Salgo por la puerta del centro comercial y no puedo evitar sentirme nerviosa. Cojo el móvil y decido abrir de una vez por todas la conversación de María, me fijo y hay más de 20 mensajes, oh dios mío la que me espera ahora. Empiezo a leer.
"No"
"No"
"SI ESTO ES UNA BROMA NO TIENE GRACIA"
"MI MEJOR AMIGA Y MI NIÑO, LLORO"
"PERO POR QUÉ ME HACES ESTO"
"POR QUÉ"
"ERES CRUEL"
"DIME QUE NO ES PHOTOSHOP"
"ES IGUAL DE KSLDDFFGDKHFSDLK EN PERSONA?"
"DIME QUE SÍ"
"TE MATO, JODER"
Y demás mensajes que me río al leerlos. Me acerco a al cola y la busco, joder, si que ha crecido la cola, hay muchas chicas nerviosas con camisetas donde pone "gemeliers" y demás. Va a ser una tarde muy larga, me fijo en el suelo y veo que María sigue sentada como antes. Silvo como solo yo sé hacer y levanta la vista. Me mira seria, se acerca dos dedos a sus ojos y luego me señala a mi como queriendo decir que me vigila, me río y acabo acercándome corriendo hacia ella. Una vez que estoy delante me lanzo a abrazarla para compensar lo que acabo de hacer, no puedo evitar sentirme mal. Me abraza fuertemente.
-¿Sabes qué? -le susurro- No chilles -me susurra un leve 'si'-, le he abrazado así que indirectamente al abrazarme a mi acabas de abrazarle a él -le escucho sollozar y no puedo evitar sonreír.
-Cuando me has pasado la foto -me separo de ella y me siento enfrente, le cojo de la mano- me creía morir, dios -se pasa una de sus manos por las mejillas para secarse las lágrimas- ¿Cómo es?
-Es... -la miro y suspiro- Genial -asiente- No sabía cómo actuar pero te habla de tal forma que no necesitas pensar en qué decir, te sale solo -me sonríe feliz.
-Es genial -me dice ella.
-Lo sé -le digo yo.
-Y salís tan bonitos en la foto -me dice y no puedo evitar sonreír. Cojo el móvil, abro la conversación de María y la busco. Tiene razón, salimos bien.
-Ha sido idea suya enviarla -le digo sabiendo que le gustará- De hecho ha cogido el móvil, le he dicho que eras tú quien me hablaba y ha querido hacer la foto.
-Me muero -dice sin poder evitar llorar.
-Va -le animo, miro el reloj- Te quedan solo 15 minutos para que vayan saliendo y piensa que somos de las primeras.
-Sí -mira a su alrededor- Tengo muchas ganas.
-Y... -la miro con una sonrisa en los labios- Me ha dicho que me hablará para lo de la pizza de después para que vayamos.
-¿Qué? -dice y noto que le tiembla la voz, asiento- ¿De verdad que va a cumplir su palabra? -asiento de nuevo y se lanza a abrazarme- Dios, gracias -sonrío sin que me vea- Gracias por compartir todo esto conmigo.
-Shhht -le digo intentando que deje de llorar- De gracias nada, me gusta compartir esto contigo -me separo de ella y le seco las lágrimas, estoy segura que este será un día para recordar.
Me mira de nuevo y arquea una de sus finas cejas mientras me observa detenidamente.
-¿Y esa sudadera? -la miro y le sonrío. Se queda seria mirándome y a los pocos segundos veo como se transforma su cara pasando por sorpresa hasta acabar riendo- No puede ser -me susurra- ¿Es de él? -pregunta y asiento- Oh dios.