quince

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Tras coger un par de autobuses llegamos a Hongdae. Allí nos esperaban montones de locales a rebosar de gente, estudiantes universitarios sobre todo. Del grupo que habíamos formado, los más animados eran Hobi y Lena, que caminaban a la par gritando sin parar frases hechas y riendo como si no hubiera un mañana. Yo, por mi parte, iba con Jimin, el cual se había tirado todo el camino sentado entre Yoongi y yo, felicitándonos a ambos. Jimin, sin siquiera haber escuchado la canción, decía que era una obra maestra, que estaba muy orgulloso de nosotros, que éramos los mejores compositores del mundo. Yo estaba acostumbrada a la efusividad de Jimin pero a Yoongi, que le apenas le conocía, se le notaba bastante incómodo. Preferí no intervenir ya que justo nada más bajar del transporte público Jin se acercó a él y le empezó a hablar de algo completamente ajeno a la empresa y nuestro trabajo. No sé exactamente porqué, pero aquello me tranquilizó de cierta forma, además de que me hizo ilusión que alguien se interesara por Yoongi, que desde siempre había sido una persona callada y solitaria.

Tardamos poco en encontrar un sitio en el que cenar, que era más bien un puesto o pojangmacha. Pedimos tteokbokki y twigim, a parte de un par de cervezas y soju. Yo, que casi nunca bebía alcohol sobre todo porque no me gustaba saltarme las normas de mi contrato con la empresa—cosa que sí hacían mis compañeros, algo con lo que nunca estuve de acuerdo pero decidí guardarles el secreto ya que encima yo era la primera que me salté en su momento la norma de la convivencia—, decidí tomar un poco de soju.

—¿Qué ha pasado entre ustedes, señoritos, para que Hyori de pronto se ilumine?—preguntó Jin cuando estábamos ya pidiendo la segunda ronda de bebidas.

Todos en aquel grupo tenían una resistencia al alcohol ridícula, por lo que a Jin ya le hacían gracia ciertas sílabas que pronunciaba. Jimin y Hoseok estaban un poco a su rollo, hablando mientras engullían el tteokbokki, cada uno con sus respectivas cervezas en mano, por lo que los únicos interesados en que Yoongi y yo diéramos una respuesta eran Lena y Jin, que casi ni habían probado bocado, solo habían bebido, lo cual había hecho que se les subiera tan rápido la bebida.

—Pues simplemente surgió...—musité llevándome la botella de soju a los labios, dando un trajo mínimo.

—No te creo que simplemente surgiera...—saltó Lena sin siquiera dejarme terminar de hablar—. He estado contigo mucho tiempo sentada en tu escritorio y no te salía nada de nada, ¡estoy muy sorprendida!

Noté la mirada de Yoongi sobre mí, parecía que no quería que les diera detalle alguno.

—Es verdad, llevas frustrada meses y-

—Bueno ya está—interrumpí sintiendo de cierta forma un poco de vergüenza, no quería que mis compañeros hablaran de mi interruptus en el mundo de la canción—. Vamos a celebrarlo, que me hace más ilusión que recordar constantemente que no he podido trabajar bien estos últimos meses.

—Hyori tiene razón—habló por primera vez Yoongi—, es una buena noticia, vamos a celebrarla.

Todos mostraron estar de acuerdo y se unieron a la proposición de brindis que hizo Yoongi después de hablar, terminando de un trago lo que quedaba de sus bebidas, aunque yo no hice tal cosa pues prefería no beber en exceso porque en algún momento debía volver a mi casa y estaba segura de que ninguno de mis compañeros estarían lo suficientemente sobrios como para poder llevarnos a todos sanos y salvos. Además, nunca me había gustado beber y mucho menos emborracharme. Nunca me había puesto mala por beber ni tampoco quería estarlo ya que llevaba muy mal ponerme enferma del estómago o la cabeza. Sabía que esa botella de soju que tenía entre mis manos sería el único alcohol que iba a consumir aquella noche. 

Cuando ya iban a pedir una ronda más, aún no se habían terminado la anterior y ya estaban empezando a dejar la comida sin terminar. A mí aquello me desesperaba, y en ese instante recordé porqué nunca salía a beber con mis compañeros. Las mejillas de todos y cada uno de ellos se encontraban sonrojadas y mostraban medias sonrisillas cada vez que cerraban la boca para dejar de hablar. Yoongi era el único que, dentro de lo normal, no parecía estar mal. Se reía a mi lado de las bromas que hacían los demás, aunque estaba claro que era por cortesía. Juntos contestábamos al monólogo de Jin cuando hacía alguna pregunta—la mayoría retóricas—y también tuvimos que frenarle cuando se puso de pie una vez y casi se cae.

Grey | Min Yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora