gran cantidad de experiencias de vida, pero en última instancia, le gustaban más los libros que las espadas. Pasó la mayor parte de su tiempo dentro del monasterio enseñando a los estudiantes el idioma, las matemáticas y las historias sobre la Iglesia de la Diosa Génesis.

Ser reclutado para unirse al pelotón logístico de la princesa Victoria fue probablemente el evento más aterrador de su vida. Tuvo que marchar al campo de batalla para llevar a los heridos de regreso al campamento para que pudieran ser tratados, por lo que era inevitable que estuviera expuesto a la crueldad y lo espantoso de la guerra. En solo unos pocos días, ya había visto más derramamiento de sangre de lo que jamás hubiera querido.

Se sintió decepcionado cuando el ejército principal lo dejó atrás, pero en verdad, también fue un gran alivio para él. Poder regresar a este monasterio familiar lo tranquilizó, haciéndole sentir que todo era normal una vez más.

Poco esperaba que se encontrara con los enviados de Sia en este monasterio familiar. Como si eso no fuera suficiente, un cultista malvado incluso llamó a las puertas del monasterio poco después. El malvado cultista convocó a innumerables espíritus vengativos que rondaban el monasterio. Un aire malévolo flotaba en los alrededores y, de vez en cuando, se escuchaban vagamente gritos de agonía desde la niebla. Pensó que los demonios de la leyenda habían resurgido en el mundo.

Klaude miró fijamente la puerta sellada mientras jadeaba por aire. Se podían ver enormes gotas de sudor goteando de su cabeza. Se dio la vuelta para mirar a la chica dormida detrás de él, y una mirada complicada y temerosa apareció en su rostro.

Los Hijos Santo deben estar luchando con todas sus fuerzas en este momento.

La fe de Klaude le decía que debía hacer algo, pero su cuerpo tembloroso lo dejaba impotente. En su opinión, los únicos que podían lidiar con esos demonios malvados eran los Hijos Santos.

Estaba convencido de que Nora y Roel no eran mortales ordinarios, no solo en términos de fuerza, sino también de carácter. Eran fuertes pero humildes, educados y accesibles, valientes e inflexibles. Sin vacilar, tomarían sus armas y lucharían contra cualquier sectario malvado que se cruzara en su camino. Los mortales ordinarios no poseían la fuerza interior que tenían.

En verdad, Nora y Roel también estaban asustados. Sin embargo, encontraron el coraje para superar su miedo en diferentes lugares. Para Nora, fue su linaje y su dignidad. Para Roel, fue su sentido de la responsabilidad y la moral. Sus razones eran diferentes, pero les permitió superar los obstáculos en sus corazones, otorgándoles la fuerza para mantenerse firmes.

El pequeño tirano no quiere encontrarse con un mal final - Parte 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora