—Permíteme. —Lex abrió la puerta trasera del coche que me había recogido y me tendió una mano—. Déjame demostrarte que no soy tan malo como crees.
—Prefiero doblarme el tobillo antes que tomarte de la mano —dije, ignorando su oferta y posando uno a uno mis tacones en el suelo para salir por mi cuenta.
—Guarda el temperamento para Derek, rubia, es a él a quien tendrás que hablarle así.
Volvió a tenderme una mano y no tuve otra opción más que aceptarla. La única vez que fui a un evento similar fue acompañando a Derek a la terraza de un hotel. Esa ocasión Lex y yo estábamos en la sede de uno de los auspiciadores oficiales.
El vestíbulo se había transformado en una exhibición de autos de carreras, parecidos a los que había visto manejar a Derek. Cruzamos la especie de museo hasta llegar al jardín trasero que estaba rodeado de paredes y un techo de cristal con detalles blancos. Había muchas personas pero el lugar era tan grande que apenas parecía visitado.
Lex entró saludando y sonriendo. No sabía si estaba loco o si simplemente era un actor fenomenal. Me presentó como su novia a varias personas y se tornó admirable no tener nauseas cada vez que lo escuché. Derek aún no había llegado así que no tenía que pretender, pero Lex estaba fijado en que debía hacerlo.
Tras muchos saludos y más de un sorbo de bebidas azules personalizadas para el evento, Lex me llevó al medio del tabladillo y empezó a colocar mis brazos sobre él mientras una suave melodía similar a la de un ascensor sonaba de fondo.
—¿Qué estás haciendo? —Bajé mis manos y vi a nuestro alrededor—. No seas ridículo. Estos eventos no son bailes.
—Lo sé. —Volvió a tomar control de mis manos y llevó ambas a su cuello, mientras él posó las suyas en mi cintura—: Quiero llamar la atención.
Sonrió a algunas personas que nos veían con ternura, como si fuésemos una adorable pareja que no podía mantener las manos lejos del otro. Tal vez podía aprovechar que tenía las mías alrededor de su cuello para ahorcarlo.
—Derek no debe tardar en llegar y quiero que lo primero que vea sea a ti —murmuró, volviendo a verme y acercando mi abdomen al suyo, para completar—: sonriendo por mí.
Primera indicación: debía sonreír.
La melodía de elevador fue reemplazada por una más agradable para un baile e internamente rodé los ojos. Lex creía pensar en todo.
—Sabes lo que debes decir, ¿cierto? —me preguntó, moviéndonos al sutil ritmo, sus ojos verdosos viéndome con detenimiento.
Mis labios se secaron de solo pensarlo, pero pasé saliva y asentí.
—Sí.
—¿Practicaste frente al espejo para ser convincente?
—El espejo se ha vuelto mi mejor amigo este último par de días.
—Así me gusta... —Sonrió y me dio una vuelta para pegar mi espalda a su pecho. Se acercó a mi perfil y susurró—: Dedicada.
Volvimos a la posición inicial y me llamó la atención ver a algunas parejas empezar a acompañarnos.
—Marcamos tendencia, rubia —se jactó Lex—. Cada vez me convenzo más de que juntos podríamos lograr muchas cosas.
—Juntos no podríam... —me detuve cuando vi sus ojos brillar con emoción y a él acercarse a mi cuello. Inhaló en mi piel sensible, causando que se me erizara, y habló cerca a ella:
—Me fascina más tu nuevo aroma, amor.
Escucharlo llamarme así me agarró fría.
—¿Amor?
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ABISMO © [Disponible en físico]
Romance¡YA EN LIBRERÍAS! [Esta versión es un borrador] Ella no quiere caer por él. Él quiere recuperarla. Dos promesas en guerra. Solo una puede cumplirse. Tras descubrir la verdad, Ava ha decidido empezar una nueva vida libre de secretos y lejos de qui...