Déjame conocerte.

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Alargo el brazo hacia la piscina para ayudarla salir, me coge la mano y segundos después tira hacia ella haciendo que acabe dentro de la piscina. Salgo a la superficie tosiendo y María me mira riendo.

-¡ERES TONTA! -le digo y escucho a Dani y Sara cómo se ríen sentados en las hamacas. 

María les mira y eso hace que se ría aún más fuerte. Me hundo bajo el agua y le cojo del pie para estirarla hacia abajo, se hunde conmigo y no dejo que suba. Intento no reírme bajo el agua porque sino acabaré tragándomela y subo a la superficie, María aparece segundos después y me mira mal para después empezar a reírse. 

La observo como se acerca a una de las paredes de la piscina y apoya su espalda, me planteo si seguirla o salir fuera con Dani y Sara pero sé que aunque vaya para allí aparte de interrumpirles, no les convenceré de que vuelvan a bañarse, dirán que "hace mucho frío ya", que poco aguantan. Vuelvo a mirar a María que me sonríe y me acerco nadando hacia ella, me quedo justo delante suya. 

-No tardaré en irme -dice y me fijo en que tiene los labios morados.

-¿Ya? -pregunto y miro mi muñeca, son las siete- ¿Tan pronto?

-No es pronto -dice y me coge de la muñeca para ver la hora- Ves -dice una vez que la ha visto- Tengo un caminito hacia casa -me sonríe.

-Nuestra madre vendrá a recogernos -le digo- Siempre puedo decirle si podemos acercarte -me sonríe y niega con la cabeza- Pero, ¿por qué?

-Oh vamos -dice y se ríe- No quiero molestar.

-No nos molestas -frunco el ceño- Prefiero dejarte en casa y saber que estás bien y no que te vayas sola a vete tu a saber que hora.

-¿Qué más da? -dice y se hunde unos segundos para mojarse de nuevo el pelo. Al salir, se lo aparta hacia un lado y me mira.

-Pues da María -le digo serio- Y no hay nada más que discutir.

-Pero si no estamos discutiendo -dice y me río.

-Claro que lo estamos -digo yo.

-Que no -dice de nuevo ella.

-Sí.

-No.

-Dios mío -me río- ¿Quieres parar de sacarme de quicio? -le digo intentando ponerme serio y sigue riendo- Qué voy a hacer contigo, ¿eh? -me mira y se muerde el labio. Me tira agua a la cara pillándome desprevenido y le cojo de las manos jugando como niños. Se suelta de ellas como puede e intenta huir de mi pero segundos después ya estoy detrás suya rodéndole la cintura. Tiene la piel fría por el agua, pone sus manos encima de las mías intentando apartarlas.

-¡JESÚUUS! -chilla riendo- SUÉLTAME -dice y ambos reímos.

-Oh vamos -le digo a escasos centímetros de su oreja- Como si quisieras que lo hiciera -se ríe pero le corto la risa hundiéndonos, ambos, bajo el agua. Al salir empieza a toser y ya no lucha por deshacerse de mis brazos.

-Eres tonto -dice mientras tose, no puedo evitar reír. Se da la vuelta y me empuja para hundirme, me resisto pero al final vuelvo a dejarme como antes y al salir de nuevo del agua veo que nada hasta un extremo de la piscina y sale de ella quedándose sentada en el borde. Nado hacía allí y la imito pero en vez de sentarme voy a por mi toalla. Una vez que la tengo, me siento a su lado y nos pongo por encima mi toalla. María se ve obligada a acercarse un poco más a mí para que nos tape a los dos- Que frío -dice temblando. Le paso mi brazo por sus hombros y se acerca a mí- Tendríamos que haber salido cuando ellos han salido -dice señalando a mi hermano y a Sara.

-Que va -le digo temblando- No nos lo habríamos pasado así de bien -me mira y se ríe- ¿No crees? -asiente.

-Estás conmigo y lo normal es pasárselo bien -dice y me río.

"¿Cómo se te puede querer tan fuerte?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora