No dejo de tocar al timbre repetidas veces, sé que es pronto pero lo hago porque sé que sus padres no están en casa. Vuelvo a mantener el dedo pulsado en el botón hasta que escucho un chillido de Sara, si no he entendido mal ha dicho "ya basta". Vale María, muy bien -me digo a mi misma- creo sin duda alguna que va a cabrearse conmigo. Realmente no le dije que la haría madrugar para ir a la firma porque estaba segura de que iba a decirme que no, Sara es de ese tipo de personas que no madrugan en la vida a no ser que sea cuestión de vida o muerte.
Escucho pasos bajar por las escaleras, miro el reloj de mi muñeca; son las siete y treinta y dos, vamos bien. Creo que sin duda alguna seremos de las primeras y estoy segura de que ya habrá cola para la firma. Dejo de pensar en ello justo cuando se abre la puerta y veo a una Sara tremendamente despeinada y con los ojos medio cerrados, me mira de arriba abajo y se estampa una mano en la cara.
-Esto no es real -se queda mirando fijamente mi camiseta donde pone gemeliers- No -se da la vuelta y entro, empieza a subir hacia arriba e intento seguirla. Al llegar a la segunda planta no me ha dado tiempo a decirle nada que ya se ha tirado en plancha a la cama.
-Vamos Sara -le suplico de cuclillas al lado de su cama- Hazme este favor, tenemos que ir a hacer la cola -me mira con un ojo medio abierto y otro cerrado- No quiero quedarme sin la oportunidad de abrazarles.
Se incorpora un poco en la cama y me mira mal.
-María -me advierte, aparta un segundo la mirada para mirar su móvil en la mesita de noche- Son solo las siete y cuarenta de la mañana y la firma no es hasta las seis, ¿me quieres decir que hacemos nosotras ahí cuando puedo estar bien calentita en la cama durmiendo?
-Sara, por favor -le suplico- Sabes que esto es importante para mi y no te lo pediría si no fuera.
Me mira mal de nuevo, suspira y acaba levantándose de la cama.
-Solo espero -me dice con una media sonrisa- Que el día que venga Justin si tengo que acampar una semana fuera del estadio estés tú ahí pasando frío conmigo.
-Dalo por hecho -le digo sonriendo y me tiro encima de ella para abrazarla.
-Ya, ya -me dice apartándome- Demasiadas muestras de cariño -se ríe- Deja que me duche y nos vamos, no puedo ir con estos pelos.
Coge la ropa del armario y se dirige al baño, me coge de la muñeca para que la siga. Nos encerramos ambas en el baño, yo me siento encima del váter y ella se desnuda para ir a la ducha. Se oye el ruido del agua y segundos después un pequeño gritito de ella, seguro que se ha quemado.
-Tampoco te arregles mucho -le digo- No tienes que impresionar a nadie.
-O tal vez sí -se asoma por la cortina de la ducha y me sonríe.
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-Tengo cosas que contarte -le digo a través de la cortina.
-¿Cómo qué? -me pregunta- Además tengo que meterte la bronca porque ayer durante todo el día ni me daste los buenos días.
-Lo sé y lo siento -le digo sonriendo- Pero tenía motivos.
-Sorpréndeme.
Cierro los ojos unos segundos haciéndola esperar y empiezo a enjabonarme el pelo. Sonrío, seguro que se estará mordiendo las uñas, me asomo por la cortina y efectivamente.
-He estado hablando con Dani.
-¿Qué Dani? -pregunta.
-¿Qué Dani va a ser? -le digo y me río. Escucho como se levanta y segundos después está a mi lado abriendo la cortina- Oye -le reprocho riendo- Sé que quieres verme desnuda pero por favor contrólate un poco.