Unos días más tarde...
Abro la puerta de mi habitación sin hacer ruido y miro fijamente a Dani que sigue tumbado en la cama. Como mamá vea que a estas horas sigue ahí, le meterá la bronca del siglo. Suspiro cansado por saber que mi hermano lo está pasando mal y me paso una mano por el pelo frustrado al no saber qué hacer para animarlo. Joder, nunca ha sido tan difícil hacer que se sienta bien y me odio por no ser capaz de dar por él todo lo que él ha dado muchas veces por mi. Me siento en mi cama y le miro fijamente esperando a que se de cuenta de que estoy aquí.
-Déjalo -dice con los ojos cerrados- De verdad Jesús.
-No puedes seguir así -admito nervioso y abre los ojos para mirarme fijamente.
-¿Y quien me lo impide? -pregunta serio.
-Yo -digo intentando sonar enfadado- ¿Vas a estar así todos los días solo porque Sara te ha dejado?
-¿Te parece poco? -pregunta y cierro los ojos al saber que la he cagado y le he hecho más daño.
Nos retamos unos segundos con la mirada hasta que al final decido agacharla al sentirme intimidado.
-Lo siento -confieso- No sé cómo debes sentirte pero estoy seguro que estás hecho mierda pero se avecinan cosas buenas, nuevas oportunidades y estamos apunto de cumplir un sueño, ¿eso no es motivo suficiente para intentar animarte?
-¿De qué me sirve tener un sueño si no puedo compartirlo con alguien a quién quiero? -pregunta y me muerdo el labio.
-Me tienes a mi -le digo divertido- Me quieres y puedes compartirlo conmigo -levanto las manos inocente- A ver, puede que a mi no puedas llevarme a la cama pero soy muy buena compañía -digo y veo como intenta no reírse- Ves -le señalo- Ríete -le reto y al final acaba haciéndolo. Me mira sonriendo y acaba incorporándose en la cama hasta sentarse y quedarse en frente mía- Con el paso de los días ya casi ni te dolerá.
-No sé si quiero que me deje de doler -confiesa- Al menos si me duele sé que ha estado ahí -le miro y sonrío levemente entendiéndolo- ¿Sabes qué? -me pregunta y niego con la cabeza- Me ha dicho que va a echarte mucho de menos -me dice y parece que le duele.
-Yo también la echaré de menos -confieso sincero. Nos miramos fijamente y alargo la mano hasta darle un golpecito en la pierna para darle mi apoyo.
Nos quedamos unos segundos en silencio mirándonos como si no hubiese nada más que decir hasta que lo escucho suspirar, cómo si le faltara algo.
-¿Qué pasa? -le pregunto.
-Va a irse -dice de la nada y le miro extrañado.
-¿Cómo? -pregunto curioso.
-Sus padres se han separado y Sara me ha dicho que volverá a Sevilla -se muerde el labio y se pasa una mano por el pelo- Jesús, va a irse -dice y noto como le tiembla la voz- Así que lo peor de esto no es haberla perdido ni que me vaya más de un mes -me mira fijamente- Lo peor de todo es que cuando volvamos ella ya no va a estar aquí para poder luchar por ella de nuevo -abro los ojos sorprendido sin saber exactamente qué decir. Me levanto y me siento en su cama justo a su lado y le rodeo los hombros con uno de mis brazos.
-Estoy seguro de que si te quiere va a acabar volviendo -le digo seguro de mi mismo- Sé que va a ser así Dani, quiero creer que es así -me mira y sonríe levemente- Alguien dijo que el amor puede con todo así que vamos a darle el beneficio de la duda y quién sabe -le doy un toquecito en el hombro- El mundo da muchas vueltas.
-Las cosas pueden cambiar mucho Jesús -admite con miedo- Va a pasar mucho tiempo y ella puede conocer a alguien y... -le interrumpo.
-Pero lo de dejar de querer a alguien no es tan fácil -confieso- Dani en esta vida puedes conocer a cientos de personas que no van a significar nada hasta que llega el día en el que conoces a una sola persona que lo significa todo y... -le miro- ese tipo de personas no las conoces siempre y una vez que la encuentras y empiezas a quererla, déjame decirte que es muy difícil olvidarla -veo cómo le brilla la mirada- casi imposible diría yo -apoya su cabeza en mi hombro.
