ABISMO © [Disponible en físico]

Capítulo 30

—Quiero otra cita —dijo Derek, abriéndome la puerta principal del edificio.

—¡Esta ni siquiera ha terminado! Te estoy mal acostumbrando. Aunque —sonreí—, fue divertida.

—¿Te divirtió humillarme?

—Obviamente. —Me encogí de hombros, pero él se acercó e intentó hacerme cosquillas—. No, ¡detente!

—Sally, ven aquí. —Me persiguió entre risas hasta alcanzarme y tomarme por la cintura.

—¡Basta! —Intenté escapar de sus cosquillas y, al girarme, me sorprendió ver a alguien en uno de los sofás—. Polo... ¿Qué haces aquí?

Mi amigo se levantó y me vio con duda de pies a cabeza para después hacer lo mismo con Derek, de seguro por la ropa aún húmeda por nuestra locura en el mar.

—Vine a traerte mis apuntes del curso que estás tomando y a entregarte unas fotos para hablarte de algo, pero... —Su mirada reveló su disgusto—. Veo que estás ocupada.

—Sí, conmigo —se adelantó Derek con un tono de voz que indicaba su incomodidad.

—Pues no estaba hablando contigo, Keller.

Oh, oh. Polito VIP había salido a la luz.

—Pero yo sí quiero hablar contigo —le respondió—. Verás, acabo de enterarme que me engañaste y que tú nunca estuviste con Ava.

Los ojos de Polo se abrieron de par en par y me vio algo nervioso.

—¿Eso es cierto? —le pregunté.

—Por supuesto que lo es —indicó Derek tornándose molesto—. Vaya jugada de mierda.

—Tal vez, pero era mejor que estuviese lejos de ti —respondió él y cuando Derek dio un paso adelante lo detuvo con un—: ¿Qué vas a hacer, Keller? ¿Golpearme de nuevo?

—¿Qué? ¿Lo golpeaste? —Me volví a encararlo, pero él solo mantenía su atención en Polo—. ¿Cuándo?

—El día que Keller regresó y Liv me pidió que te lo dijéramos juntos —respondió—. Me lo encontré en este lobby y terminé con el ojo morado.

El día que Polo nunca llegó... Al día siguiente ya traía un golpe. ¿Fue causado por Derek? ¿Qué carajos?

—Pero... ¿Por qué lo golpeaste?

—Pensé que se había aprovechado de ti cuando estabas mal —respondió con seriedad.

—Yo jamás me aprovecharía de Ava. Es una de las personas que más quiero en la vida.

—¿Y por qué le dijiste eso, Polo? —cuestioné.

Él se rascó la nuca y luego dio un par de pasos hasta llegar a mí.

—Hablemos. —Vio de reojo a Derek y regresó a mí—. Solos.

Mantuve mi mirada en ambos por unos segundos y, finalmente, le agradecí a Derek por la cita y subí al piso de Liv junto a Polo. Necesitaba la explicación de mi mejor amigo.

—No me agrada —dijo Polo una vez entramos.

—Antes sí lo hacía.

—Antes no te había roto el corazón —devolvió, y ambos tomamos asiento en el largo sofá turquesa—. Ugh, no soy así pero cuando lo veo cerca de ti me molesta.

—¿Por eso le hiciste creer que estuvimos juntos? —pregunté sin hallarle sentido.

Él suspiró y me vio a los ojos.