Son las ocho y siguen firmando aún, nos hemos tirado un rato dentro del centro comercial pero María quería salir para seguir viéndolos y yo me hallo medio tirada en el suelo apoyadando la cabeza en mi maleta sin importarme si la gente me mira mal mientras María, que está sentada a mi lado, mira atentamente hacia ellos. La miro y no puedo evitar reír, como les quiere. Me incorporo y me apoyo en ella, me pasa el brazo por los hombros.
-Se te ve feliz, eh -le digo y asiente.
-Son tan, ay -suspira-, me los como, ¿vale?
-Vale -me río y decido coger el móvil.
Entro en twitter y veo que María ha subido ya la foto con sus niños, respondo al tweet diciendo que la fotógrafa es lo más y me río al hacerlo. Levanto la vista observando la cantidad de niñas que quedan, ya no hay muchas, llevan desde las seis firmando así que no creo que tarden. Decido abrir la conversación de Dani, le doy al símbolo de la cámara y le hago una seña a María para que sonría o haga lo que quiera para así hacer un selfie. Veo en el móvil que ella está sonriendo y yo pongo un careto. No he acabado de hacer la foto que María empieza a reír y yo la imito. Y lo que era al principio una foto medianamente normal, salimos las dos riéndonos sin parar, decido enviársela igual. Pienso en el pie de foto que puedo añadir y al final decido poner:
"Hace frío y nos reímos por no llorar, me hallo tirada en el suelo muerta de hambre, tened un poco de consideración Danié"
María lo ve y no puede evitar reírse.
-¿Siempre os tratáis con esa confianza? -me pregunta curiosa.
-Sí, no sé -me río- Es raro pero desde el principio ha sido siempre así -asiente- Sé que diga lo que diga no le va a sonar raro, ya se ha dado cuenta de mi espontainedad.
-Tiene que tener un par para soportarla -me dice y le pego levemente en el hombro.
-No me dirás que no te lo pasas bien conmigo -le digo y asiente- Pues ya está.
-Pero... -dice mirando hacia ellos- me has hecho pasar mucha vergüenza delante de ellos.
-No es para tanto -digo haciendo un gesto con la mano intentando quitar importancia- Se han reído y estoy segura que muy en el fondo querías hacerles sonreír aunque fuese un segundo.
-En eso tienes razón -me dice y ambas sonreímos.
Me vibra el móvil en la mano, frunco el ceño y lo miro, dudo que sea él básicamente porque está firmando aún. Entro en wa y veo su nombre arriba del todo, vaya, pues sí que es él.
"Lo bueno se hace esperar, no te lo han dicho nunca?"-me río y veo que sigue escribiendo-"Vas a tener que lavarme la sudadera tanto estar tirada por el suelo"
"Deja de mirarme, va" -le escribo riendo- "Vas a desgastarme"
"Más quisieras" -me dice y me envía un beso y deja de estar en línea.
Levanto la vista y veo como María estaba leyendo la conversación, me sonríe y le devuelvo la sonrisa.
-Pellízcame -susurra y lo hago- Ay -se queja-, que era una forma de hablar tonta, no tenías que hacerlo.
-Pero si me lo has pedido -le reprocho riendo.
-Pero duele -dice sobándose el brazo donde la he pellizcado.
-En un rato volverás a pedirme que te pellizque de lo feliz que estarás siendo -admito.
-¿Tu crees? -pregunta.