Noto una mano en mi hombro y cierro fuertemente los ojos, ¿para qué me despiertan? Me giro en la cama y me paso una mano por los ojos intentando poder ver bien.
-¿Qué pasa? -pregunto adormilada.
-Cariño hay alguien abajo que te espera -dice mi madre, frunco el ceño y dirigo mi mirada al despertador que tengo al lado de la cama. ¿Esperarme a mi a las nueves de la mañana? ¿Quién se atreve?
-Pues que espere mamá -le digo y vuelvo a esconderme bajo las sábanas.
-Sara -dice quitándome la sábana de encima- ¿Realmente quieres que le diga a Dani que se vaya? -pregunta y la miro de reojo, está sonriendo y acabo haciendo lo mismo.
-Ya puede ser importante si se atreve a venir a estas horas.
Me aparto la sábana de encima y apoyo los pies en el suelo buscando a tientas mis zapatillas. Me paso una mano por el pelo y acabo haciéndome una coleta improvisada.
-Si necesitas algo estaré limpiando -dice mamá antes de salir por la puerta. Asiento y me dirigo hacia el espejo que tengo en mi habitación. Me miro y sonrío... si no huye al verme así es porque me quiere mucho, pienso. Bajo por las escaleras de casa intentando no parecer ansiosa y sin que se noten mis ganas de verle aunque una parte de mi quiera matarle por hacerme madrugar. Una vez que llego abajo me asomo al comedor y lo veo apoyado en el respaldo de uno de los sofás, le miro sin hacer el menor ruido aprovechando que aún no ha levantado la vista y no me ha visto, sonrío al ver lo guapo que ha venido. A pesar del calor ha venido con un pantalón largo tejano que le queda ajustado y una camiseta de manga corta que le sienta muy bien. Me muerdo el labio nerviosa y al final acabo tosiendo fingidamente hasta que levanta la mirada de su móvil y me ve. Se lo guarda en el bolsillo trasero y se acerca a paso rápido hasta mi.
-No te he dado tiempo para que te preparases eh -susurra mientras rodea mi cintura y yo apoyo mis manos en su pecho.
-Sí que me lo has dado pero quería ver cómo reaccionabas al ver a tu chica así -digo mirándome a mi misma con una sonrisa.
-Pues preciosa igual -dice acercándose a mi para estrecharme entre sus brazos y esconderse en mi cuello. Me hace cosquillas con su respiración y no puedo evitar reír- Te como -susurra y lo abrazo más fuerte- Tenía planes para hoy.
-Y ni me avisas -digo separándome de él y me sonríe.
-Era una sorpresa -admite y frunco el ceño.
-¿Sorpresa? -susurro a escasos centímetros de sus labios con una sonrisa. Acerca sus labios a los míos y juega con ellos de la manera más dulce que nunca nadie más sabrá hacerlo. Me separo, segundos después, de sus labios no sin antes darle un leve mordisquito en el labio inferior.
-Felicidades -susurra al separarse y sonrío- Sé que no es hoy -admite- Pero fingiremos que es hoy -le rodeo el cuello con mis brazos y no puedo dejar de mirarle con una sonrisa en mi cara.
-Me parece bien -le digo y se muerde el labio.
-Tienes quince minutos para prepararte -me dice con una sonrisa.
-Me sobran catorce para poder seguir besándote -le digo.
-¿Tú crees? -me reta.
-Claro que lo creo -me acerco a él y le doy un pequeño beso- No te vayas eh -le señalo y me doy la vuelta para subir por las escaleras. Me da un toquecito en el trasero antes de subir y me giro a mirarle con una sonrisa, él levanta los brazos como si fuese inocente y se ríe- A ver si voy a tener que cortarte las manos.
-Pero si te ha encantado -oigo a mis espaldas mientras subo.
-¡NO! -chillo riendo por el pasillo y le escucho reír.