Siento su respiración muy cerca de la mía, queda nada para que nuestros labios se rocen. Mantengo mi mano en su pecho y no puedo evitar sentirme nerviosa. Una parte de mí quiere apartarse para no meter la pata pero otra parte y ésta parece que es la que quiere ganar, quiere besarle y no dejar de hacerlo. ¿Cómo puede ser tan cariñoso? Me acaricia levemente la cintura y sonrío haciendo que él sonría también.
-¡SARAAAAAAAAA! -escuchamos chillar a María. Dani cierra los ojos decepcionado y una parte de mi también lo está. Dani se aparta de mi y se apoya en la encimera contraria a donde me encuentro, segundos después entra María mirándose el codo, lo tiene rojo- ¿Puedo ponerme algo? -pregunta- Me escuece.
-¿Vas a seguir bañándote? -pregunto y asiente- Entonces espérate a después -asiente de nuevo y me sonríe.
-¿Todo bien? -me pregunta, supongo que se referirá a la escena que he montado fuera. Asiento y luego nos mira a ambos, me nota muy callada y seguro que debo estar un poco roja, le sonrío- ¿Interrumpo algo?
-¿Eh? -dice Dani pasándose una mano por el pelo- No, claro que no.
María asiente y antes de irse me guiña el ojo, es tonta. Me apoyo en la encimera y una vez que escuchamos que la puerta se cierra, Dani me mira. Le miro fijamente y me sonríe.
-¿A qué ha venido eso? -le susurro.
-¿El qué? -pregunta como si no entendiese nada.
-Todo -le admito sincera- El que te hayas puesto nervioso -le explico- pero sobre todo el que hayas intentado... -se muerde el labio.
-¿Besarte? -pregunta y asiento- ¿Y por qué hay que tener un por qué?
-No lo sé -le admito nerviosa.
-Llevo queriéndote besar desde hace días y no me he dado cuenta hasta que he estado apunto de hacerlo -admite y agacho la cabeza nerviosa. Me acerca su mano hacia mi y se la cojo. Me acerca a él- En estos instantes tengo ganas de matar a María, ¿tu no?
-¿Quieres que te ayude a hacerlo? -le digo y se ríe.
-¿Lo harías? -pregunta y asiento- Luego le echamos la culpa a Jesús y tú y yo nos fugamos.
No puedo evitar reírme y al hacerlo él me mira fijamente con una sonrisa en los labios.
-Estás loco -le susurro.
Me mira fijamente y seguimos con nuestras manos entrelazadas, le guío la otra mano a mi cintura y soltando su mano apoyo ambas en su pecho, me sonríe nervioso y me apoyo en él.
-Solo un poco loco -me susurra él. Subo mis manos desde su pecho hasta llegar a rodear su cuello- Sabes cómo hacerte esperar, eh -dice y no puedo evitar sonreír.
-Lo que pasa que eres un impaciente -le digo y se ríe.
-Solo cuando una chica como tú quiere besarme y no lo hace.
-¿Quién te ha dicho que yo quiera? -le digo arqueando una ceja y me rodea más fuerte la cintura hasta el punto que acabamos abrazados. Apoyo mi cabeza en su hombro- Dani -le susurro.
-¿Qué? -dice y le noto sonreír en mi cuello.
-¿Si te beso luego qué? -pregunto con total sinceridad.
-¿Luego qué de qué? -pregunta él- Si me besas voy a seguir besándote hasta que me apetezca -me río justo en su oreja.
-No quiero joder nada -admito.
Acaricia mi espalda de arriba abajo, lentamente, y siento que se me pone la piel de gallina. Se separa de mi y me sonríe, me da un toquecito en la nariz.