Pongo mis pantalones favoritos en la maleta aún sabiendo que no me harán falta pero no sé por qué tengo la necesidad de llevármelos. Es por Sara, me dice una vocecita muy dentro de mi. Aún recuerdo como si fuese ayer el primer día que la vi, el cómo la conocí y como poco a poco se ha ganado una parte en mi vida. Me paso una mano por el pelo nervioso, una parte de mi no quiere irse, intento olvidarme de eso en estos momentos y acabo de poner un par de cosas más en la maleta. Justo cuando voy a cerrarla entra Jesús por la puerta. Me mira sonriendo mientras que con una toalla se va secando el pelo, acaba de salir de la ducha.
-¿Ya te preparas la maleta? -pregunta curioso.
-Nos vamos en dos días -le digo y me sonríe.
-Por eso -afirma contento- Aún quedan dos días para prepararla -se acerca a mi y me ayuda a cerrarla porque se da cuenta de que va demasiado llena- ¿Estás seguro de que necesitas todo lo que llevas ahí dentro? -pregunta.
-Seguro.
Niega con la cabeza y abre la maleta de nuevo, intento impedírselo para que no vea el pantalón pero ya es demasiado tarde. Lo coge y me mira con una sonrisa.
-Eso no lo necesitas -me dice.
-Lo sé -digo avergonzado- Hablas como si solo fuese eso lo que impide cerrarla -digo refunfuñando mientras le quito el pantalón. Vuelvo a meterlo dentro y esta vez haciendo más presión sobre la maleta, consigo cerrarla.
La cojo y la dejo al lado de la cama y durante esos segundos noto la mirada de mi hermano justo encima de mí. Me siento en la cama y él deja de mirarme para vestirse.
-¿Qué pasa? -le pregunto y veo que sonríe.
-La vas a echar de menos, ¿verdad? -me pregunta y sé que me habla de Sara.
-Un poco -admito nervioso y vuelve a sonreírme.
-¿Se lo has dicho ya que nos vamos a Punta Cana? -pregunta y le miro fijamente para negar segundos después de mirarle- ¿Y a qué esperas? ¿A estar en el aeropuerto?
-¿Acaso tú le has dicho algo a María? -le pregunto seriamente, aparta la mirada y niega con la cabeza.
-La diferencia es -dice y vuelve a mirarme- que yo no estoy saliendo con ella.
-Pero te gusta -le digo y asiente.
-Pero aún así no es lo mismo -dice mientras se pone un poco de colonia- ¿A qué le tienes miedo? -dice de la nada y nos miramos.
-Este es solo el primer viaje que hacemos, estaremos fuera una semana pero llegará el día en el que serán más días y no va a soportarlo.
-¿Y tú sí? -me pregunta mi hermano y le miro fijamente. Pienso en lo que sería de mi vida si no hubiese entrado Sara y una parte de mi ya no puede imaginarse la vida sin ella, siento que ella es la única que sabe cómo hacer que las cosas sean un poco más bonitas. Así de la nada, como si fuese la cosa más sencilla del mundo. Me imagino de lo que habrían sido estos últimos días si no hubiese estado ella y no me gusta lo que veo, no me gusta el Dani que tiene que andar con cuidado de que no jueguen con él pero es mirarla y ver que ella nunca podría hacerme daño, nunca sería capaz de hacérmelo. Ella no es así y nunca me haría daño intencionadamente aún sabiendo que si algún día admito que la quiero, podrá destrozarme en apenas dos segundos.
-Yo estaría dispuesto a soportar todo lo que tenga que soportar si sé que al llegar a casa va a estar ella.
******************