Al abrir los ojos lo primero que sentí fue calma.
Me removí ligeramente a medida que la consciencia volvía a hacerse con mi cuerpo y noté el brazo que me envolvía. Me di la vuelta sobre las sábanas para quedar frente a él y una sonrisa se formó en mis labios.
Derek estaba dormido; las notas restantes de su perfume y su cabello contrastando con el blanco de la almohada creaban un verdadero sueño. Sentía su suave respiración, su pecho subir y bajar de forma casi imperceptible. Acerqué mi mano con lentitud y tracé el contorno de sus labios, su nariz recta, su mandíbula...
Verlo así desenvolvió una paz arrolladora en mi pecho y me hizo caer en cuenta de algo:
Estaba jodida.
Porque lo quería a él.
No importa si aún no puedes admitir que me quieres, yo me encargaré de hacerlo por los dos hasta que te sientas lista.
—Hazlo. No te rindas. Por favor. Quiero sentirme lista, quiero volver a confiar en ti.
Tras dejar un beso en su mejilla, tomé con cuidado su brazo y lo dejé sobre las sábanas. No iba a huir, solo quería ir por agua.
Salí de la habitación una vez vestida, pero era mi mente la que estaba despegada de mi cuerpo; volaba entre pensamientos felices y confusos. Pero volví en sí al ver algo que no comprendí del todo: Una persona salió de la habitación de Liv y cerró la puerta para después apoyarse en ella. Llevaba las mejillas y los labios rojos, el pecho moviéndose con pesadez y el cabello despeinado.
—¡No! —ahogué una exclamación empezando a entender—. ¡Tú y...! ¡Tú estabas...!
Cuando notó mi sorpresa, se quiso acercar a mí para callarme pero corrí por la casa hasta que me alcanzó en la cocina y me puso una mano en la boca.
—No digas nada, monga.
—¡Polo! ¡¿Por qué acabas de salir de esa habitación así?! —hablé contra su palma.
—Deja esto ir, por favor —pidió con el rostro suplicante.
—¿Estás loco? —Quité su mano—. No lo dejo ir ni aunque muera. ¡¿Qué pasó entre ustedes?!
—Monga, por mí. Déjalo ir —insistió, y me di cuenta que lo pedía en serio.
Polo era el mejor amigo que se podía pedir y siempre me había respetado; a mí y mis silencios. Yo también tenía que hacerlo, así que mordí la lengua... por más que mi cabeza ya había empezado a crear el ship de su relación.
—¡Ah! —Le di un abrazo muy fuerte y nos moví de lado a lado, como cuando una tía que no habías visto en mucho tiempo te saludaba sin tu aprobación—. De acuerdo. Lo dejo ir, no vi nada. Ava ahora es ciega.
Y al parecer también sorda porque un estridente grito femenino estremeció todos los rincones de la casa.
Como si de impulso se tratara, Polo y yo corrimos hacia el origen del ruido. Nos asomamos por la ahora abierta puerta de Liv y dentro estaban Leo, Becca, Rafael y Derek. Todos atentos con el miedo gobernando sus rostros.
—¡Liv! ¿Qué sucede? —gritó Derek.
Ella salió de su baño con una toalla a su alrededor y pegó un salto hacia el techo.
—¡UNA CUCARACHAAAAAAAA!
Todos nos vimos con cara de incredulidad. Ella, sin previo aviso, saltó encima de Rafael, que la recibió torpemente como un príncipe. Levanté las cejas al ver a Polo notar esa acción y bajar la mirada.
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ABISMO © [Disponible en físico]
Roman d'amour¡YA EN LIBRERÍAS! [Esta versión es un borrador] Ella no quiere caer por él. Él quiere recuperarla. Dos promesas en guerra. Solo una puede cumplirse. Tras descubrir la verdad, Ava ha decidido empezar una nueva vida libre de secretos y lejos de qui...