Me encontraba tocando unos acordes cualquiera en aquel teclado que teníamos en mi estudio que ni siquiera tenía las 88 teclas necesarias. Tarareaba sintiendo ciertas dudas, sin saber muy bien si aquellas melodías casaban con lo que mis dedos reflejaban en el piano. Intenté tocar más rápido y así también aumentar la velocidad de la melodía, pero tampoco me gustó mucho. Derrotada, pues llevaba media hora solo haciendo aquella tontería, suspiré profundamente y dejé caer las manos sobre mis piernas. Debía de estar tan concentrada tocando que no me enteré de que alguien había entrado y cuando Yoongi plantó un vaso de agua en mi cara me di un pequeño susto.
—¿Nada?—preguntó apoyándose sobre la pared que había libre a la derecha del teclado.
—Absolutamente nada, me siento un poquito fracasada.
Ante esa frase Yoongi arrugó la nariz y empezó a burlarse con una voz aguda de mis palabras mientras se acercaba poco a poco a mí dando tumbos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca bajó y me dio un beso, el cual fue rápido e inesperado, pero húmedo.
Habían pasado dos días desde que Yoongi y yo habíamos aceptado de una vez lo que el uno sentía por el otro. Diría que pocas cosas habían cambiado desde entonces, pero mentiría, pues nos habíamos pasado las dos últimas jornadas "componiendo" juntos, y pongo el componiendo entre comillas porque más que sentarnos a componer nos comíamos siempre a besos. Estábamos como dos adolescentes que acaban de empezar a salir, sintiendo la adrenalina cuando alguien se pasaba por el estudio para preguntar por las canciones o para buscarme a mí, ya que últimamente les había dado por probarnos ropa para el debut.
Yoongi se reía mucho de mí, pues sabía que lo que menos me apetecía en el mundo era ir poniéndome trajes moñas—porque eran muy moñas—y cantar con ello puesto como si fuera una sirena de Pichi Pichi Pitch. Cuando yo le describí en alguna de nuestras charlas de descanso alguno de los modelitos me dijo que debía estar muy sexy con minifaldas, y aquello casi me hizo ahogarme con mi propia saliva, algo que a él le pareció bastante gracioso por lo que cada vez que veía la oportunidad soltaba comentarios de ese tipo, solo para ponerme nerviosa.—Levanta un momento.
Haciéndole caso me levanté de la banqueta dejándole espacio para que él se sentara frente al teclado. Me quedé a sus espaldas, observándole, mas él se dio la vuelta antes de ponerse a tocar, con la boca y los ojos abiertos.
—¿Qué? ¿Tengo un moco?—bromeé.
Asintió sin cambiar el gesto y llevó su dedo índice a una de mis fosas nasales por lo que pegué un chillido mientras él empezó a reírse sin parar.
—Siéntate conmigo, venga.
Fui entonces a sentarme a su lado en la banqueta pero Yoongi tenía otros planes. Me agarró de la cintura cuando no pude darme cuenta y me sentó en su regazo, de manera que yo me encontraba dando la espalda al instrumento.
—A ver abuelo, así no voy a poder tocar el piano.
Intenté bromear fingiendo que no me importaba estar sentada en su regazo, tan pegada a él y a todo su cuerpo. Mi corazón latía fuerte, aquello me ponía nerviosa y a él le pareció gustar mucho pues no dijo nada y empezó a tocar detrás de mí mientras me miraba fijamente a los ojos. Admiraba mucho sus capacidades musicales y acababa de descubrir que nada era capaz de distraerle cuando se trataba de música, ni siquiera yo encima de él. Bueno eso pensaba hasta que un acorde sonó mal y a ese acorde le siguieron otros tantos. Me sonreí entonces y él también, avergonzado. Agarré entonces su rostro entre mis manos y dejé un beso en su frente. Luego nos quedamos mirándonos a los ojos, de nuevo ensimismados, mientras yo le acariciaba tranquilamente las mejillas.
—Esto es muy ñoño—dije—, peor que cuando teníamos diecisiete años.
—Yo si quieres puedo hacerlo menos ñoño.
ESTÁS LEYENDO
Grey | Min Yoongi; BTS
FanficDespués de cinco años las cosas han cambiado más de lo que Hyori se esperaba. Sin su madre y sin Yoongi se vió obligada a continuar con su vida e intentar llevar lo mejor posible su entrenamiento y trabajo en Big Hit Entertainment; hasta el momento...