48 horas antes de la firma.
Bajo por las escaleras al escuchar los gritos y me quedo en el último escalón sentada escuchándolos.
-Sabes que no estamos bien -escucho a mi padre- Podrías poner un poco de tu parte, ¿no crees?
-La estoy poniendo -le reprocha mi madre- Vinimos aquí contigo porque necesitábamos este cambio y queríamos ver si las cosas mejoraban, ¿no crees que eso es suficiente intento? Lo hemos dejado todo por estar aquí por ti -rodeo mis piernas con los brazos y escondo mi cabeza entre ellas.
-Pues podríais no haber venido y lo sabes -le dice ésta vez él- No te lo pedí y tu ya habías dicho que sí.
-Porque te quiero -oigo decir a mi madre y siento como le tiembla la voz.
-Déjame que lo dude -le dice mi padre. Me levanto de donde estoy y me acerco al comedor, me apoyo en el marco de la puerta, parece que ninguno de los dos se da cuenta de mi presencia hasta que carraspeo, ambos se giran y ven lo mucho que me brillan los ojos- Sara, cariño -dice él.
Los miro serimente.
-No -respondo más fuerte de lo esperado- Ni Sara ni basta, ¿no podéis parar con ésta mierda? -les miro a ambos- ¿Es que no os cansáis de todo esto? -noto como me tiembla la voz, sé que acabaré llorando- Sé que estar aquí no es lo que ambos queríais pero lo estamos, sabemos que no vamos bien de dinero y que hay tensión entre todos pero basta, joder -me paso una mano por la mejilla- ¿No os dais cuenta de lo mucho que me duele escucharos gritar cada dos por tres y no hacer nada? -mi madre se lleva una mano al pecho e intenta acercarse pero se detiene al ver que me tiro hacia detrás- Ahora no, mamá -le advierto- Estoy enfadada y no quiero arrepentirme nada de lo que diga o haga pero, hostia -digo chillando- Dejaros de tonterías, ¿vale? -miro a mi padre- Actúas como si fuese la primera vez que estamos así y cómo si no pudiesemos salir de esta pero lo hemos hecho antes -aparta la mirada y acaba asintiendo- Y sabes que mamá te quiere -vuelve a mirarme- Y que las dos no somos nada sin ti y por eso hemos venido -le señalo enfadada. Ésta vez miro a mamá- ¿Sabes? -ladea la cabeza mirándome atentamente- Echo de menos a mis padres -se sorprende al escucharme decir eso- Esos que se querían.
Les miro a ambos y me doy la vuelta corriendo, subo las escaleras de dos en dos sin mirar atrás, sé que mamá vendrá en mi busca así que una vez que llego a mi habitación cierro con pestillo. Me tumbo en la cama intentando dejar de llorar y minutos después escucho dos toques en la puerta.
-Ahora no mamá -le advierto- Sabes que ahora no.
-¿Estás bien? -oigo como me pregunta.
-Sí -le susurro sabiendo que lo ha escuchado.
Cierro los ojos unos segundos intentando controlar mi respiración, no me gusta enfadarme. Me incorporo en la cama, sé que sigue tras la puerta.
-Mamá -le digo y no me espero a que responda- Te quiero, ¿vale?
-Yo también cariño -me dice- Y mucho.
Sonrío, sabe que necesita darme tiempo cada vez que me enfado, no me gusta decir nada en caliente y me enfada toda esta situación, es una mierda. Cojo el teléfono, abro twitter y decido twittear:
"@svxn_: Cansada de estar jodida seis de cada siete días."
A los dos minutos me vibra el móvil indicándome que es María, seguro que me ha leído.
-¿Qué es lo que pasa y a quién tengo que matar? -me escribe.
-Lo de siempre, mis padres pero todo bien -le admito.