siete

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Cuando llegué a la sala de reuniones ya estaban todos mis compañeros, y que todos tuvieran una sonrisa a temprana hora—y con resaca— solo podía significar una cosa: habíamos dado un paso más hacia nuestro objetivo. 

Interiormente me alegré, cómo no me iba a alegrar, eran buenas noticias a pesar de estar de lo más enfadada conmigo misma por haberme quedado dormida, es más, en cuanto abrí los ojos y vi que me encontraba sola en el piso de mis compañeros me entraron unas ganas incontrolables de arrancarle la cabeza a Jin por no haberme despertado. Luego se me pasó la rabia un poco al leer una notita que me había dejado diciendo que me cubría, que descansara e intentara no tener un humor de perros al despertarme. Sabía que Seokjin lo había hecho por mi bien, y de hecho me sentía muy descansada a pesar de que seguramente habría dormido apenas cuatro horas, pero nunca en mi vida había llegado tarde, era la primera vez que me sometía a aquel calvario y estaba dispuesta a castigarme a mí misma más tarde por ello.

—¡Noona! ¡Noona!

La dulce voz de Jimin me hizo esbozar también una pequeña sonrisa a pesar de todo lo que estaba sufriendo. Me encontraba confusa y muy cansada, pero aquellas cuatro personas que estaban sentadas alrededor de esa mesa redonda se habían convertido en parte de mi luz diaria. Puede que mi cabeza estuviera dando vueltas como loca maquinando entre otras cosas porqué Tae nunca llegó anoche a casa o porqué Yoongi se había vuelto a cruzar en mi camino como si nunca hubiera entrado en mi corazón; puede que estuviera más cerca de colapsar por la presión que sentía, por ese sentimiento de inferioridad que llevaba cargando desde que pusieron sobre la mesa la posibilidad de que alguien más escribiera las canciones del grupo, canciones que merecieran la pena. No como las mías, que ya no merecían nada.

Y aún así me sentía como una estúpida porque me daba la sensación de que la esperanza estaba a mi alrededor, por todos lados, sentía cierta paz por saber que pronto conseguiría cumplir mis sueños; y lo que más me ayudaba a mantenerme de esa forma era la sonrisa de Lena, tan amplia, los  bailecitos de Hobi que mostraban a gritos lo feliz que estaba, acompañado siempre por las risas de Jimin y el apoyo de Jin... Todo eso era lo que hacía que quisiera seguir con esa vida, por muy dura que fuera.

—¿Ha pasado algo?—pregunté dejando mi bolso sobre la mesa, donde una cantidad considerable de papeles perfectamente apilados descansaba. No alcancé a leer nada de lo que contenían aquellas hojas, pero no necesitaba nadie ser un experto para deducir que serían contratos, o borradores.

Me dio mala espina ver aquello. ¿Estaban llamando a nuevos artistas? ¿No les parecía suficiente con nosotros, que estábamos a poco de debutar? ¿Me sustituirían definitivamente como la compositora del grupo? ¿Pondrían a alguien más que a Yoongi para escribir?

¿Yoongi se uniría a JSH?

—Algo maravilloso—dijo Soyoung con la misma energía positiva que Jimin ayudándome a quitarme el pesado abrigo negro que llevaba puesto. Como se notaba que había pasado una buena noche—. ¡Ya tenemos la segunda canción principal de nuestro álbum!

Dejé de moverme en cuanto escuché la repentina noticia. Estaba de lo más confusa pues no recordaba haber recibido una llamada por parte de nadie informándome de que se quería arreglar o usar alguna de mis canciones y me molestó de sobremanera que no me avisaran sabiendo que yo era una de las que manejaba aquellas cosas. Éramos un grupo de principiantes y ni siquiera habíamos debutado, pero yo quería hacerme cargo de mi música desde un comienzo y me dieron luz verde para hacerlo.
Entonces, tras meditarlo unos segundos, supuse que tampoco habían elegido alguna de mis composiciones, al igual que para la introducción.

—¿En serio?—cuestioné queriendo sonar más emocionada y sorprendida que triste.

—¡Sí!—contestó para después soltar un gritito de felicidad.

Grey | Min Yoongi; BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora