Miro de reojo a Jesús y sonrío al ver como está bromeando con una de las últimas fans del weekend que ha subido para que le firmemos. Mientras yo abrazo fuertemente a la chica morena que está entre mis brazos, Alba me ha dicho que se llama. Noto como me abraza fuertemente por la cintura y no quiere soltarme, le beso el pelo repetidas veces hasta que se separa de mi y al verla llorar acerco ambos pulgares a su rostro para acabar con el rastro de lágrimas.
-No te pega lo de llorar, ¿sabes? -le digo bromeando y se ríe. Le hago un gesto con la cabeza a Jesús y se acerca para que nos hagamos los dos una foto con ella. Tanto mi hermano como yo le damos un beso en la mejilla para hacer la foto y la escucho reír, eso me da la vida. Ver que las hacemos tan felices con nuestras tonterías me da ganas de ser un tonto de por vida solo por ellas. Me separo de ella una vez que la foto ya está hecha y levanto la mano para que me choque los cinco- Nos vemos esta noche en la cena eh.
-Ponte guapa -dice Jesús y ella se ríe.
-Vosotros también -dice ella con una risa nerviosa.
-Ya veréis como os sorprendemos -le digo y le guiño el ojo antes de darle un pequeño abrazo sabiendo que es hora de despedirnos de ellas aunque nos duela.
Bajo con mi hermano del escenario para irnos ya por fin a nuestra habitación, entre una cosa y otra no hemos parado; esta mañana el evento, comer y venir aquí para dar los premios de la gimcama, firmar a nuestras niñas y hacernos fotos con ellas, ensayar para el mini concierto que les haremos y, ahora a prepararnos para ser el postre de nuestras princesitas y cantarles unas cuantas canciones para irnos despidiendo sabiendo que mañana ya es hora de volver a casa.
Una vez hemos salido del ascensor le doy un abrazo a mi hermano y le digo adiós sabiendo que hasta más tarde no le veré porque prefiero quedarme disfrutando de mi chica de la misma forma que él lo hará con la suya.
Me saco la llave de la habitación del bolsillo y abro la puerta sonriente. Dejo la llave encima de un mueble que hay justo al entrar y frunzo el ceño al no ver a Sara por ninguna parte. Me acerco al lavabo y nada. Al salir de él me fijo en que el balcón está abierto y me dirijo hacia él. Veo a Sara apoyada en la barandilla y me acerco por detrás para abrazarla. Ella al notar unos brazos se sobresalta y sonrío por ello. Ladea la cabeza y me mira unos segundos para luego apartar la mirada, ¿soy yo o está rara?
-¿Pasa algo? -le pregunto y me obliga a soltarla. Se gira y me mira fijamente. Observo cada mínimo detalle de su rostro y no me hace falta preguntarle para saber que ha estado llorando- Eh -digo y acerco una de mis manos a su mejilla pero gira su cara para que no la toque- ¿Que me he perdido?
-¿Por qué coño no me habías dicho nada? - ¿qué? Me pregunto mientras noto cómo me falta el aire, ¿sabe algo de que nos vamos? Trago saliva con dificultad- Ha tenido que ser María quién me lo diga porque sino tú no tienes cojones.
-No sé de que me hablas -miento descaradamente- ¿Puedes siquiera decirme que está pasando?
-Creía que podía confiar en ti, joder -dice echándomelo en cara. Sabía que tenía que habérselo dicho por mucho que me muriese de miedo- Al primer problema simplemente me lo ocultas y haces como si nada.
-Lo siento, ¿vale? -digo nervioso- No sabía que hacer.
-Pues decírmelo -me riñe- No es tan difícil -me mira fijamente a los ojos- Yo lo habría entendido -explica y frunzo el ceño, ¿acaso estamos hablando de lo mismo? Ella no lo entendería, estoy seguro de que no- ¿Te ha vuelto a hablar? -me pregunta y la miro sin entenderla, suspira cansada-María me ha contado lo de tu ex -se explica- que últimamente no deja de hablarte y que no querías decírmelo para que no me molestase -frunzo el ceño, ¿que ex? Si a mi no me ha hablado nadie- Si ese era el motivo por el que estabas tan raro podrías habérmelo dicho.